La murga uruguaya Falta y Resto presentará en Tucumán su espectáculo “Misa Murguera”, por primera vez con un coro paritario, integrado a medias por hombres y mujeres. Desde La Nota, conversamos con Raúl Castro, letrista y director de la murga, y con Papina de Palma, una de las mujeres que entona el himno feminista murguero “Ni un paso atrás”.
“Este año ha habido una re-evolución de la Falta y Resto“, comenzó contando Raúl Castro, fundador, director y letrista de la murga más famosa del mundo. “Nace como una idea artística, pero que germina a propósito de la lucha del feminismo en el mundo entero”, agregó sobre este nuevo espectáculo que presentarán el domingo 22 de julio a las 20.30hs en el Teatro Mercedes Sosa.
Bajo el nombre de “Misa Murguera”, el espectáculo presenta por primera vez un coro paritario, integrado a medias por hombres y mujeres, rompiendo con la histórica tradición murguera de no aceptar mujeres en sus filas.
“El hecho de que las mujeres nos hayan abierto los ojos, primero desde lo artístico y después desde lo político lo valida todavía más. La mujer comenzó a hacer visible su participación en el tejido social y cultural de tal manera y a denunciar dentro de ese tejido al machismo, que nos dimos cuenta que había toda una parte que nos estábamos perdiendo fundamental en la representatividad del pueblo, que es la esencia de la mujer”, agregó el murguista.
Papina de Palma es una de las mujeres que se incorporó a la murga de las cuatro estaciones. “Es un espacio que ha sido ocupado históricamente por hombres, y nuestra participación, en algunos casos, se ve incluso como una desventaja. Yo me siento muy honrada de formar parte de esto, de la primera murga de coro paritario en carnaval, me siento privilegiada por poder cantar esas palabras y por poder atrincherarme para el feminismo de esta forma. La música es poderosa”, reflexiono la música quien transita su primera experiencia como murguista. Además, se mostró entusiasmada de volver a Argentina, en un momento donde el movimiento feminista está siendo protagonista. “Siempre que vamos a Argentina nos emociona mucho el encuentro con las mujeres de aquel lado. Estamos todas juntas”.
En la última gira de la Falta en Argentina fue unos días antes de que el proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo obtuviera media sanción en la Cámara de Diputados. De Palma contó que estuvieron muy pendientes del proceso. “Queríamos que las compañeras que fueran a vernos cantar supieran que las acompañábamos, que las acompañamos”. Por eso, llevaron los pañuelos verdes, símbolo de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, durante sus presentaciones.
“El mundo entero, me animo yo a decir está enmarcado en la revolución feminista”, agrega Castro. “Y nosotros, un género que tiene más de 100 años y que fue toda la vida machista, vamos de brazos abiertos a apoyar a las compañeras, porque están en la lucha y recogemos con ellas viejas banderas del inicio de la Falta. Banderas de justicia, de igualdad, de luchar contra la discriminación”.
Construcción de la Misa Murguera
Raúl paso 19 minutos sin vida, luego de sufrir un paro cardíaco en 2016. “Estuviste apagado 19 minutos me dijo el médico. Te reseteamos”, contó Castro sobre una experiencia que bordea lo milagroso. La comunión con la familia sacó adelante su recuperación y, una vez en pie, surgió la idea de agradecimiento al Rey Momo. “De alguna manera es también la representación de un espíritu común, de alegría. Así comenzó la idea de la misa y se metieron todos. Soledad, mi hija participó en la creación de la obra, debe haber sido la autora conceptualmente del 60% del trabajo”, destacó Castro, quien disfruta de trabajar rodeado de sus hijos. Felipe y Leandro también forman parte del equipo de producción.
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La canción más profunda, actual y revolucionaria que tiene la obra la cantan solo las mujeres. Está escrita por una mujer y culmina un cuplé cómico, que es el cuplé del machista interpretado por Castro, que se enamora de una feminista. “La lucha es de ellas, en este caso la Falta es un instrumento de la lucha feminista“, aclara el director.
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Trabajar una temática feminista en un espectáculo murguero supone un compromiso real y duradero. “Te hace tratar de ser cada día mejor, no te podés fallar a vos mismo ni a las compañeras que creen en vos, es un hermoso desafío”, reflexiona.
Al respecto, Papina también expresó el compromiso de sus pares. “Los compañeros varones están cada vez más interiorizados en la lucha feminista y creo que su interés por deconstruirse va aumentando. Yo los siento respaldarnos y acompañarnos cada vez más desde el amor y el compromiso. Siempre hay cosas para aprender, porque deconstruirse es difícil y doloroso, también para nosotras que crecimos en un universo patriarcal, pero el compromiso y la intención están”.
“El feminismo es una lucha contra el poder como paradigma. Y tenemos que tratar de vivir mejor los dos géneros, los dos mil géneros que se nos ocurran en la cabeza. De esa manera se va construyendo todos los días”. Castro cita una parte de`l espectáculo que dice: “A veces me dice cosas que me cuesta comprender; pero soy yo que me tengo que detener y escucharla: tengo tanto que aprender”.
La revolución se hace cantando
“Cuando nosotros empezamos con la murga en el año 80, sabíamos que teníamos entre manos un instrumento cultural para la lucha contra la dictadura militar en aquel momento”, recuerda Castro, quien es uno de los fundadores de la Falta. “Después nos dimos cuenta que teníamos un instrumento cultural para tratar de hacer caer la dictadura de la burocracia, de la mediocridad, y después nos dimos cuenta que teníamos un instrumento para cambiar la sociedad, que es nada más y nada menos que cambiar el tablado, el lugar donde cantas, el vestuario que usas, la casa donde vivís, vamos cantando por los barrios, por las ciudades, haciendo lo que nos gusta nos aplauden y todavía nos pagan, que más queremos. Estamos militando, yo laburo para cambiar el mundo que me rodea para mejor, que es el de la solidaridad que es femenina, y no desde el individualismo que es masculino”.
Papina también encontró en la murga un lugar desde el cual comunicar. “Creo que la música es una herramienta de lucha muy poderosa, y en el caso de la murga incluso más porque es un género hiper popular que alcanza gente muy distinta. En carnaval recorrimos prácticamente todo Montevideo y probablemente nuestro discurso fue novedoso para alguien en cada tablado. Creo que no debemos dar por hecho nunca que los demás tienen el privilegio del acceso a la información. Nuestra responsabilidad como grupo que cree en algo, es transmitirlo, facilitarle las ideas a tantas personas como sea posible. Después, cada uno verá qué hace con esa data, no todos estarán de acuerdo”.
Castro destaca el rasgo grupal de la murga. “Nosotros sentimos que la murga teatral, porque es muy chauvinista decir murga uruguaya a esta altura, como la concebimos nosotros es una revolución cultural en este principio de siglo 21. No hay otra revolución cultural tan basta y tan profunda porque es canto gregario, es canto de grupo, es un movimiento donde no hay líderes, los líderes son los grupos, donde no hay banderas políticas más que todas las banderas políticas, donde hay alegría porque la murga es transformar la realidad en alegría. Es un agradecimiento eterno al dios Momo, a la gente. Venir a Tucumán para nosotros significa meternos en lo más profundo de nuestro pasado y en lo más importante de nuestro futuro, el corazón de nuestro continente”, concluyó el letrista.