La comunidad tucumana de gays, lesbianas, travestis y transexuales tendrá su marcha del orgullo el sábado 2 de diciembre. Un espacio autogestionado e independiente que invita a tomar las calles con orgullo multicolor.
Hace 5 años que en Tucumán se realiza la Marcha del Orgullo LGBTI (lesbianas, gays, bisexuales, travestis, trans, intersexuales) de manera ininterrumpida, autogestionada e independiente. La primera vez que se realizó en la provincia fue en el año 2010, luego de sancionada la ley de matrimonio igualitario.
Este sábado 2 de diciembre, la provincia volverá a ser el escenario donde se expresaran las identidades disidentes que habitualmente habitan la ciudad de manera inadvertida. Orgullo y lucha es el lema que se eligió desde la comisión organizadora, “para mostrar que no sólo es un festejo, sino que también es un momento de lucha, donde seguimos exigiendo al estado que escuche nuestros reclamos”, comentaron desde Cruzadas, una de las organizaciones que participa de la comisión organizadora.
Las actividades comenzarán desde las 17 en Plaza Urquiza donde está programado un campeonato de fútbol diverso, feria multicolor y habrá maquillaje y accesorios “para lookearse para la marcha. Queremos brillar frente tanta oscuridad en la que nos relegan a vivir en esta sociedad que sigue siendo profundamente homofóbica”, comentó Sol.
La marcha partirá a las 19 rumbo a Plaza Independencia donde se leerá un documento y habrá música en vivo a cargo de Macumbias.
¿Por qué se marcha?
Este año, Tucumán fue escenario del travesticidio de Ayelén Gómez. Desde la comisión organizadora explicaron que a partir de ese hecho, la comunidad trans de Tucumán se organizó para exigir justicia y luchar por sus derechos. “Es por eso que exigimos #JusticiaPorAyelén. Sabemos que su asesinato no fue un hecho aislado y que las expectativa de vida de las mujeres trans en Argentina y en la provincia no supera los 35 años”, agregaron.
Otro reclamo relacionado es la aprobación de la Ley de Cupo Laboral Trans. Esta ley prevé un cupo laboral en la administración pública no menor al 1% para personas trans y travestis. “Esta ley busca incluir al mercado laboral a una parte de la población históricamente relegada a la precarización laboral”, explica Mariana de Cruzadas.
Entre otras de las consignas que se acordaron para esta marcha están: Basta de Lesboodio, Por una Nueva ley de VIH e ITS, Educación sexual Libre y Laica, Separación de la Iglesia del Estado, Aborto Libre, Legal, Seguro y Gratuito, Abajo el Protocolo Represivo LGBTI. También se exigirá verdad y justicia por Santiago Maldonado.
Un poco de historia
“Libertad, Igualdad, Diversidad”. Esa fue la consigna con la que se realizó la primera Marcha del Orgullo Gay-Lésbico en la Ciudad de Buenos Aires, el 2 de julio de 1992. Fue un acto político al que asistieron alrededor de 300 personas, que nunca imaginaron la repercusión que este primer encuentro tendría en los años sucesivos. En aquella época, los derechos de la comunidad aún se encontraban lejos: la marcha buscaba visibilizar las legislaciones represivas, vigentes desde la dictadura, y que, incluso hoy en día, se hacen presentes en las prácticas de las fuerzas de seguridad, a través de numerosas represiones que han recrudecido en el último tiempo.
A partir de 1997, la movilización comenzó a realizarse en el mes de noviembre, en conmemoración a la fundación de Nuestro Mundo, el primer grupo de diversidad sexual del país y de Latinoamérica. Creada en 1967, en Gerli, Gran Buenos Aires, por activistas comunistas del Sindicato de Correos, la agrupación fue la base que después permitió el surgimiento de otras organizaciones y su posterior fusión en el Frente de Liberación Homosexual (FLH), liderado por el escritor Néstor Perlongher. El colectivo se encargó de difundir panfletos y publicaciones para concientizar acerca de la igualdad de derechos, hasta que se disolvió con el inicio de la dictadura cívico-militar, en 1976, luego de haber pasado a la clandestinidad ante las persecuciones de la Triple A. Los miembros que no se exiliaron fueron desaparecidos.
Aquella Marcha del Orgullo que surgió con unos centenares de persona supo conquistar el espacio público. El paso del tiempo demostró que la comunidad LGBTIQ ya no volverá a callar ante los derechos vulnerados por una sociedad que busca reprimir todo lo que no se corresponde con la heteronormatividad. En un contexto en el que la violencia institucional sigue estando a la orden del día, la historización de la lucha resulta así fundamental para defender los derechos alcanzados y alzar la voz por los que aún faltan ganar.