Además de los salarios, los derechos de imagen y los vuelos serán similares entre la selección masculina y femenina. ¿Argentina para cuándo?
El debate sobre la igualdad salarial en el deporte está viviendo un momento histórico. Nueva Zelanda sigue el ejemplo de Noruega, que estableció las mismas condiciones salariales para sus selecciones nacionales masculina y femenina.
La Federación Neozelandesa de Fútbol decidió acordar las mismas condiciones salariales a las jugadoras y a los jugadores del equipo nacional, estimando que se trata de “un momento clave” para el fútbol del país.
La selección masculina, conocida como los All Whites, y la femenina, las Football Ferns (helechos), serán desde ahora tratadas de manera “paritaria”, subrayó el director general de la federación, Andy Martin.
Martin, comentó que las internacionales son “un ejemplo para las 30.000 jugadoras del país”, por lo que consideró “importante reconocer su contribución” a través de este acuerdo.
Concretamente las primas de partido y los derechos de imagen serán las mismas y las jugadoras viajarán en primera clase, como los jugadores.
Para la atacante de la selección nacional Sarah Gregorious “es importante que los esfuerzos de las mujeres sean finalmente reconocidos. Es una línea sagrada que hemos trazado en la arena”, añadió.
La Federación Neozelandesa de Rugby anunció este año que su equipo femenino, cinco veces campeón mundial, tendrá por primera vez contratos profesionales.
¿Y por casa cómo andamos?
En Argentina la situación del fútbol femenino dista mucho de la realidad de otros países. La Copa América de Chile sacó a la luz la situación de las jugadoras selección nacional. Las jugadoras, después de repudiar en redes sociales que Adidas convocara a una modelo para presentar la camiseta oficial del equipo, centraron las miradas en el reclamo a la Asociación del Fútbol Femenino con el gesto del Topo Gigio.
El martes recibieron un reconocimiento por parte del Senado. Y cuando le tocó hablar a la capitana del equipo, Florencia Bonsegundo enunció claramente el deseo: “Queremos un cambio en el fútbol femenino”.