Un 78% de los ciudadanos chilenos decidieron reemplazar la actual Constitución, redactada durante el régimen militar de Augusto Pinochet (1973-1990). Además votaron una convencional constituyente. ¿De qué se trata esta reparación histórica para Chile?
Tras la revuelta popular iniciada por alumnos del secundario, en marzo del 2019, Chile entró en un proceso político que señalaba la desigualdad estructural existente.
Mucha de esa desigualdad era económica, social pero también política, producto de una constitución heredada de la dictadura militar presidida por Augusto Pinochet.
La reforma constitucional fue levantada como bandera para reparar las grietas de un país con una economía liberal pero sin educación, ni acceso a la salud, ni al trabajo.
El camino al plebiscito fue largo, dejó a heridos y caídos en las calles, pero finalmente el día de ayer se votó masivamente por el “Apruebo” con 5.885.721 votos (78,27%) frente a 1.633.932 votos (21,73%) del Rechazo.
El plebiscito tenía un segundo interrogante, “¿Qué tipo de órgano debiera redactar la Nueva Constitución?”, los ciudadanos optaron por una convención constitucional: una asamblea de 155 ciudadanos elegidos en su totalidad por voto popular, mitad de las bancas serán de las mujeres y habrá representación del pueblo ancestral Mapuche.
La participación de la población fue superior al 50%, pese a las restricciones por la pandemia de covid-19. Con esa cifra se sitúa como la elección con mayor cantidad de votantes desde el regreso de la democracia.
Histórico
Es la primera vez en la historia del país que una Constitución será redactada por una asamblea completamente elegida por el voto popular y con estas características.
Además que la reforma sea producto de la revuelta en las calles y que haya logrado una política tan concreta como dar de baja a una constitución heredada de la última dictadura en ese país.
¿Cómo continúa el proceso?
El país debe volver a las urnas el 11 de abril de 2021 para elegir directamente a los miembros de la convención constituyente.
Elegirán a 155 miembros repartidos equitativamente entre hombres y mujeres, con un número de escaños reservados para los pueblos indígenas.
Con esta opción ningún género podrá tener más de un 50%+1 de la instancia, es decir, podrá haber un máximo de 78 hombres o mujeres electos.
La convención que redacte la nueva Carta Magna se constituirá en mayo de 2021.
