Resumen del contenido Mostrar
El cantante conquistó los escenarios argentinos pero no sólo por su música. Desde La Nota conversamos con el músico Duardo Ferrer y rescatamos algunas reflexiones, canciones y anécdotas del líder de Virus.
“Me llega un wtspp con la pregunta ‘¿querés escribir sobre Moura?, hoy se cumplen 30 años de su muerte’. ‘Uaaaaaah, ¡¡¿30 ya?!!’, pensé”, dijo el cantante, compositor y músico tucumano Duardo Ferrer. “Lo primero que se me viene a la cabeza es una tapa de Cantarock donde está él con el pelo largo, caído para un costado y habla de Luca cuando tocaron en Bali y los presentaron como ‘los putos de Virus'”, recordó.
Federico Moura marcó un nuevo paradigma musical, dentro y fuera del país. No causa sorpresa la presentación de Prodan, un claro chongo de la historia del rock nacional. Sin embargo, Moura, trajo luz y varios planteos a una época marcada por bastante oscuridad a principios de la década de 1980. “Virus no es descriptible en palabras, porque como intención artística es algo latente, algo que está pasando”, definía Federico en una entrevista con Clarín en 1985.
“Tengo 45 años años y me acuerdo que toda la data que me llegaba de Moura era controversial y venía de reportajes que leía en revistas como la que mencioné, algunos videos en Canal 8 y nada más. Todo lo que pasaba, pasaba en Buenos Aires, en vivo y en directo, y lo que llegaba -y con mucho delay- a Tucumán yo lo absorbía como una esponja”, continuó recordando Ferrer o el Asesino del romance, el nombre de su banda.
“Su música era (es) fascinante; poptimismo y modernismo absoluto. Creo que la primera canción que escuche fue Wadu wadu en FM 98.9, en una época en que se grababa mucho canciones de la radio. Hasta Locura -que lo compré en kst-, nunca había escuchado un disco entero porque siempre grababa las canciones de la radio o se las escuchaba cantar a mi hermana que es 3 años mayor, o las bailaba en bailes de carnaval y boliches. De las letras no cazaba nada, era simplemente cantar, bailar y flashear con su voz, las guitarra y los teclados que todavía no eran sintes”, describió el músico que vive en C.A.B.A. desde el año 2002 y que también es corista y músico de la banda de otro tucumano consagrado en el este argentino, Juan Román Diosque.
El legado de Virus marcó a la generación del ’80 y su influencia trascendió al ámbito musical que describe Ferrer y sigue siendo una referencia estética para las generaciones actuales; sensualidad y otro modo de pensar la masculinidad en épocas conservadoras, supo construir -junto a sus hermanos Marcelo y Julio Moura, Ricardo Serra (luego Daniel Sbarra), Enrique Mugetti y Mario Serra-, a un estandarte hedonista de resistencia tras el terrorífico “Proceso de Reorganización Nacional”.
Superficies de placer
Si a más de cuarenta años el horror sigue presente de distintos modos, en simultáneo la búsqueda del goce habrán sido una utopía. Sin embargo, algo de esa mezcla amalgamaban Moura y compañía. Pese a que miles acuerdan con que tenía una voz increíble, Daniel Sbarra, alguna vez dijo que Federico era muy carismático, pero que su fuerte no era el canto, era su cabeza; “Fue un gran pensador y siempre tuvo el don de ver un poquito más allá de las cosas. Era mucho más que un gran cantante, mucho más que un músico; era un arquitecto artístico”, expresó.
“Agujero interior, El rock mi forma de ser, Soy moderno, no fumo, Qué hago en manila, Me fascina la parrilla y después todo el álbum Locura -que lo escuchaba de lado a lado en ripit- era lo mejor. Más tarde compré Superficies de placer, que no lo entendía del todo, pero tenía canciones hermosas, tristes y melancólicas”, continuó Ferrer.
Moura le puso ingenio a una escena artística gris, sacudida por el legado militar, donde los niveles de represión aún se sentían en el aire. La Junta militar hizo desaparecer en 1.977 a su hermano Jorge, militante del ERP. Pese a esto Virus no lo detenía. “Es muy grave suponer que el dolor está más cerca de la verdad que la alegría”, dijo Moura en la entrevista a Clarín de 1.985.
Ser gay en la escena del “rock” argentino
Federico Moura supo hacer lucha con su sensualidad lejana a los estereotipos rockeros. En este sentido, su hermano Marcelo, el menor de los Moura y cantante de la banda después de su muerte en 1988, dijo: “Federico supo entender su sexualidad como una causa. Las compañías discográficas le llegaron a decir ‘vos sos un tipo que gustas mucho a las chicas, por favor ocultá tu costado gay’ y Fede, lejos de eso, lo convirtió en una lucha”, destacó.
“Que nos desaparezca un hermano delante de nuestros ojos durante la Dictadura, después armar un grupo, llegar a ser número uno en ventas en la Argentina, que se enferme Federico en pleno apogeo y a los años afrontar su muerte, da cuenta de una historia de picos extremos de felicidad y dolor”, resumió Marcelo Moura en entrevista para VOS años atrás, cuando publicó un libro sobre Virus. De hecho, esas memorias se titulan así, Virus, “una palabra que -paradójicamente- nos hizo conocer el cielo y el infierno”.
La doble referencia de Marcelo tenía que ver con que Federico contrajo el virus del VIH y luego SIDA en un momento en el que la información acerca de la enfermedad era escasa y alimentaba un tsunami de prejuicios. El Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida a finales de los ochentas era sinónimo de muerte.
“Cuando salió el corte Imágenes paganas del último disco que hizo Federico, se hablaba del sida sin saber nada de lo que era, de lo flaco que estaba, de que era gay y después chau, se acabó la fantasía y murió un día como hoy, pero hace 30 años. No volví a escuhar Virus después de su muerte por un tiempo largo. Para mí la banda terminó ahí. Él era único. Recuerdo que volví a escucharlo a fines de los noventas, cuando Piñero de Estación Experimental, lo tuvo muy presente siempre”, destacó Ferrer.
Ayer y hoy
“Creo que Virus ha sido una influencia musical muy grande para mí y mi generación, para las que me siguen y para las que vendrán también. Mucha gente dice que en el rock nacional, el nuevo rock, el pop argentino actual o uerever, no tiene bandas o solistas actuales del nivel de Virus, Soda, los Redondos, Charly, Spinetta, etc. No estoy de acuerdo con esta idea. Esas producciones representan otro momento de la historia del mismo modo que las bandas actuales tienen que ver con el contexto contemporáneo. En estos 30 años ha cambiado todo y se abrieron nuevos paradigmas dentro de la música. Las tecnologías y la industria han logrado que la música sea infinita y todo suma. En este sentido Federico Moura ha sido (y es) una parte muy importante de este infinito río que es la música, pero la historia sigue”, concluyó Duardo Ferrer para La Nota.