Con 38 votos negativos y 31 a favor, la Cámara Alta bloqueó el proyecto de aborto legal. En la calle, una marea verde movilizó a millones de personas en todo el país.
Las creencias religiosas se impusieron, una vez más, en el Senado de la Nación. Con 38 votos en contra y 31 votos a favor, la ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo fue rechazada en una jornada histórica. El proyecto con media sanción de la Cámara de Diputados, despenalizaba y legalizaba el aborto hasta la semana 14.
Sin ninguna propuesta superadora por parte de quienes rechazaban el proyecto, la interrupción del embarazo se mantiene como un delito penado con hasta cuatro años de cárcel, salvo en tres causales previstas en el código penal, tal cual lo dispone la legislación vigente desde 1921, a pesar de que cada minuto y medio una mujer aborta en el país.
A pesar de que fue el propio presidente Mauricio Macri quien habilitó el debate, Cambiemos, la coalición que encabeza, fue la que más votos aportó en contra para rechazar la iniciativa y quienes más lobby realizaron para impedir que salga.
Bajo la lluvia en Buenos Aires, y a la intemperie en diferentes provincias del país, el resultado negativo que se conoció pasadas las 3.30 de la madrugada, enmudeció a las decenas de miles de personas que desde temprano esperaban los resultados, con un final anunciado. Del otro lado, los celestes, detractores del proyecto, festejaron.
La multitudinaria movilización que se vio en las calles el pasado 14 de junio, mantenía una luz verde de esperanza, esperando que la marea verde se imponga también en el Senado. Pero esta Cámara, mucho más conservadora, donde están representados los intereses de las provincias de interior del país, recibió presiones de la Iglesia católica y los evangélicos. En sus discursos antes de definir el voto, numerosos senadores se escudaron tras sus creencias religiosas y la necesidad de salvar las dos vidas —la de la madre y la del feto— para justificar su voto en contra.
El senador Esteban Bullrich y ex ministro de Educación de Macri, dijo: “No será menos trágico un aborto porque se haga en un quirófano. No, será igual de trágico. El objetivo es que no haya más abortos en Argentina, eso es aspirar a más”. En su exposición resumió la posición de los grupos que se oponen al aborto: el embrión tiene derechos constitucionales desde el momento de la concepción y, aunque el aborto es un hecho, no podrá reducirse con una ley que lo regule.
Por el otro lado, quienes apoyan el proyecto explicaron que se debate una realidad que ya existe. “Las mujeres están solas. El varón aborta antes, desapareciendo. Por eso este es un problema de mujeres. Los abortos se hacen y el debate hoy es por el aborto legal o ilegal”, dijo la senadora peronista Norma Durango. Su par por Tucumán, Beatriz Mirkin, fue más directa. “Estoy acá para legislar, y acá en Argentina se aborta, lo he visto porque he trabajado en los hospitales. He visto muchos más legrados uterinos de los que ustedes imaginan”, sostuvo.
Uno de los discursos más emotivos fue el de Pino Solanas, senador por la ciudad de Buenos Aires, quien tuvo el cierre del bloque Proyecto Sur. “Hoy no es una derrota, se lo digo a las chicas que están afuera”, ante la inminente votación y ya con la certeza de que los números no daban. “Esto es un triunfo monumental porque hemos logrado colocarlo en el debate nacional”.
Solanas intervino durante 20 minutos, en los que defendió no solo el derecho a un aborto despenalizado sino también el “el derecho a la vida y el derecho a gozar, a gozar de su cuerpo”. “El goce es un derecho humano”, pidió que se respete el derecho de los pobres “a amar” y reveló que una novia de su adolescencia tuvo que abortar “porque entró en pánico”. Solanas asumió la derrota de la ley, pero pidió a las decenas de miles de jóvenes que esperaban el final del debate bajo la lluvia que no se den por vencidas. “¡Bravo chicas! Esta noche es sólo un pequeño descanso. Será ley, nadie podrá parar a la oleada de la nueva generación”, gritó Solanas para cerrar su discurso.
Entre los grandes partidos, sólo el kirchnerismo votó mayoritariamente a favor. En su discurso, la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien se opuso a tratar el tema del aborto mientras fue presidenta, dijo que “no fue por mi hija que cambié de opinión. Las que me hicieron cambiar de opinión fueron las miles y miles de chicas que se volcaron a la calle. Esta ley no va a salir esta noche, no saldrá este año, pero saldrá el que viene o el otro”, dijo Kirchner.
La ley no podrá volver a tratarse este año. Incluso, es probable que el próximo año, cuando según la Constitución puede volver a presentarse un proyecto que fue “desechado”, no avance fruto de la campaña electoral y porque todavía perdurará la actual conformación de las Cámaras parlamentarias. Sin embargo y ante la impresionante movilización que instaló el tema en la agenda política y hasta familiar, está más que claro que lo conseguido es apenas solo por ahora.