La medida forma parte de un plan de ordenamiento en el sector. “Porque tienen pocos afiliados y son deficitarias”, según el argumento esbozado desde la óptica del Ejecutivo Nacional.
Al menos diez obras sociales sindicales dejarán de funcionar, como parte de una reorganización en el rubro para concentrar los recursos en las asociaciones más grandes. Se trata de dependencias “que tienen pocos afiliados y son deficitarias”, según el argumento esbozado desde la óptica del Ejecutivo Nacional. La medida estará a cargo de la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS), que maneja millonarios fondos de las obras sociales.
Entre las asociaciones que se disolverán están la del Personal de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, la de Trabajadores de Prensa del Chaco y la de Papel Misionero, que desde hace tiempo pedía el cese de funciones. Los afiliados que usan servicios prestados por estas asociaciones son entre 50 y 80, y serán asignados a otras instituciones.
Esta medida es solo el comienzo de un plan mayor para reorganizar el sector, de modo que los gremios concentren los servicios de salud en una sola obra social y no en varias, como sucede actualmente. Esto tendrá un fuerte impacto en los gremios, ya que justamente son las obras sociales las que concentran los mayores ingresos.
El Gobierno ya había dispuesto una fuerte reducción de fondos para estas asociaciones, al bajar a la mitad el Subsidio de Mitigación de Asimetrías (SUMA), que fue implementado durante el kirchnerismo para compensar asimetrías y se distribuye de manera automática. Actualmente representan unos $ 950 millones, que el Ejecutivo quiere eliminar para el 2019.
La iniciativa avanza en pleno conflicto del Gobierno con los gremios, en la escalada de tensión por la batería de medidas del Ejecutivo para avanzar en la transparencia en los sindicatos, como la presentación de las declaraciones juradas de los jefes de las obras sociales y el análisis de libros contables, padrones y bienes de los gremios, entre otros.