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En una entrevista con La Nota, Lucía Palenzuela nos cuenta sobre el viaje que realizaron junto con Maylis Mercat, desde Francia hasta Tucumán, y sobre el documental “Cinenergie, un viaje en bici entre tu casa y la mía”. Reflexiones sobre sustentabilidad, las ciudades y el medioambiente.
La tucumana Lucía Palenzuela y la francesa Maylis Mercat realizaron un viaje en bicicleta que sigue dando de qué hablar. Desde Chambéry, Francia, lugar de nacimiento de May, pasaron por España, luego a Marruecos, continuaron hasta Senegal, para luego cruzar el Atlántico en un velero y desembarcar en Brasil, donde siguieron en dos ruedas hasta Argentina y emprendieron el último tramo que devolvería a Lucía a su ciudad natal.
La pareja recorrió 15.000 kilómetros fomentando el uso de la energía sustentable a través de la proyección de documentales y cortos sobre medioambiente, haciendo funcionar el ‘Cin’energie’, un sistema para producir electricidad con una bicicleta.
A través de un documental, que filmaron durante su viaje que duró casi 8 meses, rescatan sus vivencias, los momentos difíciles y los más lindos también, para compartir su visión sobre el ciclismo y el vínculo con el medio ambiente.
[Para ver el documental hace clik aquí]
En una entrevista con Lucía, hablamos sobre el proyecto, las ciudades, el feminismo y la libertad.
Sobre el documental
¿Cómo surgió la idea y por qué eligieron ese recorrido?
Volver en bici desde Francia hasta Tucumán nos pareció interesante para descubrir que había en nuestras dos casas sin tener que usar un avión, dándose el tiempo necesario para hacerlo.
En enero del 2014 empezamos a ver que mi visa se terminaría en agosto de ese año y que, si queríamos estirar nuestro tiempo juntas, hacía falta planearlo rápidamente. Todo se alineó y concretizó cuando supimos que a Maylis le darían permiso para parar un año sus estudios de Ingeniería en Energía y Medio Ambiente.
Queríamos hacer un viaje-proyecto y que ambas sumemos nuestras pasiones y así surgió lo del cine-ambulante más la idea de ir realizando cortometrajes de diferentes asociaciones que trabajan en relación con la energía y medioambiente.
El recorrido se marcó en un planisferio con el dedo y fue lo que hicimos. Literalmente. Recuerdo el día mismo que Maylis me mostraba el mapa y señalaba nuestra ruta desde su casa hasta la mia y que me decía: “-Por aquí es lo más corto para atravesar en barco: Desde Senegal a Brasil” y tal cual fue lo que hicimos.
¿Qué mensaje quisieron comunicar con el documental?
El documental es nuestro diario de viaje. Queríamos mostrar nuestro cotidiano, algunas reflexiones que surgieron y el proyecto que hicimos viajando: el Cin’énergie. Conocimos muchas personas y tuvimos una experiencia hermosa, además de compartir todo eso, queríamos mostrar que es posible viajar en bici a donde sea y que en diferentes países hay también iniciativas con el medioambiente.
¿Cuáles fueron las devoluciones que tuvieron luego de mostrar el corto?
Generalmente los debates se extienden en preguntas o comentarios que van desde gente que se siente motivada para hacer algo parecido, o preguntas más técnicas sobre cómo lo hicimos, y a veces, lo que resurge mucho son los peligros o momentos difíciles o los países que más nos gustaron. Depende mucho en qué tipo de lugar estamos haciendo una proyección.
¿Participaron de festivales?
Sí, en muchos, aunque sobre todo en Francia que nos invitaron desde festivales de cine, de cine de viaje, de viaje en bicicleta, de cine latino, de medioambiente, de energías alternativas y hay muchos lugares más a los que fuimos como escuelas, universidades, asociaciones de bici, etc. En Argentina hicimos algunas proyecciones en Tucumán.
¿Cómo continúa el proyecto?
Hicimos nuestra última proyección en Marzo del 2017 y desde allí pusimos nuestro documental en internet. Respondemos a mails de gente que nos pide ayuda para hacer el sistema de la bici o de nuestro viaje en sí. Ahora están empezando a llamarnos para llevar la bici y hacer otra cosa como encender computadoras o parlantes y que sirva para que la gente tome conciencia del costo de la energía.
¿Qué están tramando ahora?
Ahora estamos “tranquis” trabajando mucho y haciendo como siempre pequeños viaje en bici. Si planeamos a futuro un segundo gran viaje: volver a Tucumán desde más al norte, subir hasta el extremo norte, pasar a Islandia luego Canadá y bajar hasta la casa histórica y probablemente con el cinenergie de nuevo. Esperamos un poco que Maylis tenga un par de años de experiencia profesional. Ella se recibió de Ingeniera en Energía y Medio Ambiente y yo estoy trabajando en la realización audiovisual para proyectos, en su mayoría en relación con la bici y todo lo que aporte a causas con el medio ambiente.
Sobre la bici y las ciudades
¿Cuáles son sus reflexiones sobre la inclusión de la bici en las ciudades?
En las ciudades, en mayor y menos porcentaje la bici está, el problema es que no se cuide ni se le dé prioridad comparándolo al vehículo individual motorizado. Hay diferencias enormes entre ciudades que tienen el objetivo de invertir la pirámide de prioridades y que las ciudades estén hechas para las personas y no para los autos. Las ciudades que se propongan tener un porcentaje elevado de ciclistas (40%), como Amsterdan y Copenhage, desde hace muchos años están planificando cambios radicales en su modo de ver la urbanización.
El tema es amplio, requiere de muchos estudios, voluntad y cambios directos. Pero sobre todo está en la gente que se interiorice que la movilidad es una gran parte de nuestro cotidiano y es un problema a resolver cuando se trata del espacio público. Tucumán no es una ciudad con prioridades hacia la gente más vulnerable y eso se siente, la violencia de la calle esta expresada en todo. De a poco se va cambiando.
La bici y el medio ambiente
Hace poco leí una noticia de que en China el Boom de la bicicleta causo un gran fenómeno. Miles de casa prestarías de bici se abrieron sin ninguna regulación al respecto. La sobre-abundancia de bicis causo una acumulación de chatarra impactante. El pensar la bici como paliativo para combatir la contaminación que generan los autos o disminuir la cantidad de vehículos en las calles terminó generando nuevos problemas.
Entonces, salir de esas lógicas consumistas y masivas para construir alternativas ecológicas ¿de qué forma es posible?
El freefloating llegó a Francia también y ya es basura que se ve en las calles. Bicis que cuestan alrededor de 15 dólares. El uso y tiro aquí está llegando masivamente y no les está gustando. Lo único que me consuela de esto es que al menos aquí van a ser recicladas rápidamente. Aunque lo veo como algo completamente absurdo. No existe aún ninguna legislación que prohíba esas bicis, pero están empezando a planteárselas. Como contrapartida a ello el sistema del alquiler de bicis en muchas ciudades funciona muy bien, bicis que son de más calidad y casi imposibles de robar, de uso comunitarios para todos. Lo que llegó también a París son las bicis-eléctricas que, si bien no son 100% ecológicas van a hacer que cada vez más parisinos usen menos el auto. No son las únicas cosas que se hacen para combatir la polución y el tráfico aquí…hay diferentes maneras, desde compartir el auto, prohibir ciertos días el ingreso del auto en las ciudades, en los picos de polución los transportes públicos y las bicis de alquiler por ejemplo son gratuitos.
Sobre la bici y las mujeres
La bicicleta fue una herramienta muy útil para las mujeres en la lucha por su liberación. Susan Anthony, líder estadounidense por los derechos civiles, opinaba que la bicicleta era el objeto que más que ninguna otra cosa había contribuido a la emancipación de la mujer: “Le proporciona sensación de libertad y seguridad en sí misma. Cada vez que veo una mujer sobre una bicicleta me alegro, porque es la imagen de la libertad”, afirmaba en una entrevista realizada en 1896. Precisamente así es como las mujeres empezaron a llamar al vehículo de dos ruedas: “la máquina de la libertad”.
¿Cómo lo viven ustedes, como mujeres, transitar el espacio público en bici? Me imagino que la experiencia cambia de acuerdo a que país les toca, ¿pero ustedes experimentaron diferencias o tienen alguna reflexión sobre su experiencia?
Creo que la bici tiene diferentes ramas. En Francia podés andar en bici con un vestido corto, calza ajustada o lo que desees y nadie te va a mirar ni decir nada.
Pero como deporte en éste país la bici sigue siendo profundamente machista. Esta claro que el Tour de France para mujeres se dejó de hacer porque “no tenía audiencia” y que hasta en algunos países sigue estando prohibido por la sociedad, como en Irán.
En nuestro caso, practicamos la bici como algo cotidiano, como viaje y también cuando queremos algo de aventura, como deporte. Y la pregunta siempre está en nuestro rendimiento físico, los kilómetros por día, el desnivel, el peso de nuestras bicis, como si tuviésemos que demostrar algo a alguien. Eso se siente mucho… a veces me pregunto si es por ser mujer o por ser ciclista, pero bueno sabemos que y estamos seguras de que existe algo de la sociedad en sí que busca comparar, pero de ahí, la bici, coincido con Susan, es libertad en todo y no buscamos para nada mostrar la bici como algo de rendimiento físico cuando sentimos que es justo lo contrario, es nuestro cable a tierra y nuestra forma de andar en el mundo más justa para todos.
Uno se gana el respeto desde un escalón más abajo, decía mi amigo Matias Galindo y hay algo de cierto, sobre todo que la bici esta vista ya como un objeto de clases más humildes. En el caso de nosotras por el simple hecho de estar en dos ruedas nos ganamos la simpatía y el amor de mucha gente viajando en bici y mucho en países más humildes. Sí cambió nuestra mirada y prejuicios hacia los países que creíamos que íbamos a tener problemas, pero fue lo contrario, sabíamos que no íbamos en busca de cambiar nada ni hacer una revolución en Marruecos contra el velo, que estábamos solo de paso para ver, descubrir y, tal vez, dar ganas a alguna que otra persona a animarse de hacer lo mismo.