Hoy se cumplen 17 años de la desaparición de Marita Verón, el caso que visibilizó la trata de personas y las redes de corrupción estatal. La búsqueda que llevó adelante su madre, Susana Trimarco, rescató a miles de jóvenes e impulsó cambios legislativos.
María de los Ángeles Verón tenía 23 años cuando desapareció el 3 de abril de 2002 en San Miguel de Tucumán. Tenía una hija de tres años, Sol Micaela, y vivía en Las Talitas. Es una de las 3.000 mujeres que se encuentra desaparecidas según datos de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (PROTEX).
El 2 abril de ese año salió a realizar una consulta médica a la Maternidad por recomendación de su vecina y enfermera de la clínica, Patricia Soria. Su novio, Miguel Ardiles, la contactó con el médico Tomás Rojás, quien examinó a Marita y la citó para el día siguiente, tras insistir en reiteradas oportunidades que llevara el documento. El 3 de abril Marita salió de su casa y nunca regresó.
Desde el 3 de abril de 2002, Susana Trimarco, su madre, lleva adelante una búsqueda incansable. “Hoy hace 17 años que nos arrancaron a una hija y a una madre, hoy se cumple un año más del secuestro y desaparición de Marita”, expresó esta mañana Susana en las redes sociales.
Sus captores eran parte de una red delictiva que traficaba mujeres, y que contaba con la complicidad policial y judicial, un dato que conocieron los padres de la joven cuando tuvieron que encabezar la pesquisa ante la inacción de las autoridades.
Trimarco sólo contó con la ayuda de su esposo y de un comisario amigo, Jorge Tobal. Tuvo que invertir todo los ahorros de la familia, vendieron una casa, un departamento y dos autos para buscar sin éxito a su hija por todo el país. El movimiento de mujeres acompañó la lucha e hizo del caso de Marita una bandera para luchar por todas las mujeres desaparecidas, bajo el lema “Las estamos buscando, las queremos con vida”.
Desde Jujuy a Río Gallegos. Visitaron lugares donde se trafican mujeres, la mayoría de ellas secuestradas y vendidas ante los ojos de la Justicia y del poder político. En la incesante búsqueda de su hija, la familia Verón logró sacar de la esclavitud a centenares de jóvenes. Incluso, de prostíbulos españoles, donde consiguieron llegar a través de Interpol.
Durante todos estos años, la lucha de Trimarco la convirtió en una referencia a la hora de hablar de trata de personas. Obligó, incluso, a modificar la ley de trata de personas, una figura penal que pasó a tratarse como delito federal. Nunca recuperó a su hija, pero salvó a muchas otras. Un documental y una telenovela reflejaron su caso.
En 2007 crearon la Fundación María de los Ángeles con el objetivo de rescatar victimas secuestradas para trata de personas, la cual logró liberar a más de mil mujeres.
La desaparición de Marita llegó a juicio oral en 2012, una década después de que la secuestraran. Todos los acusados fueron absueltos con el argumento de que los testimonios sobre los que se basaba la acusación no eran creíbles y eran contradictorios entre sí.
El fallo cosechó severas críticas desde diversos ámbitos. Pero Susana no se rindió. La causa llegó a la Corte Suprema de Justicia de Tucumán, que en diciembre de 2013 revocó el fallo absolutorio y condenó a todos los imputados.
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