“Las producciones de teatro se definen por cada decisión que se toma”

La obra “Pajarito” participó de la 34ª Fiesta Provincial de Teatro, la cual germinó en el marco de la Licenciatura de Teatro de la UNT. Desde La Nota invitamos al elenco a dar cuenta de un proyecto que “en un barrio suburbano de Tucumán, su protagonista nos descubre un mundo marginal de códigos hostiles, donde también existen lazos de lealtad”.

La Fiesta Provincial de Teatro, una vez más, tuvo un crisol de propuestas, con elencos todo tipo y hoy llega a su fin. “Pajarito”, por su lado, tuvo la oportunidad de inaugurar el festival el sábado pasado. “La función salió muy bien. El público normalmente se introduce mucho en el relato, al punto de que a veces opinan y participan y esta vez no fue la excepción”, arrancó diciendo Gonzalo Augusto, miembro del elenco que interpreta al protagonista, a Pajarito.

 

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Gonzalo Augusto es Pajarito

 

“El público que nos vio hasta ahora, en la sala Fuera de Foco, remarca que trabajamos sobre el realismo y lejos de la solemnidad de reproducir un texto y acciones una y otra vez. Sí nos ponemos en la situación que plantea el texto original (de Ósjar Navarro Correa), pero desde una propuesta propia con algunas decisiones que lo modifican. Incluso me animo a decir que a veces nos ponemos en la tarea de ser nosotros mismos en la carne de los personajes”, indicó Gonzalo Augusto.

“Comparto lo que piensa Gonzalo -dijo sumándose a la charla Lucas Romero– porque pasar del texto a la acción, no sólo nos condujo a modificar el contexto del texto original -que sucede en Mendoza- tranyéndolo a la escena local, sino también la introducción de diferentes matices de cada personaje, haciéndolos más propios. Si bien también respondemos a muchas convenciones dentro del teatro, se trata de una propuesta abierta, porque aparecen distintos juicios de valor y opiniones de los espectadores hacia los personajes y que a veces se hacen visibles en plena función”, agregó Romero.

“Sí, totalmente”, continuó Gonzalo. “Cada función tiene cierta frescura, porque nos apegamos a lo que sucede cada día; por ejemplo hay un momento que siempre encendemos la radio y no sabemos qué va a sonar, es un desafío de cada función adaptarnos a eso; a la canción que suene, a la noticia o chiste del momento, por ejemplo, una vez se hizo presente una de las subas el precio del dólar, o la suspensión del partido en la función apertura de la Fiesta Provincial de Teatro. Estas anécdotas -vinculadas a la improvisación- conducen a que la obra se actualice permanentemente”, indicó. “Es cierto”, dijo Miguel Aparicio, “nos apropiamos de todo lo que sucede en escena, hasta de los imprevistos como una baja de tensión o corte de luz, culpando a EDET -inevitables risas-. En este sentido, tratamos de hacerle distintos guiños a la gente y de hacer alguna referencia sobre el contexto político y la crisis económica”, apuntó Aparicio.

 

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Augusto y Aparicio

 

Pajarito tucumano

“Estructuralmente la obra tiene 3 bloques, el centro de la obra siempre es Pajarito, pero luego se descubren capas de historias por sobre historias, que dan cuenta de que esas personas -que en un principio aparecen muy estereotipadas-, como un ex convicto, o una persona de muy bajos recursos y marginal, van a apareciendo dualidades y pluralidades entre sus rasgos y características, permeabilizando una perspectiva mucho más amplia y compleja de lo que puede ser cualquier persona; somos de muchísimas formas”, reflexionó Lucas.

Esta obra fue estrenada inicialmente como examen final de las Cátedras Dirección y Práctica de la Actuación I de la Licenciatura en Teatro de la Facultad de Artes, UNT. En prácticas de la actuación, de 4to año, se propone a fin de año que un grupo de compañeros y compañeras elija un texto para actuar y que será dirigido por alguien que curse Dirección en 5to. “Desde el principio los actores fuimos Gonzalo Augusto, Miguel Aparicio, Madeleine Jaime Azcárate y yo, Lucas Romero y le propusimos a un profesor de la cátedra de Dirección y él decidió que sea Huerto Bravo Yñigo que dirija la obra. Así comenzamos un proceso que devino en creación colectiva y en la cual, cada uno fue aportando desde una dirección externa, lugar en el que más estuvo Huerto, claro. Pero discutimos los matices y la construcción de cada momento, en un clima de constante diálogo”, apuntó Romero.

 

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Romero y Aparicio en escena

 

“Elegimos el texto por varias razones, primero porque literariamente nos pareció hermoso. Si bien sufrió toda una transformación, su esencia se sostiene. Fue escrito en 2011 por Ósjar Navarro Correa y forma parte de una trilogía de teatro suburbano que trata situaciones de personajes marginales. Inmediatamente en escena aparecen estigmas y etiquetas. El texto da cuenta de un grupo de jóvenes que se criaron sin madre y a partir de esa situación vivieron marginalidad, pobreza, desapego, falta de afecto, abusos sexuales, incesto, violencia psicológica y física”, detalló Lucas. “Ante la falta de una figura de madre, o de amor maternal, los personajes se aferran fuertemente a la imagen de las vírgenes religiosas del catolicismo y tratan de crear distintas estrategias para la supervivencia entre el encierro y la libertad”, indicó Gonzalo.

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“El teatro es político”

“Participar de la Fiesta Provincial de Teatro es entendido por nosotros como un reconocimiento al trabajo emergente, sobre todo en medio del complejo contexto general que atravesamos y particular del Instituto Nacional de Teatro“, señaló la directora, Huerto Yñigo. “Tenemos compañeros y compañeras que viajaron a Buenos Aires ante la crisis de representación que existe entre las autoridades del Instituto, que recortaría el 50% del presupuesto nacional del año próximo y que, desde luego, repercute en todos y todas. No sólo en quienes hacemos teatro, sino en toda la comunidad. El Instituto y todo lo que sale de allí nos pertenece a todos. Se trata de un golpe a la cultura. Estamos allí para hacerle frente y acercar el teatro a la comunidad. El teatro es político”, afirmó Yñigo.

“Toda manifestación artística tiene un contenido político porque da cuenta de un posicionamiento ideológico y estético de un determinado contexto y, en este sentido, creemos que ninguna obra está desapegada de esa premisa. Quienes producimos teatro terminamos creando -al menos- una suerte de opinión. En Tucumán hay una vasta producción teatral de propuestas muy diferentes y, a veces, como espectadores vamos a ver una obra que pretendemos que nos dé algo que no puede darnos, porque -finalmente- cada producción de teatro responde a ideas u objetivos bastante concretos, ante lo que se vuelve un imposible producir una mirada universal que satisfaga a todos y todas. Las producciones se definen por cada una de las decisiones que se toman, que incluyen el lenguaje teatral que se elige, el texto, la sala, los recursos con los que se cuentan, los que se eligen y también lo que se deja de lado”, reflexionó Lucas.

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