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En el marco del Día mundial de las hepatitis virales se realizarán actividades para fortalecer la prevención de esta enfermedad que afecta a más de un millón de personas en Argentina. Conocé sus causas, síntomas y tratamientos.
Con el objetivo de dar a conocer a la comunidad información sobre esta patología se llevará a cabo una jornada en el Salón del Bicentenario de Casa de gobierno, el miércoles 25 de julio a partir de las 10.30 hs. De la misma participarán las doctoras Ana Palazo, Dolores Murga y Daniela Pérez, miembros de la sección Hepatología de la sala de Gastroenterología del hospital Padilla.
“La recomendación es realizarse los estudios para descartar que uno sea portador de la patología, fundamentalmente de la hepatitis C, que no tiene prevención con vacuna pero sí tiene cura, en cambio la hepatitis A y B cuentan sí son prevenibles con vacunación. Para los pacientes que no tienen cobertura social, la provincia se encarga de cubrirlos tanto en el diagnóstico como en el tratamiento”, dijo la jefa de la Unidad Coordinadora Provincial de VIH Infecciones de Transmisión Sexual y Hepatitis Virales, doctora Claudia Lucena.
A su vez, la referente dijo que la charla está dirigida a las personas de la comunidad que quieran tener mayor conocimiento sobre la Hepatitis, saber dónde se encuentran los laboratorios específicos y los servicios a los cuales concurrir para solicitar el turno y ser evaluados por los especialistas.
¿Qué es la hepatitis?
De acuerdo a la información habilitada por la Fundación Onmeda para la salud, se trata de una enfermedad del hígado que provoca su inflamación. Su etimología deriva de la palabra griega hépar (hígado) e -itis (inflamación). La inflamación del hígado puede provocar daños en las células del mismo reduciendo sus funciones.
El hígado es el órgano interno más grande del cuerpo humano y funciona como una especie de laboratorio central. Está involucrado en el metabolismo de los alimentos y actúa en el proceso de desintoxicación y eliminación de sustancias tóxicas para el organismo y residuos.
Las causas de la hepatitis pueden ser varias. Los virus, las bacterias o determinados parásitos pueden desencadenar una inflamación del hígado. También ciertas enfermedades como la sarcoidosis o las enfermedades autoinmunes pueden ser responsables de la inflamación del hígado. El consumo excesivo de alcohol o el abuso de determinados medicamentos, tóxicos y algunos productos químicos, también pueden provocar inflamación hepática.
Los virus pueden desencadenar una hepatitis llamada hepatitis viral. A continuación se mencionan cinco de los virus que con mayor frecuencia producen hepatitis (virus hepatotropos):
Según el virus que infecta el hígado el tipo de inflamación hepática se conoce como hepatitis A, B, C, D o E. El virus de la hepatitis G pertenece al mismo grupo de virus que el virus de la hepatitis C, pero no se muestra como trastorno independiente.
Prevención
Existen diversas medidas, dependiendo del tipo de virus, para prevenir una hepatitis:
La forma de transmisión es distinta según el tipo de virus: la hepatitis A y la hepatitis E se transmiten a través del contagio por contacto. El patógeno pasa a un nuevo organismo a través de las heces (materia fecal), los alimentos o la boca (vía oral). La hepatitis B y la hepatitis C, sin embargo, se transmite tanto a través de las relaciones sexuales como por la sangre (por ejemplo, transfusiones de sangre). La hepatitis D solo afecta a las personas que están infectadas de forma aguda o crónica con el virus de la hepatitis B.
– Vacunación
Este recurso sólo está disponible para los tipos de virus A y B. Una vacuna contra la hepatitis B simultáneamente protege contra la hepatitis D. Hasta ahora no existe ninguna vacuna contra la hepatitis C y la hepatitis E.
– Usar preservativos en las relaciones sexuales.
– Evitar el contacto directo con la sangre.
Para evitar la hepatitis A y E (contagio por contacto):
– Lavarse las manos periódicamente.
– Hervir el agua potable.
– Pelar las frutas y verduras.
Síntomas
Dependiendo del tipo de virus, la hepatitis puede cursar sin ningún tipo de síntomas (asintomática), pero la tipo A y B comienza con síntomas generales inespecíficos como los siguientes:
– cansancio, decaimiento
– dolores de cabeza
– pérdida de apetito
– sensación de presión en el abdomen superior derecho
– vómitos
– fiebre
Pueden surgir asociados síntomas característicos como, por ejemplo, los siguientes:
– oscurecimiento de la orina (coluria)
– aclaración de las deposiciones (acolia)
– tinte amarillento de la piel o los ojos (ictericia)
En la fase aguda de la hepatitis también se producen picores (prurito).
Diagnóstico
La hepatitis se confirma mediante determinaciones serológicas, obtenidas en un análisis de sangre: anticuerpos específicos contra los antígenos, elevación de transaminasas (enzimas producidas en el hígado) y en algunos casos elevación de bilirrubina o alteraciones en los parámetros de coagulación.
Tratamiento
Este procedimiento depende del tipo de virus, puesto que contra la hepatitis A, la hepatitis D y la hepatitis E, actualmente no hay medicamentos eficaces, por lo tanto, se elige atendiendo a los síntomas. Generalmente se recomienda reposo, seguir una dieta alta en carbohidratos y no beber bebidas alcohólicas.
Para el tratamiento de la hepatitis B crónica se administran, sobre todo, los medicamentos siguientes:
– interferón alfa
– peginterferón alfa-2a
El tratamiento de la hepatitis C ha evolucionado muy satisfactoriamente en los últimos años. Antes de la aparición de los llamados antivíricos de acción directa (AAD), la terapia se basaba en administrar inyecciones semanales de interferón y ribavirina durante 48 semanas, con un porcentaje de curación del 50%. Sin embargo, este tratamiento provocaba efectos secundarios muy molestos y frecuentes e incluso, potencialmente mortales.
Con los nuevos medicamentos antivíricos de acción directa (AAD), se consigue curar a casi todos los pacientes y en menos tiempo, normalmente con un tratamiento durante 12 semanas. Además, son terapias más seguras y los pacientes sufren menos complicaciones.
No es necesario tratamiento para la infección con el virus de la hepatitis G.