En la noche del 20 al 21 de enero se produjo el primer eclipse total de 2019. Durante más de tres horas, en diferentes ciudades del mundo, las miradas se posaron en el cielo para observar el espectáculo, que empezó con la Luna llena que fue cubierta por la sombra de la Tierra, luego una hora de eclipse total y finalmente otra hora en que la Luna progresivamente se asomó nuevamente plena y brillante.
Fue una superluna, el término que se usa cuando el satélite se ubica a una distancia relativamente cerca de la Tierra, unos 358.000 kilómetros, por lo que se vio más grande de lo normal. Además, en dirección este, Venus y Júpiter brillaron en el cielo nocturno.
Durante la fase total del eclipse, la Luna apareció pintada con tonos rojos o rosados, en un efecto conocido como “luna de sangre”. El enrojecimiento se produce porque durante el eclipse los rayos del Sol impactan directamente sobre la Luna, porque la Tierra está en el medio. Estos rayos son filtrados por la atmósfera: los rojos se desvían hacia el interior del cono de sombra y por lo tanto hacia la Luna, mientras que los azules divergen hacia el exterior.
En San Miguel de Tucumán, la noche estuvo nublada por lo que el fenómeno no se pudo apreciar. En los valles, con cielo despejado, el eclipse se vio plenamente.
Así se vio el eclipse en distintas ciudades del mundo
Fuente: TN