El 20 de julio se celebra el día de la amistad y, como toda efeméride, nos invita a pensar sobre el tema. ¿Qué lugar tiene la amistad en nuestras vidas? Los momentos de crisis social, las tristezas, las alegrías, los goces, los proyectos, ¿podemos conjugar todo eso en un vínculo de amistad? Aquí unas puntas para pensar en esta fecha.
Spoiler alert: esta nota no tiene data sobre promos del día del amigo en Tucumán. Pero sí es un tímido ejercicio para pensar cómo van mutando las relaciones de amistad a lo largo de nuestras vidas.
Siempre me gustó una frase que invita a presentar una amistad como “la familia elegida”. Y aquí hay una primera punta para reflexionar, ¿son los vínculos familiares el modelo para pensar los modos de relacionarnos?. Desjerarquizar la familia como unidad primaria básica de afectividad y apoyo incondicional, ha sido un aporte del feminismo, que nos anima a construir amistades como núcleos de resguardo y afecto principales, descentralizando de ese lugar a los vínculos consanguíneos. Y, en ese proceso, el de pensar las muchas formas que pueden tener las amistades, también es el feminismo el que nos propuso pensarlas de modo político.
En el libro “A nuestras amigas. Sobre la amistad política entre mujeres” Claudia Korol y Margarita Pisano dicen: “construir Amistad entre Mujeres implica relacionarse desde la horizontalidad, en la ruptura de las jerarquías. Es decir, en el abandono del juego de dominio y el descubrimiento de otros contenidos del poder que hagan posible entrar en el reconocimiento a los saberes, en la reflexión inteligente y en la capacidad de respeto, desde las potencialidades y no desde las carencias humanas.” Dicho de otro modo, a mi entender, construir una amistad por fuera de la competencia, reconociendo y resaltando las aptitudes y potencialidades de cada unx en lugar de hacer hincapié sólo en nuestros errores y debilidades.
¿Amigxs para siempre?
La amistad es, entonces, un vínculo marcado principalmente por el amor, como otros vínculos, pero sin estar reconocidos por la ley (como las parejas o las familias). Sin embargo, ese “vacío” de reconocimiento legal de las amistades no hace que tengan menos valor cuando se las disfruta o que duela menos cuando se terminan. Y aquí viene una segunda idea para reflexionar: las amistades tampoco son construcciones perfectas e incorruptibles que tenemos que idealizar, también están atravesadas por mandatos como durabilidad, lealtad, incondicionalidad, entrega desinteresada, por nombrar algunos.
A veces, cuando hablamos de ‘relaciones tóxicas’, solemos pensar en relaciones de pareja, pero una amistad también puede ser nociva sin que alertemos esas conductas – en otrxs o en nosotrxs-. Sobre esto, la psicóloga Laura Magadan reflexiona: “Freud sostenía que la única diferencia entre una relación de pareja y una de amistad, es que la segunda está coartada en su fin (erótico). Todo vínculo cambia con el paso del tiempo. Va mutando en función de las circunstancias de sus integrantes. Amigos inseparables en un momento de la vida pueden distanciarse ante el noviazgo, proyecto laboral o mudanza de alguno de ellos. En ocasiones este distanciamiento es temporal y, en otras, permanente. Lo que llamamos “relaciones tóxicas” son aquellas que exigen exclusividad e incluso boicotean los cambios de la vida. Esto se debe a que toda pareja o proyecto que se le presente a uno de sus integrantes, el amigo lo vive como un daño potencial al vínculo.”
Como señala Magadan, esa construcción idílica o romántica del amor, a veces también está presente en nuestras representaciones sobre la amistad, donde reproducimos conductas que podemos identificar como red flags en parejas, pero quizás no las interpretamos así si se trata de un amigo o amiga. “Una relación se torna ‘tóxica’ cuando somete a sus integrantes a ciertas rutinas y pretende concentrar la atención y líbido en el vínculo. Los signos de alarma pueden ser:
1. La pretensión de exclusividad
2. El malestar ante los cambios.
Ambas situaciones pueden ser superadas si logramos reconocer el temor que las motoriza y poner en palabras esos afectos invasivos.”, concluye la psicóloga.
Un refugio en tiempos de crisis
Cuando llegamos a construir amistades que logran esquivar o superar dificultades, pienso en el potencial revolucionario que pueden tener esos vínculos. Se necesita complicidad y ternura para volver de un lazo un refugio ante situaciones que nos desafían, que nos vulneran o que nos asfixian. Pienso en mis amigas lesbianas, maricas y travestis, las que no tuvieron suerte con una familia que contiene, pero sí en armar comunidades y amistades que permiten resignificar los rituales de “un hogar”, armando los propios, que sí contienen, que sí apañen, que sí den libertad.
Ahora, pensando en este contexto actual, donde no importa tanto de qué lado de la mecha estés, la crisis social se siente. Pienso que esas amistades que supieron construirse como refugios, como un lugar a salvo, adquieren un valor agregado en tiempos como estos. Al respecto, Laura Magadan reflexiona: “Los amigos son redes de contención y confianza que protegen ante las inclemencias de la vida. Es importante cuidarlos tanto como cuidamos la armonía familiar o el buen clima laboral. Tener amigos, familia y vínculos en general, implica tolerar diferencias y hacer de ellas una fortaleza. Hay momentos en la vida en los que sobrevaloramos a la familia (como en la infancia) y otros en los que sobrevaloramos a los amigos (como en la adolescencia y juventud). Es importante contar con otros en momentos difíciles, pero concentrar la libido o el interés en un solo tipo de vínculo siempre es problemático.”
Entonces, ¿cómo reconocemos a ese grupo o esa amistad que es un refugio para nosotrxs? Responde Laura: “Una red segura es aquella que celebra los cambios y nuevos proyectos de sus integrantes y está más cerca de quienes están atravesando un momento difícil. Es aquella que busca fortalecer a sus integrantes y propicia la reciprocidad. No podemos idealizar grupos de amigos, pero podemos encontrar personas con quienes hacer la vida más amable.”
Sintetizando una idea para este 20 de julio: celebren, cuiden y cultiven esas amistades que son valiosas.
