La tucumana Romina Bernardo trae su reggaeton lésbico para hacer bailar a todo el público del FestiPantera. Conocé de que se trata este proyecto musical.
El sábado 9 de noviembre se realizará el FestiPantera en Santos Discepolo. El festival, organizado por Miss Bolivia, será en beneficio de Flor Linyera, cantante y tecladista de la banda Kumbia Queer que se encuentra con problemas de salud.
La grilla 100% feminista y disidente está conformada por Femigangsta, quien le pone rimas al feminismo, Chocolate Remix, la tucumana radicada en Buenos Aires que hace reggaeton lésbico, Maricuri, el dúo tucumano que rapea contra el patriarcado, Macumbias, la banda tucumana de cumbia feminista, Flor Cazzucheli y Dj Beibi, las djs tucumanas que musicalizan las fiestas la lucha feminista, y Dj Bolivia, la versión disc jockey de Miss Bolivia.
Desde La Nota, entrevistamos a Romina Bernardo, quien desde hace más de seis años lleva adelante el proyecto de Chocolate Remix, poniendo a bailar a la disidencia sexual con sus rimas con un alto contenido sexual.
Con sus versos reivindica el derecho al goce, al baile, a perrear hasta abajo y a que las lesbianas también pueden hablar del sexo que quieran y de la forma que sea.
Los comienzos no fueron fáciles, pero seis años después, la Argentina de hoy se parece poco a la que vio nacer a Chocolate Remix. Arrasada por la marea verde, contagiada de feminismo, hoy Choco está en pleno auge y con una carrera en ascenso que la llevó a escenarios europeos en más de una ocasión. “Antes no entendían a Chocolate Remix. Pero ahora que estamos en el auge del empoderamiento de la mujer a todo el mundo le gusta”, señala.
El reggaetón se tornó masivo en los últimos años y se extendió a diferentes públicos, sin distinción de clases o niveles económicos y educativos, desde centroamérica a todo el mundo. Fue ahí donde Romina encontró un lugar desde el cual pararse y enunciar. Un decir lesbiano y feminista.
“Yo no sabía que fin iba a tener, no lo pensé inicialmente para desarrollarme como música. En su momento lo pensé más como una performance virtual, y eso fue tomando otro color. Después me invitaron a algunas fiestas, entonces considere la posibilidad de hacerlo en vivo, y de a poco se fue definiendo una carrera profesional vinculado a la música”, cuenta sobre sus primeros pasos.
Después vino el momento de la formación musical, acercarse a la producción digital, y emparse de las lucha que la atraviesan. “Hago música en la que todo tiene que ver con el feminismo, la diversidad, también soy militante y voy aprendiendo un montón de cosas”.
Tomando un trago en la discoteca
Él me ofrece otro llamándome muñeca
Le digo: Gracias, prefiero la boca seca
En lo escénico, Chocolate también se destaca con una apuesta visual que imita al reguetonero tradicional, con sus cadenas y sus anillos, y una crew de bailarines y bailarinas que le escapan a lo hegemónico y que hacen delirar al público. “Es toda una puesta pensada y trabajada para generar que la gente se sienta inmersa en un mundo imaginario, que ofrece una posibilidad de hacerlo real en ese momento, reguetonero y de mucho tuerkeo. Desde todas las aristas tratando de generar un mensaje y generar una situación imaginaria que se hace real en el momento del vivo. Sabemos que el mundo entero no es asi, pero la propuesta es presentar un mundo de fantasía que tengo yo en mi cabeza y ver que pasa y como la gente lo toma”, explica. “Mucha gente se fue apropiando y diciendo esto me representa, me gusta, y me siento cómoda“.
Me grita: Torta, puta, marimacha, camión
Y a mucha honra, bombón
La industria musical también se ve contagiada por el empoderamiento feminista. Desde la Ley de Cupo femenino en los escenarios, hasta el auge de agrupaciones que pelean por más visibilización de las mujeres y disidencias en la industria musical, el paradigma cambió y todo esta por revisarse.
“Me parece un panorama prometedor. Estamos viviendo un cambio grande de paradigma, no solo en la música, todo se ha empezado a cuestionar y a generar otro tipo de lógicas. Ya no es solamente incluir mujeres en el escenario, se empiezan a proponer otras formas de hacer las cosas”, expresa.
Además, agrega que “históricamente siempre se ha hecho de una única manera y generalmente fueron los varones los que hicieron el mundo que conocemos. Las mujeres y otras identidades tenemos otra forma de habitar este mundo y eso hace que tengamos otras propuestas desde cómo hacer un festival de música hasta cómo hacer música, es una vivencia completamente distinta. A nosotras ¿solamente nos interesa formar parte de esos históricos festivales que tienen toda una lógica que quizás en muchos puntos no coincidimos? Quizás es hora de empezar a generar otros festivales, hacer otras cosas, y empiezan a surgir otras posibilidades, con otras lógicas como ser Goza Records, el sello de Barbi Recanatti, este festival que organiza Miss Bolivia“, señala “Choco”.
Se muestra confiada y lanza: “Esto recién empieza y no sabemos a donde nos va a llevar”.
Soy la nena mala que te pincha el globo
La caperucita que se come al lobo
El movimiento de mujeres músicas en Tucumán también creció en los últimos dos años, impulsadas por el movimiento feminista, creando espacios de disfrute diferentes, como fueron las Telesiadas organizadas por Mujeres por el Arte, o los Encuentra, organizados por Nancy Pedro, donde las grillas están conformadas completamente por mujeres. Cada vez hay más chicas que se animan a dedicarse a la música desde jóvenes, se multiplican las bandas y el público cada vez menos tolera grillas que no se adecuen a los tiempos de hoy. Pero en las provincias siempre es más difícil introducir cosas nuevas.
“No es lo mismo encontrar un nicho en una ciudad donde hay 17 millones de habitantes, alguno que piensa como vos vas a encontrar. En una ciudad de 800.000 habitantes se achican esas posibilidades, sumado a las cuestiones culturales más difíciles de desarraigar. No es que no estén pasando cosas, lo que pasa es que hay más visibilidad de lo que pasa en Buenos Aires, es una realidad. Por que cuando vas a las provincias ves que están pasando un montón de movidas, y generalmente conocen bastante de lo que pasa en Buenos Aires, pero al revés no. Principalmente por que hay una visión muy unitaria de que dios esta en todos lados pero atiende en Buenos aires. Pero hoy con las redes eso se ha facilitado mucho más”, cuenta.
Chocolate no es ajena a la crisis que aqueja a gran parte del país, pero tiene en claro que la música es un lugar donde refugiarse y perrear la vida junto a otres. “Trato de involucrarme en la situación y hacer algo para que la vida sea más transitable y más vivible”.