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Durante la tarde de ayer se realizó una marcha para pedir justicia y reparación para Lucas, el joven trans que fue atacado y violado en la calle. Desde las organizaciones remarcaron el carácter de odio hacia la comunidad LGBTIQ+ que tienen este tipo de hechos. Organización, unión y lucha como respuesta.
Más de 1000 personas se reunieron en la tarde de ayer en la Plaza Urquiza para marcha hacia Plaza Independencia, bajo una llovizna que acompaño todo el recorrido. La convocatoria surgió para apoyar y pedir justicia y reparación para Lucas Gargiulo, un joven tucumano que fue agredido y abusado sexualmente por ser trans.
En simultáneo hubo marcha en Salta y una concentración en La Casa de Tucumán en Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
“Nosotros como biblioteca, nos organizamos para acompañar y contener a nuestro compañero”, expresó Lolo Franco, quien forma parte de la Biblioteca Popular de cultura LGBT+ Ayelén, desde donde surgió la convocatoria. “En este caso estamos hablando de Lucas, pero detrás de Lucas hay antecedentes de que en esta sociedad no hay tolerancia. No podemos no mencionar el caso de Aylelén Gómez, Lourdes Reinoso, Cinthia Moreira, víctimas de travesticidios, que son parte del colectivo y que no podemos olvidar ni obviar cuando hablamos de estas situaciones”.
“El contexto es súper hostil”, sostuvo Fernanda Rotondo, de Andhes, quien forma parte del equipo que acompaña legalmente a Lucas. “Más allá de la cuestión de la discriminación, hay una cuestión de que el Estado vulnera derechos, y no son reconocidos como sujetos de derecho. Argentina es pionera materia de ampliación de derechos con la Ley de Matrimonio Igualitario y la Ley de Identidad de Género, pero en la práctica hay un vacío que tiene que ver con el desconocimiento, con la falta de sensibilización de la gente que trabaja en las instituciones públicas y la falta de políticas públicas. En el Estado en particular, no hay registro de este tipo de casos, y tampoco hay figuras jurídicas que hagan referencia a casos puntuales sobre la población trans. El asesinato de Diana Sacayán fue el primero que tuvo una sentencia bajo la figura de travesticidio”, explicó Rotondo.
“Ahora está mucho más visibilizado el colectivo trans masculino. De la mano de la doctora Fabiana Reina he conocido lo que era la ley de identidad de género. Hablo de mi caso particular, porque yo ignoraba que todo esto que a mí me estaba pasando tenía un nombre, como es la transexualidad. Una vez que empecé a conocer a las chicas trans, y toda la lucha que viene haciendo el colectivo a lo largo de los años, es que yo hago el cambio junto a muchos de nosotros, y empezamos a visibilizarnos y organizarnos“, contó Lolo.
Fabiana Reina es médica especialista en endocrinología ginecológica y ginecología infanto juvenil, y referente para la atención integral de las personas diversas. Atiende a chicos y chicas trans de diferentes edades. Según sus estadísticas, el 95% de sus pacientes sufrió ataques agresivos de parte de terceros. Casi el 50% tuvo ataques agresivos sobre sí mismos, intentos de suicidios en un 30%, expulsión primaria del hogar y de la escuela, un 30% aproximadamente.
De la marcha también participó el grupo Trans-formando Familia. Un espacio creado por madres y padres de personas trans para compartir información, inquietudes y fortalecerse en grupo. “Como padres nos sentimos desprotegidos de la sociedad. Estamos dando nuestro apoyo para que esto cambie. Lucas es una persona que tiene derecho a elegir su vida. Tiene derecho a la identidad y a integrarse en una sociedad digna en donde todos sus derechos se cumplan”, sostuvo Claudia, una de las madres que marchó junto a su hijo Fiorenzo, quien es amigo de Lucas desde los tres años.
“Fue una noticia muy dura, se sentía su dolor en su voz. A uno le duele, porque siendo trans pensas que te puede pasar a vos también. Lucas es un pibe bueno que siempre luchó. Afectó mucho y genera miedo al colectivo porque siempre hay un siguiente”, contó Fiorenzo.
Corregir
“Te vamos a volver macho”. Así lo atacaron a Lucas, después de haberlo asaltado y violado. Las agresiones que sufrió son múltiples y no solo en el plano físico, sino en el simbólico también: las violencias que recibió su cuerpo dejan un mensaje.
Desde las organizaciones remarcaron el carácter de odio hacia el colectivo LGBTIQ+ que tienen este tipo de hechos violentos.
“Hay mucho énfasis en la denuncia que no quiso ser tomada por la policía, que tiene que ver con una violencia institucional gravísima, pero sobre la violación correctiva muy poco se está diciendo”, sostuvo Fernanda Rotondo. “Eso también ataña a un imaginario social que avala la cultura de la violación, y está sumamente calando en las construcciones de género de todas las personas, de los niños, niñas y adolescentes incluso”.
El caso de Lucas se configura como una violación correctiva, sostienen desde las organizaciones. Las violaciones correctivas tienen que ver con el hecho que intenta revertir cualquier signo que se salga de la norma cisheterosexual, utilizando el acto sexual como un acto de poder.
Sobre la causa judicial
Un equipo de abogados y abogadas de Andhes acompañan a Lucas en el proceso judicial. Uno de los primeros pasos fue acompañar al jóven a realizar la denuncia por abuso sexual en la fiscalía que entiende los delitos contra la identidad sexual, a cargo de María del Cármen Reuter, ya que la misma no fue tomada en la Comisaría 6ta el día del hecho.
El joven aportó elementos para la investigación e hizo un identikit de los autores. A partir de esto, la fiscalía estaría ordenando distintas medidas para esclarecer el hecho.
En cuanto al accionar de la policía, en los próximos días Lucas se presentará en la fiscalía de la doctora Mariana Rivadeneira por la causa de abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público.
Por otra parte, la revisión médica ya fue realizada y está en manos de la justicia, confirmaron el equipo de abogados y abogadas.
“Las violencias sistemáticas sufridas por el colectivo trans hoy se materializan en el caso de Lucas, en donde los hechos de violencias y violaciones correctivas son parte de las vivencias cotidianas de la población LGBTIQ+”, sostuvo Martín Gonzalez, uno de los abogados que acompaña el caso.
La unión hace la fuerza
“Hay que ser fuerte, no perder las ganas de seguir adelante, de caminar en la calle y decir quien sos”, sostiene Fiorenzo. “Las cosas pasan, y no hay que parar. Como Lucas, que enfrentó muchísimo. Ser trans no es fácil, ser una persona tampoco, porque la vida te da como quiere”, concluye.
“A pesar de todo lo que está pasando, ha habido un avance”, reflexiona Lolo. “Y si estamos juntos se puede. Lo ideal sería que nos contactemos. La militancia, a mí y a varios nos salvó la vida. Hay que unirnos, hay que estar juntos”.
“Los chicos se hacen fuertes. Yo les digo que son caballeros con armadura, porque siempre están fortalecidos. Queremos que crezcan en un lugar donde puedan caminar tranquilos y sin armaduras”, cierra Claudia.