La denuncia por abuso sexual de Daiana Albertus Paz motivó que otras víctimas rompan el silencio

FOTO: GALO CAÑAS /CUARTOSCURO.COM

Hace dos meses, la comunicadora tucumana denunció ante la Justica a un ex jefe suyo por abuso sexual. Desde entonces, otras víctimas se contactaron con ella y cada vez son más las que se animan a denunciar. Desde La Nota, conversamos con Víctor Brito, abogado de la joven, sobre el valor de la prueba testimonial en el proceso judicial.

Cada vez más, el abuso sexual deja de ser una problemática silenciada. Cada vez más, quienes fueron víctimas de estos delitos deciden, de una u otra manera, señalar a los responsables, buscar justicia y emprender un camino de reparación lejos del ocultamiento, la vergüenza y la culpa.

A principios de marzo, la periodista Daiana Albertus Paz denunció en la justicia tucumana por abuso sexual a un ex jefe, Cristian Argañaraz. El hecho habría sucedido en el año 2016. Su denuncia tuvo gran repercusión por la difusión mediática que obtuvo. Además de recibir muchos mensajes de apoyo, recibió testimonios de otras mujeres que se animaron a romper el silencio. “Muchas víctimas de abuso sexual se contactaron con Daiana y se animaron a hablar por primera vez. Incluso hubo una persona que hizo una denuncia formal contra su abusador. Es muy importante remarcar y que la comunidad sepa y tome conciencia de esto”, sostuvo Víctor Brito, abogado de la joven.

Para el letrado, se debe “tomar conciencia del fenómeno del abuso sexual. Si bien es un delito penal, no puede tratarse igual que otros delitos, por eso existen unidades especializadas. El efecto y el impacto psicológico que reciben las víctimas no es el mismo. Por eso requiere un tratamiento especial que nosotros estamos atrasados culturalmente y estamos también atrasados jurídica y procesalmente”, manifiesta Brito.

Sucede muchas veces que es la propia comunidad la que pone en duda el testimonio de la víctima. “¿Por qué denuncia ahora?”, suele ser un cuestionamiento cuando los hechos salen a la luz habiendo pasado un tiempo de acaecidos. “Los que estamos en este tema sabemos que es un proceso psicológico hasta poder enfrentarlo. La sociedad tiene que tomar conciencia de este fenómeno que sucede en lo laboral, en las familias, en todos los ámbitos. Y hay muchos abusadores en el poder y se sienten tocados cada vez que una denuncia así se hace pública”.

Sobre los testimonios de las víctimas de abusos sexuales

La particularidad de los delitos sexuales es que rara vez hay testigos. “Son delitos que siempre suceden en la intimidad, en ámbitos cerrados o porque el victimario aísla a la víctima, la pone en una situación de no escape, de no poder pedir ayuda”, expresa Brito.

En el ámbito jurídico, entonces, el testimonio de la víctima cobra vital importancia. “Son construcciones jurisprudenciales las que hay, no especifica de alguna ley, señala el letrado y explica que las pericias psicológicas y los psicodiagnósticos acompañan el testimonio como carga probatoria, además de otro tipo de prueba.

El testimonio debe cumplir con lo que se denomina la doctrina de garantía de certeza testimonial. “La declaración de la víctima tiene que considerarse prueba de cargo suficiente, lo que significa que tiene una entidad importante para que, simplemente con esa declaración, desvirtuar la presunción de inocencia”, añade Brito.

“Tiene que considerarse a ésta declaración como cierta por la clase de delito que es, porque también supera el estándar de prueba de otro tipo de denuncia. No es un delito cualquiera porque la víctima es el único testigo presencial”, manifiesta.

¿Cómo sería esta garantía de certeza en el testimonio de la víctima? Brito señala que, primero tiene que haber una ausencia de incredibilidad subjetiva. Por ejemplo, una ausencia de odio, de resentimiento, de enemistad o circunstancias, entre la víctima y victimario. “Y esto va a ser creíble en la medida en que no exista odio, no exista resentimiento, solo exista el trauma de esa situación”.

Por otro lado, tiene que existir verosimilitud. “Esto lo vamos a determinar con la coherencia y la solidez de la declaración. Esta solidez y coherencia se va a corroborar periféricamente con otros elementos que van a ayudar a que ese testimonio sea aún más verosímil”. Y un tercer punto, la persistencia en la incriminación.

“Este análisis es producto de cada caso, de cada desarrollo que han tenido a nivel plenario en las diferentes instancias ante tribunales en las distintas provincias y a nivel nacional, en las construcciones que los jueces van haciendo para echar luz sobre estas situaciones. Es algo de lo que se ha venido tomando conciencia en los últimos 15 años, con la reivindicación de derecho de las mujeres”, agrega Brito.

La debida diligencia

El avance de los movimientos feministas en los últimos años ha generado nuevas perspectivas para juzgar estos delitos. “Si la sociedad en su conjunto toma conciencia de esto, puede ser que quienes tienen la obligación de investigar, la obligación de encontrar la verdad de los hechos, que en este caso es el Ministerio Público Fiscal, tomen más conciencia, se apuren y aceleren los tiempos”.

El deber de debida diligencia para prevenir, sancionar y erradicar hechos de violencia contra las mujeres nace de las obligaciones que impone la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer “Belém do Pará”. La Corte Interamericana de Derechos Humanos, además, estableció que, en un contexto de violencia, subordinación y discriminación histórica contra las mujeres, los compromisos internacionales “imponen al Estado una responsabilidad reforzada”.

En ese sentido, Brito remarcó que el apoyo periodístico y de organizaciones sociales que reciben las víctimas, para visibilizar los casos y mantener a la comunidad en conocimientos de estos delitos, sirve para que el Poder Judicial se “sienta mirado por la sociedad para que actúe”.

Tucumán tiene un prontuario deficiente en el tratamiento de casos de violencia de género, siendo el más reciente y escandaloso, que puso la lupa sobre su accionar, el femicidio de Paola Tacacho, quien había realizado más de 13 denuncias en cinco años contra Mauricio Parada Parejas, quien terminó asesinándola. Las víctimas de violencia de género no pueden esperar.

“Lo que hizo Dayana fue muy valioso y ella lo sabe”, finaliza el abogado. “Ha motivado a otras a romper el silencio, yo creo que la ha ayudado aún más a seguir. Ahora ella está fuerte, yo la veo así”.

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