750 diplomas se entregaron a alumnos y alumnas de las 22 escuelas secundarias que forman parte de la Educación de Jóvenes y Adultos en la provincia. Hablamos con Mahia Moyano, alumna del Cetrans, sobre su experiencia educativa.
La Dirección de Jóvenes y Adultos celebró el martes su acto de egresados 2017, con la presencia del ministro de Educación, Juan Pablo Lichtmajer; los Secretarios de Estado de Gestión Educativa, Isabel Amate Pérez, de Coordinación, Marcelo Romero y Administrativa, Eduardo Jairala y la directora de Jóvenes y Adultos y Educación No Formal, María Eugenia Dip Torres. Además participaron directores y coordinadores de Niveles y Modalidades del Ministerio de Educación.
Durante el acto se entregaron 750 diplomas a alumnos de las 22 escuelas secundarias que forman parte de la Educación de Jóvenes y Adultos en la provincia.
Una de las 22 escuelas que participó del acto fue el Centro Educativo Trans de Puertas Abiertas, que funciona hace un año en la provincia. En esta primera promoción, más de 15 alumnos y alumnas obtuvieron su título secundario luego de transitar un año por el centro educativo.
Mahia Moyano fue una de las alumnas abanderada de dicho establecimiento. “Para mi recibirme es haber cumplido una meta que tenía pendiente hace muchísimos años, después de romper muchas barreras para poder vivir la vida como yo quiero, para mi significa mucho haber terminado el secundario en un espacio de educación pública e inclusiva”, reflexiona Mahia en conversaciones con La Nota. “Y en un espacio como el centro educativo trans que es más inclusivo de lo que es cualquier otra escuela”, agrega.
El CeTrans es el primer centro educativo trans a puertas abiertas de la provincia. La propuesta del centro educativo vino a dar respuesta a una problemática concreta: la falta de acceso a la educación. Para el colectivo trans, completar los estudios resulta casi impensable. Sin embargo, actualmente cuenta con más de 70 estudiantes secundarios y 10 primarios, con un 30% de alumnado trans, convirtiéndose en el segundo del país.
“El Cetrans no es exclusivo para personas trans, esta destinado para todas aquellas personas que por algún motivo el sistema educativo las ha excluido, este centro educativo brinda la posibilidad de que termine los estudios ahí”, cuenta Mahia luego de haber transitado por las aulas de la institución que se encuentra en la Avenida Brigido Terán 320.
Sobre como fue retomar los estudios en un lugar nuevo, cuenta que se encontró con muchas realidades diferentes. “Al principio no cruzábamos palabra con los compañeros y compañeras, no hablábamos tanto, pero a medida que pasa el tiempo te vas dando cuenta que hay algo que nos hace valorar ese momento en el que compartimos las clases, aunque no cruces una palabra, pero hay algo ahí que es único”.
Uno de los proyectos que llevó a cabo este año el Cetrans fue la publicación de un libro, “Literatura de puertas abiertas: cuerpos y deseos”, que surgió del trabajo colectivo de alumnos y alumnas. “Después de trabajar con los compañerxs y llegar a armar un libro donde quienes asistimos al Centrans contamos nuestras historias, pude ver que lo que nos unía era justamente el abandono por parte del estado, la indiferencia familiar, el haber sufrido cosas desde muy pequeñas, para llegar a ser personas grandes y fuertes con tan solo 12 años. El libro refleja como el Centrans abrazó a personas que sufrieron mucho toda la vida”, reflexiona Mahia sobre el trabajo en conjunto que realizaron. “Para mi haberme egresado y ser egresada del Cetrans representa un orgullo grandísimo”, asegura.
Activismo Trans en Tucumán
“El centro educativo, además de darme la posibilidad de terminar el secundario en mi provincia natal, me abrió una puerta a la militancia y de empoderamiento que es muy importante. Yo venía viendo que en Tucumán la población trans estaba muy desunida. Vivimos presas en nuestras casas o somos presas de la noche, y todo lo que lleva estar expuesta parada en una calle ejerciendo trabajo sexual, marginadas por la sociedad que humilla, golpea, expuestas a robos, a otras chicas a la policía”. Mahia junto a otras compañeras comenzaron a reunirse para dar respuesta a las situaciones de violencia a la que estaban expuestas.
Después del conocido caso de Celeste, la joven trans que denunció a 6 policías por abuso sexual, torturas y violencia institucional, que quedó en la nada, y del travesticidio de Ayelén Goméz en agosto de este año, la comunidad trans se organizó para decir basta. Muestra de ello fue la primera marcha que se realizó exigiendo justicia por Ayelén. “Las chicas vieron que no estaban solas, que teníamos que juntarnos, que teníamos que abrazarnos. Y de ahí surge la idea de armar una asociación. Así nació LOTO: Libertad y Orgullo Trans Organizadas”. Una de las tareas urgentes de la nueva agrupación, además de capacitar en derechos a las compañeras, es acompañar las denuncias de violencia policial.
“De a poco vamos surgiendo, vamos saliendo, dándonos visibilidad, vamos acompañando a las compañeras que están sufriendo algún abuso por parte de la policía, o discriminación en algunos lugares, las estamos acompañando, haciendo las denuncias, generando escritos. Esto recién comienza y tenemos mucho que trabajar, espero que a futuro tenga sus frutos y que las chicas tengan un lugar donde decir me voy y las busco a las chicas de LOTO para que me ayuden porque me está pasando esto o me está pasando aquello. Que sientan que tienen un lugar donde se las va a contener”. Estás son las expectativas de la abanderada del Cetrans.
Mahia siente al Cetrans como su segunda casa. “Quienes estudien acá, además de terminar los estudios, van a ser pioneras en cambiar la mirada de la sociedad. Porque ir y compartir con gente fuera de lo que es el ámbito de la noche, compartir un centro educativo con otra gente es empezar a cambiarle la mirada a la sociedad. Porque van a ver otra imagen de nosotras y eso se va a ir replicando en sus casas, después en los barrios y así sucesivamente. La educación para nosotras también es esto, empezar a cambiar la mirada que tiene la sociedad sobre nosotras”.