En el marco de un innovado proyecto de gestión cultural y artística, encabezado por Juan Grande, la Sala de Exposiciones de Le Pasaje arranca el ciclo 2019 con su primera muestra; “Plataforma de elevación artística transgeneracional, ahre”, protagonizada por los emergentes artistas Julieta Lagoria, Diego Gelatti, Luis María Lontoya, Florencia Ruiz, Inti Soria.
En un contexto de políticas institucionales cada vez menos implicadas en el acompañamiento de los proyectos culturales en general, e independientes en particular, y de crisis económica azotando al país con tarifazos y creciente pérdida del poder adquisitivo, resulta como una bocanada de aliento que un proyecto como Le Pasaje no sólo siga en pie, sino que redoble su apuesta en materia de cultura local.
En este sentido, el 2019 fue un año de cambio tanto para el proyecto como el equipo de gestión que constituye el espacio cultural autogestionado, que arrancó en el año 2011. “Recientemente conformamos un equipo más grande cuyo objetivo fue diversificar las tareas, y, al mismo tiempo, integrar nuevas voces y miradas del arte, para el arte y en el arte”, señala Miguel Ángel Vallejo, uno de los integrantes fundadores y coordinador general de la sala de exposiciones.
Le Pasaje abrió sus puertas en el Barrio de Villa Urquiza (San Miguel de Tucumán), uno de familias obreras que configuran su vida cotidiana en vecindad. Con los años, el proyecto se consolidó como una plataforma que materializó diversas ideas y propuestas en numerosas experiencias artísticas y acciones culturales: residencias, exposiciones, talleres, seminarios y clínicas.
“La re-estructuración comenzó, en realidad, el año pasado”, agrega el director del proyecto, el gestor cultural y docente, Juan Grande, para La Nota. “De llamarnos ‘El Pasaje’ pasamos a ‘Le Pasaje’, y lo destaco, porque el carácter inclusivo es transversal al proyecto”, agrega Grande.
A su vez, Vallejo indica que consideraron fundamental la vinculación con otras disciplinas y facetas que garanticen un diálogo fluido y rico, especialmente, en los proyectos de sala. “En estos momentos contamos con un interesante cruce de especialidades y estamos ultimando detalles en el primer proyecto expositivo de este año”, agrega.
Del grupo original quedaron sólo Juan Grande y Miguel Ángel Vallejo. El nuevo staff se conformó con los ingresos de Diego Puig y Belén Funes, encargados de la investigación y producción de textos curatoriales para las exposiciones. Además, se incorporaron Mariano Molina Gali y Antonella Garlati, encargado y encargada del montaje para sala; Marcos Nieva, quien lleva adelante el registro audiovisual y social y Daniel Ruiz, para llevar a cabo los registros de obras.
Tanto Grande como Vallejo destacan que este año planean darle especial importancia a la sala expositiva de producciones circunscriptas en el ámbito de las artes visuales. “Queremos instalar un sólido proyecto de galería y participar en ferias de arte contemporáneo. Al respecto, por ejemplo, nos confirmaron la participación en el Mercado de Arte Contemporáneo de Córdoba, del 18 al 21 de agosto, con un stand provisto de obras de los artistas Adrián Sosa y Walter Tolaba, realizadas en 2017”, indica Grande.
El proyecto expositivo que inaugura el ciclo de exposiciones 2019 es una muestra colectiva de jóvenes artistas que no expusieron anteriormente, o que no forman parte de las escenas más consolidadas de las artes visuales tucumanas. “Pusimos especial acento en los procesos creativos y en qué inquietudes les motiva –o no– a producir a las nuevas generaciones de artistas”, subraya Vallejo.
Asimismo, el ciclo de exposiciones de este año se completará con dos muestras más que ya están agendadas, en virtud de una convocatoria abierta a nivel latinoamericano, en la que participaron 35 proyectos. “Decidimos que la primera muestra, llamada Plataforma de elevación artística transgeneracional, ahre, cuente con el eje temático de ‘jóvenes artistas de Tucumán’”, adelanta uno de los nuevos y destacados integrantes de Le Pasaje, el licenciado, escritor y, entre otros, crítico cultural Diego Puig.
En esta oportunidad, el proyecto curatorial es de Le Pasaje y lo coordinan colectivamente entre todo el equipo. Las y los jóvenes que expondrán en este proyecto colectivo son Diego Gelatti, Julieta Lagoria, Luis María Lontoya, Inti Soria y Florencia Ruiz. “Un punto en común que tienen los y las artistas es que nacieron en los noventa y tienen entre 22 y 27 años, entonces, se hace presente un fuerte sesgo generacional que atraviesa al proyecto curatorial de la muestra”, indica Puig.
“Estamos muy contentos con la experiencia curatorial, puesto que permanecimos en contacto directo con los artistas mientras fueron construyendo sus obras. Creemos que son jóvenes con mucho talento, que van a seguir creciendo y que configuran la futura generación de artistas consagrados y consagradas de la provincia”, destaca Puig.
Sobre la muestra y su respectiva curaduría, Juan Grande agrega que se trata de un proyecto que funciona como puntapié inicial para dar cuenta de la nueva impronta e identidad que pretenden construir desde Le Pasaje. “Queremos apoyar a las nuevas generaciones de las artes visuales y acercar sus producciones al público”.
El tiempo como eje transversal
Conceptos como Identidades, pero entendidos desde la diversidad de género y demolición patriarcal; la Tierra como territorio habitado (y maltratado) por las personas; la construcción de posibles parámetros alrededor de la belleza; las políticas consumistas impuestas por los sistemas neoliberales; los vínculos forjados en las redes sociales; el carácter efímero de la vida y la descomposición de la materia orgánica son algunos de los tópicos planteados por los y las artistas de Plataforma de Elevación Artística Transgeneracional, Ahre.
En la inauguración de la muestra habrá, por un lado, intervenciones en vivo, por otro, obras terminadas y montadas, y, finalmente (y en consonancia con el deseo de activar el mercado del arte tucumano), obras en pequeño formato de los y las cinco artistas que estarán a la venta.
Cada uno y una de los y las artistas participantes se sumaron con producciones, y/o ideas, preconcebidas. “Creo que hubo un gran trabajo de selección de piezas y artistas de parte del equipo de Le Pasaje”, señala Diego Gelatti, uno de los protagonistas de la muestra que se inaugurará el sábado 2 de agosto. A su vez, indica que “el trabajo de les cinco encuentra un punto de conexión fuerte alrededor de los conceptos de incertidumbre, lo provisorio, cambiante e indefinible. Con respecto a mi obra, pienso que sí hay un leitmotiv; un diálogo entre identidad y memoria, entendiendo que se tratan de dos construcciones que nunca son del todo claras y mucho menos estáticas”, señala.
En esta línea, el artista asocia ambos conceptos con los fenómenos vinculares que suceden a través de las redes sociales. “Si no estoy de acuerdo con lo que decís, te bloqueo y listo. Esa barrera me preocupa e intento desarmarla, aunque sea por un instante”, indica Gelatti, que trabaja también alrededor del deseo de interpelar desde un concepto de arte que se presente de tal forma que cualquier persona se sienta empoderada para interpretar su obra y pueda emitir una opinión sobre ella. “Tal vez sea necesario trabajar con arte que no se presente como sí; emprender una búsqueda de lenguajes capaces de ir más allá de esos pedestales intocables, esos lugares casi sagrados a los que no cualquiera entra. En fin, un arte democratizado y desacralizado”, concluye.
Otra de las artistas que integran la próxima muestra de Le Pasaje es la santamariana Zulma Julieta Lagoria, que vive en Tucumán desde los 18 años. “Mi inquietudes alrededor del arte estuvieron cargadas de sentimientos como el amor y situaciones como la muerte. Además, desde muy chica me sentí cautivada por la curandería”, señala.
En efecto, Lagoria comenzó una búsqueda en torno a la psicomagia y a la sanación matérica y espiritual, pero, por otra parte, también le interesa la experimentación sobre la naturaleza de los materiales, el origen de éstos y hasta dónde se pueden forzar sus capacidades físicas.
Además, espejos, mundos paralelos, teoría física y eras geológicas convergen en una investigación iniciada por la joven Lagoria, que se orienta hacia las montañas afectadas por la Minera Alumbrera, alrededor de su natal Santa María . “Existe un universo solapado en el que nunca existió la Minera, donde nunca ocurrió ninguna colonización, donde nuestros antepasados nunca cruzaron el hielo y donde no se dieron las condiciones propicias de atmósfera y gravedad”, señala.
Otro de los artistas centenialls que integran las muestra colectiva de Le Pasaje es Luis María Lontoya, quien asegura que le interesa registrar la transformación/mutación de elementos orgánicos, pero desde la acción que el tiempo ejerce sobre los mismos y la intervención de objetos y piezas instalativas de carácter efímero, sujetas/vulnerables a la corrosión de agentes del entorno en el que se encuentra.
A su vez, Lontoya indica que su trabajo es atravesado por el ineficaz intento del ser humano en detener el inexorable paso del tiempo, utilizando, por ejemplo, materiales como la resina y el dorado a la hoja, pero, también por el deseo de evidenciar el deterioro, a través de la utilización de elementos del mundo del no-arte. “Recurro a la creación de imágenes y objetos visualmente poéticos que permiten re-significar el concepto de vanitas (propio del movimiento Barroco), desplazándolo de la representación bidimensional con la intensión de generar en el espacio una situación de encuentro frente al otro”, indica.
La muestra se inaugurará el viernes 2 de agosto a las 21.00 hs y permanecerá hasta el 2 de septiembre en Le Pasaje (Pje. 1° de Noviembre 1312, Alt. Chile al 1300).