Este viernes el público tucumano tiene una cita con la música clásica española, de la mano de Simón Maisano, joven y talentoso concertista tucumano radicado en Barcelona.
por Pedro Arturo Gómez
Un “gentilhombre” era el emisario que se le enviaba al rey para transmitirle una buena noticia, también alguien de origen noble y, por extensión, alguien que se comporta como un caballero. Joaquín Rodrigo –el autor del famoso Concierto de Aranjuez– usó este concepto para bautizar su Fantasía para un gentilhombre, un concierto para guitarra y orquesta escrito en 1954 y dedicado al célebre guitarrista clásico Andrés Segovia, quien le había encomendado la composición de la pieza, cuyos cuatro movimientos se basan en seis danzas cortas para guitarra solista de Gaspar Sanz, compositor español del siglo XVII. En el estreno de la obra, el 5 de marzo de 1958, Segovia fue el intérprete solista, un papel que desempeñaron a partir de entonces destacados músicos en las innumerables presentaciones del popular concierto. El próximo viernes 4 de octubre, este papel estará a cargo de Simón Maisano, joven y talentoso concertista tucumano radicado en Barcelona, acompañado en esta ocasión por la Orquesta Sinfónica de la UNT, con la dirección del maestro Roberto Buffo, en una función dedicada a la celebración de la música clásica española.
“Lo que Joaquín Rodrigo hace –señala Simón- es orquestar estos temas, tratando de mantener el estilo de las composiciones originales de Sanz.” Pero no es la única pieza que interpretará en esta oportunidad Maisano. “También tocaré la Sonatina, de Federico Moreno Torroba –prolífico autor español de zarzuelas del siglo XX- escrita originariamente para guitarra en la década del ’20, también dedicada a Segovia, y luego adaptada para orquesta y guitarra, una pieza mucho más corta, de tres movimientos”, agrega.
Formado en la Escuela de Música de la UNT y en la Universidad de Lanús, con títulos de postgrado obtenidos en la Universidad Autónoma de Barcelona, el Conservatorio del Liceo de Barcelona y el Conservatorio Superior de Aragón, Zaragoza, instalado desde hace ocho años en Cataluña, Simón integra ese vasto contingente de profesionales argentinos de diversas disciplinas que se han dispersado por el mundo en búsqueda de horizontes más extensos y propicios para sus carreras. “En Barcelona doy clases, soy profesor en dos escuelas de música, además de ocuparme de la coordinación en una de ellas, tratando siempre de dar conciertos, tocar todo lo que puedo, porque mis proyectos artísticos son mi mayor prioridad. En Europa para un músico como yo hay más posibilidades, porque puede haber más movimiento de gente tocando, hay proyectos que salen más fácilmente. En Argentina, en general, y en Tucumán, en particular, cuesta más sacar algunas cosas adelante, si bien salen cosas y se hace mucho, con gran nivel; en Europa puede resultar más sencillo, sobre todo teniendo en cuenta la cuestión económica.”
Desde que se radicó en tierras catalanas, Simón ha visitado constantemente Tucumán, haciendo actuaciones y reencontrándose con familiares y amigos, pero la presentación del próximo viernes tiene para él una especial significación. “Este concierto es la primera vez que voy a tocar con la Orquesta Sinfónica de la UNT” explica. “Esto me hace mucha ilusión, con dos obras preciosas, sobre todo la Fantasía para un gentilhombre, que es una obra muy importante en el repertorio guitarrístico clásico, y es la primera vez que voy a tener la oportunidad de interpretarla, además de la Sonatina que es una pieza muy bonita.”
Respetar el estilo de cada obra y mantener una coherencia con el sentido puesto por los autores en ellas, son exigencias –además de las especificidades técnicas- que Simón Maisano conjuga con su voluntad orientada hacia un doble objetivo: poner en diálogo las características particulares de estas composiciones con el estilo propio de su versión como intérprete, y lograr la articulación entre su guitarra solista y la orquesta.
El viernes 4 de octubre, a las 22:00, en el Teatro Alberdi, el público tucumano tiene una cita con esta celebración de la música clásica española, que ha traído de nuevo a su lugar de origen a este joven gentilhombre de la guitarra. Ésa es la buena noticia.