Un joven de 18 años asistió al acto de graduación de la Escuela Técnica Nº1 Juan Bautista Alberdi vistiendo pollera-pantalón, el uniforme comúnmente asignado a las mujeres de la escuela. “Vi en esta acción la posibilidad de visibilizar mi lucha contra el sexismo y la homofobia”.
Luis tiene 18 años y vive en la ciudad de Juan Bautista Alberdi. Cursó sus estudios primarios y secundarios en la Escuela Técnica Nº1, donde también se entrenó como aspirante al Cuerpo de Bombero Voluntarios.
Luis es gay, y como miles de adolescentes de argentina, tienen en su mente ideas vinculadas al género y a los estereotipos de género. Durante su paso por la escuela secundaria compartió sus ideas con los docentes y generó debates, generalmente cuestionando comentarios machistas.
Ayer, luego de pasar el último año escolar bajo la modalidad virtual por la pandemia de coronavirus, asistió al acto de graduación de su escuela vistiendo pollera-pantalón, el uniforme comúnmente asignado a las mujeres de la Escuela Técnica Nº 1 J.B. Alberdi.
¿De dónde surge la idea de ir con pollera a la escuela?
Tenía planeado ir vestido así durante todo el año, pero por la pandemia no pude. Una vez use pollera y me sentí cómodo y me gustó como me quedaba.
¿Tenías intenciones de enviar un mensaje a través de la vestimenta?
Creo que surgió más que nada al hacer un recorrido mental por mi cursado desde el nivel primario hasta el secundario y al ver la cantidad de casos de violencia machista tanto en las instituciones como también fuera de estas.
Vi en esta acción la posibilidad de visibilizar mi lucha contra el sexismo, homofobia y toda clase de violencia proveniente del machismo, también proponer romper con los estereotipos de género que nos condicionan tanto hombres como a mujeres y personas no binarias.
¿Cómo fue tomado por tu grupo de compañeras/as?
Primero lo hablé con dos amigas que son las que me prestaron y me ayudaron a medir la pollera. Con mis compañeres dentro de todo fue bueno, pude hacerme de amistades las cuales me apoyan y respetan decisiones como las de hoy.
Obvio que también hubo gente que hizo comentarios o tuvo actitudes mal intencionadas por mi orientación sexual o por mi manera de ser. Aun así esto no me limitó, al contrario pude hacerme de herramientas para poder desenvolverme mejor ante las adversidades
En tu posteo en las redes contaste que al llegar a la escuela recibiste una reacción negativa por parte de tu director, ¿qué pensas sobre esto que pasó?
Con el director nunca tuve situaciones como estas. La verdad no me esperaba su reacción. Después de lo que pasó hoy, sé que la situación va a mejorar.
Él, después de todo, me pidió disculpas. Tengo entendido que hablaremos personalmente del asunto para aclarar el mal entendido. Y estoy muy conforme con eso. Sé que ahora podrán poner en foco a situaciones como ésta y hacer lo posible por evitar que se repitan
¿Crees que la forma de ver estos temas en la ciudad va a cambiar?
Huir ya no es una opción para las personas como yo. Nos quedaremos y ganaremos terreno aunque tengamos que poner el cuerpo y el corazón en esto.
A pesar del mal momento, pude dar inicio quizá a una militancia comprometida en esta ciudad. Ojalá podamos organizarnos en un movimiento colectivo y pelear todes juntes por nuestros derechos y por la libertad de les que vienen. Ahora con estas repercusiones soy inmensamente feliz
La migración de la comunidad LGBTI hacia las grandes capitales del mundo forma parte de la historia de la liberación. Durante décadas las personas que huyeron de la discriminación de sus hogares, de sus barrios y de sus pueblos.
Eso puede verse por ejemplo en la comunidad gay, hay más hombres gays viviendo entre las 4 avenidas de San Miguel de Tucumán que en toda la provincia, y del mismo modo, hay más hombres gays en Capital Federal que en el resto del país. El desarraigo es una forma más de violencia.
Luis, con la frescura de la juventud y tomando la posta de una historia de lucha, decidió visibilizar y generar debate en la ciudad del Sur.
Huir ya no es la única opción, una generación que creció existiendo ya la ley de Matrimonio Igualitario (2010), la Ley de Identidad de Género (2012) y la Ley de Educación Sexual Integral, nos está mostrando con fuerza y claridad que, como sociedad tenemos todas las herramientas para dialogar, informarnos y dejar atrás las ideas que excluyen.