“La música va de la mano del feminismo por su poder interpelante”

Cada 22 de noviembre se celebra el Día Internacional de la Música, el arte sonoro que más pasiones despierta alrededor del mundo, trascendiendo todos los idiomas y fronteras. Desde La Nota conversamos con la cantante Florencia Lencina sobre el uso político de esta herramienta en vinculación con el feminismo; “la voz y el canto son mis armas más poderosas”.

En el marco del Día de la Música, millones de personas a lo largo y ancho del mundo conmemoran y revalorizan las infinitas interpretaciones y usos que se hacen de ella y que supone, además, un vasto campo de estudio de distintos avatares del conocimiento. Entre las definiciones clásicas de la música están las que sostienen que se trata de una secuencia temporal, una organización sensible y lógica, que combina sonidos y silencios a partir de los principios fundamentales de la melodía, armonía y ritmo. Sin embargo, distintos estudios afirman que la música es un arte que “mejora la vida” de quienes la escuchan; “recibir constantes dosis de música tiene efectos positivos en la vida de las personas”, manifestó Ana Claudia Torres en un portal web de psicología y terapias alternativas.

Una mujer que adora a Dios

A pesar de tantos atributos ligados al bienestar, por otro lado, religión, torturas y canto son los tres pilares que componen la particular -y presunta historia del siglo II d.C.- que instaló la costumbre de celebrar, un día como hoy, a la Música. El responsable fue el Papa Gregorio XIII en 1954, en conmemoración al nacimiento de Santa Cecilia, patrona de la música, quien se negara -en medio de cantos y alabanzas religiosas- a abandonar la fe católica, mientras resistía torturas que terminaron en su ejecución.

La música, como toda manifestación artística, es un producto cultural y suscita una experiencia estética y singular tanto de quien la oye como de quien la construye. ” Se trata de una inmaterialidad inabarcable, pero que atraviesa todos los aspectos de la vida de muchas personas y de la mía; la música es todo para mí”, describió la cantante e integrante del Movimiento Mujeres x el Arte Tucumán, Florencia Lencina, en diálogo para La Nota. “La música me resulta importante a tal punto que no puedo pensarme sin sentirla y hacerla. A la mañana desde que despierto me acompaña; desde los sonidos de los pájaros hasta las sirenas de las ambulancias que van hacia el hospital a unas cuadras de casa”, detalló una de las beneficiarias (junto al guitarrista Daniel Albarracín) de las becas nacionales de fomento otorgadas recientemente por el Instituto Nacional de la Música (INAMU). 

 

 

Un arma para mujeres

“Mi instrumento es la voz y creo que se trata del más completo, complejo y maravilloso que existe. Además, cada voz es única, entonces, hay tantos instrumentos vocales como voces existan, multiplicados por la infinidad de sonidos que cada una pueda generar. Siento que es mi arma más poderosa y la forma de resistencia más fuerte que tengo. Cada vez que subo al escenario lo digo y canto a la mirada de quienes me escuchan. Cuando mi mirada hace contacto con la de otra persona al cantar, siento un momento de conexión inmenso”, reflexionó. 

 

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“El Movimiento Mujeres x el arte Tucumán ha nacido desde la música y me vinculo a él desde allí y desde la fotografía. Inicialmente nos organizamos para ir a Santiago del Estero y al notar que distintas situaciones y problemáticas, como acoso, desigualdad de cupo en concursos y escenarios entre tantas otras, nos encontraban y unían, decidimos arrancar con el movimiento, que formalizó en marzo de este año para tratar esas problemáticas, discutirlas y encararlas”, explicó. 

“La música y el feminismo son dos caminos obligados y que van de mano para mí y, en este sentido, el movimiento es clave. En estos tiempos de denuncia se están diciendo muchas cosas a través de las artes en general y de la música en particular, porque estamos visibilizando diversas situaciones en las que -históricamente- fuimos desfavorecidas: la industria de la música ha sido un terreno sumamente patriarcal que ha privilegiado siempre a los varones y en el que las mujeres fueron objetos y ocuparon espacios accesorios a los de ellos”, manifestó Lencina.

 

 

“Creo en el cambio, creo en que las mujeres estamos luchando lentamente para lograr la equidad y el respeto que merecemos dentro de la industria. La lucha también se está dando en los espacios íntimos, en las guitarreadas entre amigues, en las conversaciones entre compañeras y compañeros… en todos los ámbitos. Esto recién empieza y es imposible concebir el feminismo sin música por su poder de interpelar”. 

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