IMG 5521

Ni Una Menos: diez años sembrando vida

El 3 de junio de 2015 salimos a las calles a gritar que no queríamos contar una muerta más. Una muerte más. Una piba menos. Lo hicimos con dolor, con bronca, con la urgencia que impone una violencia que nos atraviesa hace siglos. Pero también con la potencia de sabernos muchas, de sabernos juntas. Esa primera marcha del Ni Una Menos fue un punto de inflexión. Hoy, una década después, no sólo hacemos memoria: reivindicamos lo que construimos. Porque este grito, que se hizo consigna, movimiento y trama, salvó vidas. Literalmente.

En cada aniversario se hace el recuento de cuántos femicidios hubo en el año. Se publican cifras, se suman los nombres, se actualiza la estadística del horror. Y sí: necesitamos ese registro. No queremos olvidar a ninguna. Pero también necesitamos contar otra cosa: cuántas se salvaron. Las que pudieron salir de una situación de violencia gracias a una amiga que escuchó, a una colectiva que acompañó, a una ley que protegió, a una jueza que creyó, a una periodista que denunció, a una marcha que incomodó, a una red que sostuvo.

Porque en estos diez años, logramos mucho. Conquistamos leyes, pusimos en agenda debates que antes se archivaban, visibilizamos lo que se callaba. Creamos dispositivos de acompañamiento, fortalecimos espacios comunitarios, señalamos el machismo judicial, nos organizamos para cuidar y para denunciar. Cambió la forma en que hablamos de violencia. Cambiaron muchas escuelas. Las chicas hoy nombran el abuso. Las amigas hoy no se quedan calladas. Las madres protectoras no están tan solas. Las periodistas nos animamos a incomodar más, aunque muchas veces todavía nos enfrentamos a redacciones que nos frenan, a editores que nos censuran, a estructuras que siguen eligiendo el morbo antes que la ética. También nosotras peleamos desde adentro. Eso es victoria, pero también resistencia cotidiana.

Las redes salvan. Las redes feministas, comunitarias, barriales. Las tramas entre mujeres, lesbianas, travestis, trans, personas no binaries. Las que arman grupos de WhatsApp para acompañar a quien denuncia. Las que hacen una olla, una nota, un refugio. Las que se quedan al lado cuando todo arde. Las que paran, cuidan, se organizan. Esas redes, tejidas desde la urgencia y el amor político, evitaron miles de muertes. Y nadie las cuenta en una planilla de Excel.

Claro que falta. Que el Estado llega tarde. Que hay zonas sin acceso a la justicia. Que todavía nos matan. Que hay retrocesos, discursos negacionistas, misoginia institucional, odio político. Que convivimos con una violencia cada vez más cruenta. Pero sabemos algo más fuerte: no vamos a soltar. Porque no solo marchamos por las que ya no están. Marchamos con las que están. Con las que escaparon a tiempo. Con las que sobrevivieron. Con las que hoy pueden contar su historia.

A diez años del primer Ni Una Menos, elegimos mirar lo que floreció. Porque nuestro grito no fue sólo un reclamo. Fue también una semilla. Y en esta década crecieron hijxs más libres, vínculos más conscientes, espacios más seguros, decisiones más colectivas. Elegimos poner en el centro la vida. La que se defiende, la que se goza, la que se trama en comunidad. Porque nos queremos vivas no es un deseo abstracto: es una promesa activa. Una acción política. Y una realidad que,de manera colectiva, construimos todos los días.

Foto de Matilde Terán

Total
0
Shares
Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *


This site uses Akismet to reduce spam. Learn how your comment data is processed.

Nota Anterior
PORTADA 6

Influencers Libertarios: De la crítica al Estado a la nómina pública

Nota siguiente
1 r3OLTR9ZtxDavAtjDhjymA

¿Por qué el 3 de junio es el Día de Ni Una Menos?

Posts Relacionados
Total
0
Share