Comienza el juicio por el transfemicidio de Gala Perea, de 19, asesinada el 26 de mayo de 2019, en la vivienda de su pareja en Lules. Victor Ezequiel Martínez, de 45 años, está imputado por el delito de homicidio agravado por el vínculo y por haber mediado violencia de género, de acuerdo al art. 80 inc 1 y 11 del Código Penal. Se encuentra cumpliendo prisión preventiva desde el momento del hecho.
Según sus hermanas, Gala mantenía una relación con Martínez desde sus 15 años. Vivía con su mamá y su papá en Famaillá, los fines de semana viajaba a Lules y se quedaba unos días en lo de Martínez.
“Nunca nos gustó”, dice Jesús del Valle Perea, la hermana mayor de Gala. “En la cara se le notaba que era una persona fría, daba miedo”. Más de una vez le pidió que lo deje, que se alejara, que encuentre a otra persona que no le haga daño. “Ella era muy joven e ilusa”, dice. Él llevaba el doble de edad.
Su familia la vió con golpes y marcas en los brazos. De hecho, Jesús recuerda que Gala una vez quiso realizar una denuncia en la Comisaría de Lules, pero no se la tomaron. “No le llevaron el apunte en la comisaría. Si a nosotros las mujeres a veces no nos dan importancia mucho menos a las mujeres trans. La justicia está para cuando ya te matan, ahí van ellos a levantarte, cuando ya es tarde. El Estado está ausente, no solo con Gala, sino con muchas chicas que han pasado la misma situación.”
“Ella era muy especial, tenía una chispa única. Era muy alegre, nunca tenía un mal día”. Su hermana le quería poner una peluquería, para que pueda salir de esa relación y tenga su plata para independizarse. “Él la manipulaba y la amenazaba”.
“Él era un vividor”. Según diferentes relatos, él la explotaba sexualmente, la obligaba a prostituirse y le quitaba la plata. Le mandaba las capturas de la boleta de luz para que ella se las pague, le pedía mercadería y ropa.
Martínez, además era muy violento, así lo describió incluso su propia familia. En los testimonios, un sobrino de Martínez declaró que este le había llamado una semana antes para contarle cómo haría para matar a Gala y esconder el cuerpo. Incluso había planeado enviar mensajes de texto desde otro lugar para despistar y deshacerse del cuerpo camino a Famaillá. También le habría dicho que si le hacían la prueba de las mentiras él iba a zafar porque sabía bien como mentir.
“No sé qué pasó ese día. Que pasó por su mente, llegar a matarla. No lo entiendo”, dice Jesús. La última vez que vieron a Gala, estaba muy contenta. Ese viernes había salido a bailar con sus amigas. Volvió, se bañó, se planchó el pelo y se arregló para salir otra vez. Su mamá le había preparado comida, pero ella le dijo que se la iba a llevar para comer con Victor. Lo próximo que supieron, fue el domingo a las 20hs. Gala estaba muerta.
Fue la hermana de Martínez, Juana Angela quien dio aviso a la policía.
Jesús cuenta que cuando pasó lo de Gala, no sabían qué hacer. “Estábamos ciegos”. Fue Laura Moreira quien estuvo desde un primer momento con la familia. Laura es hermana de Cynthia Moreira, brutalmente asesinada en 2018 y desde entonces no descansa en su búsqueda de Justicia. “Vino de capital a Famaillá. Vino a mi casa. Siempre le agradezco, nosotros somos de pocas palabras, y ella siempre nos está dando fuerzas. Le pasó lo mismo y lucha cada día por su hermana. A nosotros nos da mucho valor para poder seguir adelante”. Laura puso en contacto a la familia con el abogado Carlos Garmendía, quien representa la querella.
La madre de Gala no podrá asistir al juicio. Además de tener un problema en la pierna que le impide movilizarse, emocionalmente no podrá hacerlo. Irán hermanos y hermanas de Gala, su padre y organizaciones convocan a concentrar en la puerta de Tribunales Penales desde las 9 de la mañana para acompañar el reclamo de Justicia.
“Hoy por ti, mañana no sabemos por quien puede ser”, dice Jesús sobre la tremenda problemática de la violencia de género que día a día cala más hondo en la sociedad. “Necesitamos condenas ejemplares para que paren de matarnos”.