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El candidato a intendente por San Miguel de Tucumán, José Vera, por Libres del Sur, respondió las preguntas de Jóvenes por el Clima sobre la crisis climática y cuál es el lugar que ocupa el medioambiente en su agenda política.
¿Cuáles son las problemáticas ambientales que consideras que deben ser tratadas con urgencia en el municipio?¿Qué propuestas tenés para abordarlas?
Entendemos que es fundamental la protección del medio ambiente. Creo que en toda la provincia, no solo en el municipio, es una temática que está descuidada. Hay que pensar en la calidad de vida que se le da al ciudadano, cómo así también en la ciudad que se le deja a las futuras generaciones. En ese sentido entendemos que es necesaria la aplicación de políticas públicas y que el municipio tiene que ser un municipio abierto en el que se invite a participar a la organización en la sociedad civil, a las universidades, a las facultades, a las organizaciones intermedias, a los colegios profesionales para el desarrollo de las políticas públicas. Urgen varias temáticas: agua potable, en los barrios de los alrededores no hay acceso, o incluso lugares donde no tienen agua y vemos en la zona céntrica por la mañana cómo se manguerean las veredas. Entonces, ahí hay una diferencia muy grande entre la zona céntrica donde se suelen acumular los recursos y los barrios más necesitados. Nosotros necesitamos un plan de obra macro que no va a solucionar el problema en corto plazo porque son obras de mucha envergadura y que se tienen que desarrollar todas al mismo tiempo, de manera planificada que no la va a terminar una sola gestión municipal. Es necesario que haya un compromiso de todas las fuerzas políticas para que independientemente del gobierno municipal o del signo político o de la gestión que se alterne, se les dé continuidad a esas obras. También es importante el arbolado urbano.
¿Cómo planeas garantizar que las políticas ambientales adoptadas en el municipio sean equitativas y justas para todas las comunidades, especialmente aquellas que son más vulnerables a los impactos ambientales?
Hay que revertir hacia dónde se destinan los recursos. Las obras deberían venir desde las afueras hacia la zona céntrica para equiparar cómo se gestionan, no hay una distribución equitativa entre toda la ciudad. Necesitamos una planificación en la que se distribuyan de manera objetiva. Y claramente hay una deuda con los sectores, los barrios de los alrededores, que durante muchísimo tiempo han sido abandonados.
¿Cuál es tu plan para abordar la gestión adecuada de residuos en el municipio y para fomentar la reducción, reutilización y reciclaje de los mismos con inclusión social?
Para nosotros es fundamental comenzar el tratamiento diferenciado de la basura. Está el consorcio metropolitano. Lo ideal sería la planificación de políticas públicas que nos lleven a la recolección diferenciada, una planta de tratamiento, quizás como la que se hizo en Tafí Viejo, que creo que fue un acierto. En mi caso preferiría más participación del Estado, también generando un recurso para el propio municipio, que pueda dar recursos para llevar más derechos y servicios a los ciudadanos. Y también que sea con inclusión, porque no se puede dejar afuera a quienes se dedican a la recolección de residuos como medio de vida y es su forma de llevar el pan a sus casas.
¿Cómo se puede asegurar la participación efectiva de la sociedad civil y las organizaciones sociales en el diseño e implementación de políticas ambientales en el municipio?
Por un lado, con mesas municipales, de marcadas temáticas, en las que participen tanto las organizaciones no gubernamentales, fundaciones, colegios profesionales, facultades, junto con el municipio, y que esa política pública que en conjunto municipio y sociedad desarrollen, sea vinculante. Que el municipio tenga que llevar adelante la política pública que sale de ese desarrollo conjunto. Por otro lado, hay que comenzar a aplicar herramientas de democracia participativa. Es necesario, como mínimo, el presupuesto participativo, en el que una parte del presupuesto se divida en las distintas zonas o barrios de la ciudad. Es el vecino, quien vive su barrio, quien conoce cuáles son las necesidades, quien propone la obra o la política pública.
Finalmente, propongo también la reubicación de plantas de industrias y desarmaderos a cielo abierto que han quedado dentro de la ciudad. Hay estudios que hablan sobre cómo en los desarmaderos a cielo abierto la exposición a los factores climáticos generan un desgaste en los metales, que son arrastrados por el viento y son respirados por la población. Entonces habría que analizar una política pública ya sea para la reubicación o para que no haya desarmaderos a cielo abierto, porque afectan la salud de las zonas aledañas.
