Se cumplen cuatro años desde que “Belén” recuperó su libertad. “Belén” es el nombre con el que se conoció a la joven que estuvo presa dos años por un aborto espontáneo. Gracias a la articulación del movimiento de mujeres y feminista de la provincia y el nacional, se logró la revisión del fallo que la condenaba, su liberación y la posterior absolución.
Sobre el caso
El caso de “Belén” es el de una joven que con 25 años llegó en compañía de su madre la madrugada del 21 de Marzo de 2014 con dolores abdominales al hospital Avellaneda, le administraron calmantes y estuvo aproximadamente dos horas internada en la Guardia.
Tuvo una hemorragia, le diagnosticaron un “aborto espontáneo incompleto sin complicaciones” y de ahí en adelante, comenzó su calvario. Acusaciones, sospechas y, finalmente, la cárcel.
Una vez que le dieron el alta médica, fue trasladada directamente al Penal de Santa Ester, en la Banda del Río Salí.
Su atención médica y su proceso penal estuvo plagados de irregularidades: violación del secreto profesional, torturas, contradicciones en el cuadro probatorio, una Defensa Técnica negligente y un Poder Judicial que, sin pruebas y apelando a prejuicios estereotipados de género, la condenó a 8 años de prisión por “Homicidio agravado por el vínculo”. Un vínculo que no está probado, un homicidio que no fue probado, una escena del crimen que no fue documentada y un feto cuya cadena de custodia se violó de tal forma, que terminó por extraviarse (todo esto está probado en la causa).
La abogada Soledad Deza, en aquel momento de Católicas por el Derecho a Decidir, llevó adelante su defensa y la estrategia jurídica. Además participaron Noelia Aisama, Celina de la Rosa y Luciana Gramaglio para articular lo jurídico y lo comunicacional, marcando un antecedente en la provincia en el abordaje de estos casos.
Además, se conformó la Mesa para la Libertad de Belén, compuesta por 40 organizaciones de un arco político significativo: organizaciones de mujeres multipartidarias, con Sindicatos, agrupaciones estudiantiles también de diferente extracción política y organizaciones de DDHH, lo que significó un gran avance en términos de construcción feminista.
El día de su liberación, la Mesa armó máscaras blancas con la leyenda “Somos Belén”. Los medios de comunicación quería tener la imagen de la joven que había trascendido las fronteras provinciales. Todas las presentes se colocaron las máscaras, incluso ella, para confundir a las cámaras y proteger su derecho a la intimidad.
Su historia se plasmó recientemente en un libro, donde rescata todo el entramado que se tejió por un lado, para encarcelarla, y por otro lado, para lograr su liberación.
A cuatro años de aquella tarde, “Belén” compartió una carta de agradecimiento:
Hola a todas. Hoy 18 de agosto se cumple 4 cuatro años de mi liberación. Este día lo festejo como mi cumpleaños, el día que volví a nacer gracias a cuatro ángeles que aparecieron en medio de la oscuridad para darme luz en mi camino, para enseñarme de los derechos que una persona privada de su libertad tiene esos derechos que me hicieron creer que yo no tenía. Fue una lucha bastante larga días, horas, segundos de angustia. Hasta que todas, todos y todes se pusieron mi causa a sus hombros y entre todos lucharon por mi libertad. Solo me queda agradecer eternamente con el corazón todo lo que hicieron por mi y mi familia y gracias a todes estoy en mi cama acostada escribiendo estas lineas, con el corazón latiendo.
Y mis ojos con lágrimas de felicidad, por que ustedes hicieron que mi causa sea la de ustedes, cada grito, cada marcha, cada cartel pegado en cada pueblo del país todo eso lo tengo plasmado en mi corazón para siempre. Jamás olvidaré todo lo que hicieron por mi. De lo malo vienen las cosas buenas, tengo amigas maravillosas de corazón noble, sonrisas y abrazos que llenan el alma. Gracias a cada mujeres, a cada movimiento, a cada persona que me ayudaron. Feliz cumple a todas.