Gestión cultural en Tucumán, ¿para quiénes y por qué?

El abogado, gestor cultural y director academico de la Diplomatura en Gestión Cultural de la USP-T, Juan Grande, coordinará un laboratorio destinado a la organización y planificación de proyectos culturales contextualizados en la provincia.

El Laboratorio de proyectos culturales se trata de una experiencia intensiva de dos encuentros, el primero el 25 de enero y el segundo el 2 de febrero, de 18.00 a 21.00 hs, con lugar con confirmar de acuerdo a la cantidad de inscriptos e inscriptas. El precio es de $800.

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“Mi objetivo es que las personas participantes estructuren y fortalezcan sus proyectos de gestión cultural. Ésta es la tercera edición del laboratorio. Las ediciones anteriores también las di a principio de año, es decir, antes de que arranque la agenda fuerte de cada año, para que quienes participen puedan organizarse con anticipación”, explicó Juan Grande.

Cultura sin distinciones

“Este taller está destinado para hacerdores y gestores culturales de todos los proyectos afines posibles, sin importar la/s disciplina/s que se aborde/n; artes visuales, música, teatro, proyectos socio-comunitarios, etc. Incluso, en una de las ediciones anteriores, participó un proyecto que contaba con un posicionamiento político y partidario bastante definido. Con este dato quiero decir que no importa la naturaleza del proyecto, siempre y cuando esté vinculado al hacer cultural. Pueden ser proyectos con o sin recorrido previo, germinales o emergentes”, indicó.

Cuestionar y poner en crisis

“Se trata de un laboratorio que parte desde un lugar experimental, de diálogo y de compartir las experiencias e ideas de los y las gestoras. Es clave que los y las participantes asistan con ganas de que sus proyectos sean revisados, debatidos y puestos en conflicto para recibir preguntas, devoluciones y opiniones de parte de los compañeros y compañeras”, anticipó Grande.

“Mi función partirá desde la coordinación, compartir experiencias y dinámicas para fortalecer el grupo, conocernos entre las y los presentes en torno a nuestros proyectos, intereses, objetivos y deseos. Los diálogos y las experiencias que vayan surgiendo, funcionarán como disparadores de nuevas ideas. También iré proponiendo juegos de roles y dinámicas que cambien las perspectivas y fortalezcan la confianza grupal. Las actividades conducen a clarificar ideas e incluso, muchas veces, a definir y poner en palabras los objetivos y deseos. Es justamente cuando nos ponemos filosóficos sobre lo que hacemos, en cuanto a por qué hacemos lo que hacemos y para quiénes, a lo que me interesa llegar”, advirtió. “Creo esto porque cuando se llega a esa instancia de respuesta, armar y darle forma a un proyecto determinado se vuelve mucho más factible de transitar. Incluso ha pasado que, en medio de esta experiencia de análisis, algunas personas llegaron a la conclusión de que su proyecto basal no es viable ni deseado y le dieron un giro parcial y hasta total. A nadie se le dice “eso está mal”, o “no se hace así” porque no existen recetas, las respuestas y el redireccionamiento surge voluntariamente y sólo en algunos casos”.

Dos etapas

“La primera parte es de trabajo interno, de reflexión y bastante personal, pero acompañado del resto de las y los participantes. Luego se puntualizarán y analizarán todos los proyectos, abriendo la posibilidad de preguntas, comentarios y debates. También se destacarán aspectos positivos y negativos de cada proyecto. Luego, entre las actividades y estrategias, se cambiarán los roles, por ejemplo, que los y las gestoras puedan ponerse del lado de la comunidad y del público a cual está dirigido el proyecto, para contemplar sus deseos y necesidades culturales”, explicó el docente.

“Finalmente, la segunda -y última- parte del taller, está ligado a la escritura, armado y diseño de cada proyecto, planificando su gestión por un tiempo x, contemplando la división de tareas y roles, presupuestos y búsquedas de financiamiento. También llevaré material de soporte teórico en base a una selección personal de distintos autores y autoras dedicadas al tema, para quienes lo necesiten y quieran”.

Cultura de y para Tucumán

La experiencia en la Diplomatura me resulta muy valiosa, porque he revisado más de 100 proyectos culturales sólidos y que tienen, fundamentalmente, idiosincrasia tucumana.

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