Casi doce años después del crimen de Paulina Lebbos, la joven tucumana asesinada en 2006, el próximo martes 6 de febrero comienza el juicio contra cinco ex funcionarios del gobierno de José Alperovich acusados de encubrimiento y otro imputado por privación ilegal de la libertad seguida de muerte.
El homicidio de Paulina Lebbos, finalmente, llegará a juicio casi 12 años después. La Sala III de la Cámara Penal confirmó que el próximo martes 6 de febrero comenzará el debate oral y público por el crimen de la estudiante de Comunicación Social, ocurrido en febrero de 2006.
El tribunal está integrado por los magistrados Carlos Caramuti, Rafael Macoritto y Dante Ibáñez. Se estima que el proceso judicial puede extenderse durante todo 2018.
El crimen de Paulina sacudió a la provincia y marcó un antes y un después de la noche tucumana. En un intento de mostrar soluciones rápidas, el Poder Ejecutivo local, al mando del entonces gobernador José Alperovich, dictó un decreto de necesidad y urgencia que se mantendría durante 8 años: los locales bailables, boites, pubs, boliches, salas de espectáculos nocturnos, entre otros, debían cerrar sus puertas a las 4am. La intención de la medida, avalada por la Legislatura, era mejorar la seguridad y evitar los excesos de la noche entre los jóvenes. Lo paradójico del caso es que los principales imputados de la causa son policías y ex funcionarios alperovichistas.
Su padre, Alberto Lebbos, denunció durante estos 12 años la complicidad y el encubrimiento por parte de la clase política y marchó cada martes junto a otras víctimas de la impunidad, exigiendo justicia para su hija.
Los imputados
Paulina fue hallada sin vida a la vera de la ruta 341, a la altura de Tapia. Por ese hecho están imputados cinco ex funcionarios alperovichistas: el ex jefe de Policía, Hugo Raúl Sánchez; Nicolás Barrera, ex subjefe de la Policía; el ex subjefe de la Regional Norte, Héctor Rubén Brito; Eduardo Di Lella, quienes serán juzgados como presuntos coautores de los delitos de encubrimiento en perjuicio de la administración de justicia; abuso de autoridad, y coacción o amenaza condicionada respecto de Sergio y Marcelo Goitea, los hermanos que hallaron los restos de Lebbos en Tapia.
Los otros imputados son el ex secretario de Seguridad, y el policía retirado Hugo Waldino Rodríguez, imputado por la comisión de delitos de encubrimiento, de falsificación ideológica de un instrumento público y de falso testimonio.
Al policía retirado Rodríguez la Justicia le imputó la supuesta comisión de los delitos de encubrimiento, de falsificación ideológica de un instrumento público y de falso testimonio. A Roberto Luis Gómez, el único que estuvo con prisión preventiva, quien “cayó” por usar el chip del celular de Lebbos, se le atribuyen la privación ilegítima de la libertad y el homicidio de la víctima.
Los imputados fueron investigados a partir de 2013, cuando el fiscal Diego López Ávila quedó a cargo de la instrucción del expediente. Otros dos fiscales pasaron por este caso con numerosas ramificaciones institucionales: Alejandro Noguera y Carlos Albaca. El primero fue desplazado a los pocos días de la identificación del cuerpo de Lebbos, luego de ser fotografiado mientras salía de la casa del ex gobernador José Alperovich.
El fiscal Carlos Albaca estuvo a cargo de la causa desde abril de 2006 hasta 2013. Durante esos casi 7 años la investigación no prosperó y de hecho se entorpeció. Inclusive una muestra de ADN falló porque no fue conservada apropiadamente durante estos años.
Además, tras años de silencio, declaró que no se había podido comprobar que Paulina haya sido asesinada. No descartó que se haya tratado de una muerte natural que podía obedecer a 1) un ataque de asma combinado con ingesta de alcohol y/o otras sustancias tóxicas, 2) práctica de la autoasfixia durante la masturbación, y 3) asfixia con una pareja. En declaraciones con la prensa, el fiscal había dicho que “Lebbos tenía tendencia a las relaciones sexuales casuales, en ocasiones era ‘intrépida’ y capaz de emprender acciones temerarias”. “La mató por segunda vez”, declaró en aquel momento su padre.
Albaca perdió el control del proceso como consecuencia de un informe crítico del abogado Bernardo Lobo Bugeau, quien compulsó el expediente por orden de la Nación. Por su actuación en este caso, Albaca afronta un requerimiento de elevación a juicio pendiente de confirmación.
A las denuncias por encubrimiento policial y la complicidad del poder judicial, se sumó la denuncia a los “hijos del poder”. Testimonios hablan de que Paulina murió en una fiesta donde supuestamente se encontraban hijos de políticos en el dique El Cadillal o en Raco. Se señaló así a Gabriel Alperovich, hijo mayor de Alperovich, y a Sergio Kaleñuk, hijo de Alberto Kaleñuk, pero nunca fueron imputados. Gabriel paso por un examen de ADN, y a fines del año pasado su hermano Daniel también se sometió a la misma pericia.
Hace 12 años
Paulina Lebbos tenía 22 años y estudiaba Ciencias de la Comunicación en la UNT. En la noche del 25 de febrero de 2006 salió a bailar para festejar que había aprobado un examen. Fue a Gitana, un boliche en el ex Abasto, acompañada por su amiga Virginia Mercado, pero nunca más volvió a su casa. Ambas tomaron un remise: Virginia se bajó en La Rioja al 400 y Paulina siguió viaje para ir a la casa de su novio, César Soto.
A la mañana siguiente, al no regresar a su casa, los padres de la joven encendieron el alerta y comenzaron la búsqueda. El 11 de marzo de 2006 (dos semanas después) el cuerpo sin vida fue hallado en el kilómetro 3 de la ruta 341 (en Tapia).