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Hoy se celebra el Día Mundial de la Salud Sexual en todo el mundo pero, ¿cómo se implementan los programas de salud sexual y reproductiva en Argentina y en nuestra provincia? y ¿cuáles son los obstaculos que trajo consigo la pandemia?.
Impulsado por la Asociación Mundial para la Salud Sexual, desde el año 2010 se celebra el Día Mundia de la Salud Sexual el 4 de septiembre. Se entiende a la salud sexual como bienestar físico, mental, emocional y social en relación con la sexualidad de las personas. Para que esto se logre, los derechos sexuales de todas las personas deben ser respetados, protegidos y ejercidos en plenitud.
En Argentina, los derechos sexuales y los derechos reproductivos están protegidos por la Constitución Nacional, los Tratados Internacionales de Derechos Humanos y por Leyes Nacionales.
Existen resoluciones y recomendaciones de la Secretaría de Gobierno de Salud y de cada jurisdicción, que establecen cómo deben actuar los hospitales, centros de salud, obras sociales y prepagas para respetar los derechos de la población.
Para el Estado nacional, todas las personas tienen derecho a:
- Disfrutar de una vida sexual saludable y placentera, sin presiones, coacción ni violencia.
- Ejercer la preferencia y orientación sexual libremente, sin sufrir discriminación ni violencia.
- Elegir si tener o no hijos, el número de hijos, cuándo tenerlos, con quién y con qué intervalo entre uno y otro.
- Recibir atención gratuita e integral de la salud sexual y reproductiva.
- Elegir el método anticonceptivo que más se adapta a sus necesi-dades, criterios y convicciones.
- Recibir de forma totalmente gratuita al método anticonceptivo elegido, incluidos la ligadura y la vasectomía, en hospitales, centros de salud, obras sociales y prepagas.
- Obtener información y orientación clara, completa y oportuna so-bre salud sexual y reproductiva, expresada en términos sencillos y comprensibles.
- Acceder a la atención en salud sexual y reproductiva en un am-biente de respeto y garantía de confidencialidad, con preservación de la intimidad, de los derechos a la igualdad, a la no discriminación y a la autonomía.
El contextos de pandemia
El día 25 de marzo, días después del DNU del Aislamiento, Social, Preventivo y Obligatorio, la Dirección de Salud Sexual y Reproductiva del Ministerio de Salud de la Nación indicó como “prestaciones esenciales” el acceso a métodos anticonceptivos y a la ILE (interrupción legal del embarazo) en todo el país.
En tiempos de cuarentena, se ve principalmente afectada la salud y derechos sexuales de las personas, como también también puede verse afectada el acceso pleno a los servicios de atención de salud sexual y el abastecimiento de suministros.
A su vez los procesos la crisis puede ser también una oportunidad para reflexionar en torno a nuestros placeres y explorar nuevas maneras de habitar nuestras prácticas sexuales.
La ejecución de las políticas públicas en Tucumán
El contexto provincial es adverso, incluso anterior a la pandemia por covid-19. “Tucumán es la única provincia que aún no adhirió a Ley N° 25.673, que asegura la provisión gratuita de información y métodos anticonceptivos para toda la población” afirmaron desde la Fundación presidida por Soledad Deza.
“A ello se suma que nuestra provincia supera la media nacional de embarazos adolescente. Cerca del 20% de los nacidos vivos tienen como madres a niñas de entre 13 y 19 años” agregan.
La Fundación esgrimió un pedido de informe a la ministra de Salud, Rossana Chahla al respecto de esta temática.
Solicitan que el Ministerio “informe si hubo reestructuración, reorganización y/o cualquier manifestación del ejercicio del ius variandi respecto del personal responsable y/o a cargo, como así también quienes prestan servicio dentro de estos programas”
Ya que durante este periodo recibieron varias consultas telefónicas exponiendo situaciones diversas de barreras para el acceso a estas “prestaciones esenciales” en Instituciones Públicas de la Provincia.
Por otro lado desde Colectivo Ni Una Menos Tucumán, exigen “la provisión de anticonceptivos modernos de corta y larga duración, información, consejería y servicios relacionados (incluida la anticoncepción de emergencia).”
Para ambas las organizaciones feministas “los derechos sexuales y reproductivos y el acceso a las interrupciones legales de embarazos pueden salvar vidas” y “el estado no puede permitir el debilitamiento de equipos y programas en los contextos de pandemia”.
La sexualidad en cuarentena habita espacios grises en donde el Estado, desbordado por la crisis sanitaria puede estar ausente. Resulta prudente exigir la ejecución de políticas que permitan un desarrollo pleno de la sexualidad, entendiendola como un conjunto de practicas y saberes en constante cambio.