Liberan a los sospechosos del crimen de Gisell Tatiana Núñez

El juez Mario Velasquez ordenó la libertad de los responsables, quienes se encontraban detenidos desde marzo, luego de cinco allanamientos que los involucraron en el crimen. Su madre pide justicia. 

El femicidio de Gisell Tatiana Barrionuevo Núñez dejó una herida difícil de cerrar, dejando al descubierto el comercio de drogas, la marginalidad y la vulnerabilidad de los jóvenes con problemas de adicción en la provincia.

Gisell tenía 17 años. Estuvo desaparecida 5 días en marzo de este año, y su cuerpo fue encontrado en un cañaveral cercano a la localidad de Soldado Maldonado, en Monteros. Fue ferozmente golpeada y ahorcada. Por el hecho, la Justicia había dictado la prisión preventiva para Luis Cristian “Pony” Danún de 40 años y Teresita del Milagro “Tere” Raso de 21 años. 

“Primero metieron a cinco y soltaron a tres, los dos que quedaron adentro fueron liberados la semana pasada”, lamentó Norma Núñez, la madre de Gisell, que desde hace ocho meses busca justicia.

El juez que interviene en la causa, el Dr. Mario Velasquez, ordenó la libertad de los responsables. El juicio comenzará en julio del 2019. “Estamos ante un claro operativo de impunidad para proteger a los responsables del femicidio de Gisell Tatiana. No queremos que la causa siga el curso del caso de Lucia Pérez donde se absolvió a los asesinos y sólo se los acusó por la tenencia de drogas”, expresaron en un comunicado desde el Plenario de Trabajadoras, organización que está acompañando a la familia de la víctima.

Gisell tenía problemas de consumo. Durante cinco años, Norma luchó sola para sacar a su hija de las adicciones. “Muchas veces le pedí a la jueza de Monteros que me dé la internación. Una vez me dio en el hospicio del Carmen, y se escapó. Yo volví a la jueza, le pido que me dé la orden de otra internación y le muestro todos los papeles del médico, de la psicóloga, del psiquiatra, con los medicamentos que ella tomaba, porque estaba con convulsiones, me dijeron que estaba con alto riesgo y que no podía estar en la calle. Pero la jueza no me quiso firmar, me decía que tenía que estar con alto riesgo, y que como se había escapado no le iba a firmar”, lamentó Nuñez.

A la semana, Gisell apareció muerta.

Norma también denuncia que una red de narcos la perseguía a donde iba para hacerla trabajar. “Ellos empezaron a darle droga hasta que se hizo adicta, yo primero no sabía y cuando me di cuenta empecé a buscar ayuda. La llevé por muchos lugares. Estuvimos en Bueno Aires, Santiago del Estero, Catamarca donde estuvo 4 veces en una iglesia, incluso me quedé con ella, y también en el hospicio me quedé a su lado. Yo estaba sola. Ellos la encontraban y se la llevaban”, contó la madre.

En la comisaría tampoco le querían tomar las denuncias. “Cada vez que ella se escapaba yo iba a la policía. Me decían que estaban cansados de tomarme la denuncia. En Tribunales me habían dicho que todas las veces que ella se escapara yo tenía que denunciar. Entonces yo iba a los tribunales, venía una chica conmigo y ahí si me tomaban la denuncia”.

“El mismo día que hice la denuncia, hacía cuatro días no aparecía me hija. El policía que me atendió me decía que vea que iba a hacer con ella, porque ellos ya estaban cansados. Parece que era el único que no sabía, porque ahí vino otro oficial y se lo llevó para adentro, y después me tomaron la denuncia. Mi hija ya estaba muerta”, relató. 

Norma busca justicia por su hija y tiene miedo por su familia. “Yo tengo miedo por mi hijo, porque si hicieron eso contra mi hija, también pueden hacerlo contra mis otros hijos”, manifestó.

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