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Un nuevo caso de acoso sexual salió a la luz la semana pasada. El denunciado es el periodista Ari Paluch, quien ya cuenta con acusaciones similares que se remontan al año 2011.
La semana pasada, Ariana Charrúa, sonidista del canal de noticias A24, denunció al periodista y conductor Ari Paluch por acoso sexual. Tras la noticia al acusado se le generó un sumario interno en el canal y este domingo levantaron su participación en la transmisión especial por las elecciones -debía ponerse al frente de la señal de 13 a 15-. Fue reemplazado por Paulo Vilouta y su ausencia hizo de megáfono a los rumores que ya se esparcían por las redes sociales desde hacía algunos días.
La sonidista había contado el hecho en una carta: “Mi labor es quitarle los micrófonos y retornos a cada uno de los conductores. Me acerqué a retirar los equipos del señor Paluch, continuando con una de las panelistas. En ese instante el señor Paluch me tocó el trasero. Esta situación me resultó ingrata, sorpresiva, abusiva, ofensiva, desagradable. La expresión en mi rostro se transformó y al ver él mi actitud, intentó apaciguar lo hecho diciendo
´perdón, no me di cuenta´, con un tono un tanto altanero. La panelista vio toda la situación, mi falta de reacción y con enojo le respondió: ‘Sí, claro, no te diste cuenta’. Y él se retiró rápidamente mientras ella intentaba calmarme con sus palabras”.
A su relato se sumaron las voces públicas de varias mujeres. Hay acusaciones en redes sociales y portales de noticias desde 2011. “Hace una década que sabemos que es un acosador”, dicen sus colegas.
En diálogo con el diario La Nación una de sus compañeras de trabajo contó otros casos: “Hace algunos meses tuve tres episodios trabajando juntos. Dos veces me tocó la cola dándome palmaditas y diciéndome ‘gracias’ y la tercera, yo estaba con calzas y se pasó cada corte del noticiero hablando de lo bien que me quedaban y haciendo comentarios al respecto. Eso me causó más rechazo que la palmada. Pero no sólo es acosador, sino que además tiene comentarios desagradables en general”.
La locutora Verónica Albanense también ocupa un capítulo en el historial de Paluch. Hace algunos años, embarazada de cinco meses, sufrió el maltrato del conductor por no querer acceder a sus avances. Luego fue despedida. “Es un hombre detestable, que acosa, que juega mucho con ese límite y que si uno no accede maltrata y demás”, declaró. Y agregó: “Yo la pasé mal siendo compañeros. Fui con el evatest y todos festejamos desde el día uno. Hasta que se me empezó a notar la panza. Un día caí a la radio con un enterito negro y me dijo ‘ya sos una embarazada cualquiera con esa ropa, no vengás más’. Una experiencia horrible. Por fin se supo cómo es realmente, porque escuchaba que en la radio la gente le decía que era una persona divina y yo pensaba ‘si supieran la verdad’. Me alegro que esta chica se haya animado a denunciar, yo en ese momento me fui a mi casa”.
La historia es noticia pero no es novedad. Las versiones mediáticas dan cuenta de que Paluch es señalado por acoso desde hace años, más de diez, cuando Federica Guibelalde, su histórica compañera de “El exprimidor” dejó el programa y se fue a vivir a Canadá en medio de una denuncia similar.
Es ésta, sin embargo, la primera vez que el conductor es intimado a dar explicaciones y la denuncia se hace realmente visible. El efecto #NiUnaMenos, el cambio de paradigma de la última década en materia de género y derechos humanos y la existencia de redes sociales de impacto inmediato seguro sean algunas de las razones que motorizan su explosión.
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El jueves 19, Paluch fue convocado a una reunión en el canal con la gerencia periodística y la gerenta general de América TV, Marta Buchanan. Juntos en una oficina vieron el video en el que se ve el acoso y se le comunicó que se le iniciaría un sumario interno.
El sábado Daniel Vila, presidente del Grupo América, había anticipado en diálogo con la revista Noticias: “No se va a tomar una resolución a la ligera. Dado que la denunciante presentó una carta, le pedimos a él que también presente un descargo por escrito y una vez que lo haga se tomará una determinación”.
Paluch mantuvo el silencio todo el fin de semana. Esta mañana hizo un descargo en su programa de radio: “Es impresionante cómo a partir de un episodio involuntario, accidental e indeseado por el que ya pedí disculpas estoy atravesando esta situación que Dios sabrá por qué tengo que enfrentar pero que lo que se está diciendo no se ajusta a la realidad”, dijo.
Su justificación rozó el infantilismo: dijo que quiso hacer un “give me five” y le “erró”. Hoy el diario Clarín le puso amarillo en el clásico semáforo de la página 2: una pifiada la tiene cualquiera. Pero las denuncias en su contra tienen más de una década en las voces-pasillo de los medios. ¿Habrá luz roja por fin para el acoso sexual laboral?
Carolina Rosales Zeiger – @caroerrezeta para Nota Periodismo Popular