La divisa cerró a $ 38,13 en el último día de la semana. El Gobierno estudia implementar una flotación “controlada” para contener la moneda.
El dólar extendió este viernes su tendencia a la baja, al retroceder 83 centavos a $ 38,16, en bancos y agencias de cambio. Así, el billete perdió en la semana $ 2,37 o un 5,8%, hasta tocar su menor valor en dos semanas.
Es la baja más importante desde principios de mes y tuvo lugar un día después de la exitosa licitación de Lecaps que con tasas de interés cercanas al 50% anual lograron absorber gran parte de los pesos liberados por la eliminación progresiva de las Lebacs. Incluso dio el ingreso de fondos externos por unos u$s 950 millones, lo que aumentó la oferta disponible de divisas.
Junto con la exitosa licitación de Lecap, los “importantes progresos” anunciados por el vocero del FMI son un guiño que asegura un nuevo acuerdo de financiamiento y por ende de entrada de dólares.
Desde el gobierno, y en línea con el FMI, el “crawling peg” aparece como opción para anclar las expectativas.
El “crawling peg” tiene como objetivo ubicar el tipo de cambio por encima de la inflación para evitar los saltos bruscos en el precio del dólar. La devaluación está predeterminada y es progresiva entonces la tasa de cambio es conocida con anterioridad. De esta forma, se busca resolver la alta inflación tratando de controlar el tipo de cambio para calmar las expectativas y amortiguar la especulación sobre la divisa.
El problema de este esquema es cómo hacer que los exportadores no retengan sus producciones esperando el tipo de cambio más conveniente para ellos, limitando el ingreso de dólares.
Caputo y su equipo confían en que la fuerte devaluación sufrida en los últimos meses fue lo suficientemente fuerte para equilibrar los flujos y el gobierno espera que con sólo mantener la devaluación en línea con la inflación, se estabilice el mercado cambiario.
La visión del gobierno incluye frenar la indexación de la economía ante la escalada que tuvo el dólar en este último tiempo, esto se logra a costa de la actividad económica para frenar presiones salariales y de precios. El objetivo es que la devaluación no genere, como viene sucediendo, inflación.