A raíz de un hecho de discriminación, convocan a un besazo en la puerta de una cervecería de Barrio Sur, para denunciar y repudiar estas actitudes y visibilizar las existencias disidentes.
El fin de semana pasado dos chicas fueron echadas de una cervecería de Barrio Sur. Según relataron en las redes sociales, personal de seguridad las interceptó cuando iban al baño y les pidió que se retiren del lugar. Las jóvenes denunciaron que fueron discriminadas por haberse dado un beso.
El repudio en las redes no demoró en llegar, y lo que comenzó con manifestaciones espontáneas en facebook, twitter e instagram, se convirtió en organización. Desde diferentes cuentas comenzaron a convocar para un “besazo masivo” que se llevará a cabo el viernes a las 21 hs en General Paz 552, en la vereda del bar donde sucedieron los hechos.
Desde la Comisión de la Marcha del Orgullo, que reúne a más de 15 organizaciones LGBT, feministas y sociales, se sumaron para convocar a la movilización prevista para mañana.
“No es un hecho aislado”, manifestó Ivana Noriega, integran de Proyecto Tijeras, un espacio de difusión de cultura lésbica. “La comunidad LGBT recibe a diario muestras de actitudes homoodiantes, aunque muy pocas veces son de público conocimiento como ha tenido este caso, que trascendió por redes sociales”.
“Se decidió acompañar a las compañeras, preservar su identidad y manifestar la denuncia en contra de estas actitudes con un besazo que no solo busca denunciar las actitudes lesboodiantes de este lugar, sino también visibilizar nuestras existencias disidentes”, explicó Ivana.
“Nuestros besos son actos de resistencia ante un sistema heteronormativo que intenta todo el tiempo adoctrinarnos y decirnos de qué forma comportarnos y actuar en la calle, en un bar”, expresó la joven.
Este año, otro hecho puso el foco en la discriminación y persecución que sufre el colectivo LGBT, en particular las lesbianas. Se trata del juicio que condenó a Mariana Gómez bajo la figura de “resistencia a la autoridad”, por haber estado besando a su esposa, Rocío Girat, en una estación de trenes en Buenos Aires. Las jóvenes denunciaron que sufrieron violencia y discriminación, pero ellas fueron juzgadas.
Un año antes, una campaña para que “Higui” quede en libertad visibilizaba su caso. Luego de ser atacada en reiteradas oportunidades por una patota de varones que la atacó por ser lesbiana, hirió de muerte a uno de ellos. Lo ocurrido se hizo público en diciembre gracias al trabajo de organizaciones que denunciaron irregularidades el proceso por el que la mujer de 42 años terminó detenida y acusada de homicidio simple, sin que siquiera se tomara en cuenta su testimonio ni se considerara la defensa propia. Actualmente Higui se encuentra en libertad esperando el juicio oral.
Las violencias hacia las disidencias sexuales (gays, labianas, trans, no binaries) se vienen acrecentando en los últimos años con el avance de las derechas en el mundo y en Latinoamérica en particular.