Desde Washington, la ministra de Seguridad confirmó el establecimiento de una “task force” en la ciudad de Posadas, a pocos kilómetros de la Triple Frontera. Con la justificación de combatir el narcotráfico y el terrorismo, las fuerzas norteamericanas se instalarán en el noreste argentino, donde se encuentra una de las mayores reservas de agua potable del planeta.
Luego de un encuentro en Washington con el titular de la Administración para el Control de Drogas (DEA), Robert Patterson, la ministra de Seguridad argentina, Patricia Bullrich, anunció la instalación de una “task force” (fuerza de intervención) en la ciudad de Posadas, provincia de Misiones, a pocos kilómetros de la Triple Frontera. Además, firmó un acuerdo de cooperación con el FBI para capacitar a los agentes de la Policía Federal.
Bullrich presentó como “un gran logro” la presencia de las fuerzas norteamericanas en suelo argentino, con la excusa de combatir el narcotráfico y el terrorismo. “Este compromiso incluye más analistas que nos ayuden a analizar de dónde viene la droga”, aseguró.
“Nos pedían que nosotros mandemos la droga a Estados Unidos para que ellos (los funcionarios de la DEA) pudieran analizar de dónde venía, pero esto sería un incordio porque nos obligaba a pedirle a cada juez que autorizara la salida del material incautado. Entonces, es mejor que nos envíen la tecnología a la Argentina, nos formen a la gente, y nosotros analizamos las sustancias”, justificó la Ministra.
Además, con el pretexto de combatir el terrorismo, Bullrich comentó que los funcionarios estadounidenses le manifestaron “preocupación por la presencia del grupo Hezbollah en la Triple Frontera” (un “preocupación” infundada hasta el momento).
En la misma línea, el secretario de Seguridad Interior, Gerardo Milman, dijo a Télam que “es importante para nuestro gobierno poder colaborar con ellos y ellos colaborar con nosotros. Le hemos ofrecido tener un trabajo conjunto en la Triple Frontera por el tema terrorismo, y creemos que también vamos a poder contar con una representación de otras agencias, además de la DEA, que nos permita tener una mirada más profunda de lo que ahí está ocurriendo”.
El diario Clarín también destacó que, según Milman, les propusieron “a las agencias de Estados Unidos que se instalen en la Triple Frontera”, en referencia al resto de las agencias de seguridad norteamericanas.
Varios intelectuales y organizaciones sociales han denunciado el incremento de la presencia militar de EE.UU. en América Latina y el Caribe, como parte de una estrategia diseñada por Washington para sostener fuerzas y organismos de control y espionaje por toda la región.
Estas instalaciones, explicó el politólogo Atilio Boron, “se establecen sin consulta a los pueblos ni discusión alguna, solo por decisión de los gobiernos afines a Washington y son un instrumento de la consolidación del poder del país del norte”.
En ese sentido, organizaciones de Misiones exigieron al Gobierno de esa provincia que “explique su grado de intervención y/o adhesión en esta decisión, y a los legisladores provinciales y nacionales que se expresen de manera contundente en rechazo a semejante avance sobre nuestra soberanía, que nos somete al riesgo de convertir la provincia y el país en una zona de beligerancia absolutamente injustificada”.
“Todas las formas de ocupación y extranjerización del territorio nacional son repudiables, constitucionalmente inadmisibles, y condenables política y moralmente”, plantea el comunicado firmado por Nuevo Encuentro, el Manifiesto Argentino Posadas, el Movimiento Nacional Alfonsinista y el Frente de Unidad Peronista.
Y agregan que no sería la primera vez que, con el pretexto de “combatir el terrorismo y el narcotráfico”, se instalan bases militares norteamericanas, cuando lo que en realidad está en juego es el control efectivo de áreas estratégicas por sus recursos naturales.
Sobre ello, la periodista Stella Calloni advirtió que, en este momento, América Latina es el foco de “un proyecto geoestratégico de recolonización regional”, porque Estados Unidos “necesita el control de toda esta región, porque eso significa tener el control de todos sus recursos”.
En este caso, la instalación de la base de la DEA en Misiones, se trata del codiciado Acuífero Guaraní, 40.000 km3 de agua potable que subyace a toda la zona.
Fuente: Política & Medios