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Este año, la provincia más pequeña -y densamente poblada- del país, cuenta con más de veinte bandas, una Diplomatura y tres festivales vinculados al jazz. Desde La Nota te contamos sobre los orígenes de esta tradición musical, cuáles fueron sus referentes y cómo hizo escala en Tucumán para arraigarse a sus tradiciones musicales, entre cuyos impulsores se encuentra el guitarrista, Leo Vera.
El próximo fin de semana, Tafí Viejo se prepara para dar comienzo a la primera edición del Festival Provincial de Jazz, ubicándose como el tercer festival en materia de jazz en la provincia. Esta vasta presencia de eventos aventurados en el jazz, revelan, por un lado, una prolífera producción musical local y, por otro, un creciente público de adeptos y adeptas a sus pegadizas melodías, armonías y ritmos.
Louis Armstrong, Miles david, Charly Parker, John Coltrane, Ella Fitzgerald, Billie Holiday, Duke Ellington y Count Basie, son algunas y algunos de los primeros referentes del jazz que, desde Estados Unidos, empaparon diversas culturas musicales a lo largo y ancho del mundo. En este sentido, con varias décadas de viaje, la provincia más pequeña y densamente poblada de Argentina, no estaría exenta de ello, entre cuyos referentes se encuentran, actualmente, el guitarrista Leo Vera, el bajista Rony López, la flautista Carla Guzmán y el percusionista y baterista Javier Podazza entre otros.
“Pese a su tamaño, Tucumán tiene -históricamente- un movimiento cultural muy fuerte y creo que se trata de uno de los motivos que encausó el recorrido que hizo, hasta ahora, el jazz en la provincia”, reflexionó el reconocido bajista de la banda Pata I Chancho, Rony López. “Contar con más de veinte bandas, da cuenta de mucha gente alrededor de un estilo que, actualmente, es considerado no popular y elitista; nada más errado que ello”, agregó.
“En este sentido, la escena tucumana creció muchísimo en los últimos 10 años. Las redes sociales (sobre todo YouTube), los medios de comunicación en Internet, y el fácil acceso a la música en general, hicieron lo suyo para que el jazz crezca en la provincia, pero hay otro factor influyente, y se trata de la constancia con que las bandas locales empezaron a tocar en vivo. Además, Tucumán arroja músicos sin parar, tanto a la escena local como nacional y extranjera, porque muchos músicos notables se fueron”, agregó López.
Jazz y jazzear
De acuerdo a Rony López, este género puede abordarse desde dos perspectivas posibles. Por un lado, la palabra en sí misma hace referencia a un estilo específico de música que surge en Nueva Orleans (Estados Unidos) a partir de la cultura negra asociada a la improvisación, pero con cierto ritmo, estética e instrumentación. En cambio, la otra perspectiva apunta una interpretación más amplia, donde el jazz -como acción-, abarca a toda la música que asienta su esquema de realización en la improvisación, sin importar el ritmo. “Si empiezo a improvisar a partir de una chacarera, eso es jazz”, explicó López, en diálogo para La Nota.
Un estilo musical
Los orígenes del jazz, como género consolidado, son un tanto confusos, debido a la diversidad de fechas y contradicciones manifiestas entre varios autores y autoras. Quizás, porque se trata de un movimiento musical popular que “(…)sentó sus bases en el arrabal y lejos del academicismo y de los dominios hegemónicos de la música”, señala el escritor y sociólogo español José Bermejo.
“Del mismo modo que existen distintas hipótesis sobre sus orígenes, también se desconoce la procedencia y etimología del nombre. Algunas personas se lo adjudican a uno de sus primeros intérpretes, Jasbo Brown, músico de Blues del Chicago de 1910, conocido como ‘Jas'”, agregó Bermejo. “‘Jas’ era animado por la clientela del bar donde trabajaba para que hiciera música por largas e interminables sesiones, con sus trémolos, sordinas y trinos”, señaló”
Lo que sí parece claro es que las raíces del jazz se remiten a una mezcla de componentes culturales y sociales, que amalgaman una tradición rítmica y melódica propia de la cultura negra, pero con instrumentos de dominio moderno en Europa, como los de cuerda y viento, propios de los académicos de la música.
“Quizá, la historia del jazz se inicie siglos antes de que se tuviera conciencia o noción de sí misma. Si tenemos en cuenta que el jazz es una consecuencia musical del encuentro de la tradición africana y la europea, pero en un tercer escenario: Estados Unidos, podríamos señalar que el jazz se inicia, como primer y lejanísmo germen, cuando llegan a Estados Unidos los primeros esclavos negros, es decir, a comienzos del siglo XVII”, arriesga Bermejo.
“Luego se les impuso la religión cristiana, la cual convergió en los inicios del Gospell; canciones profanas que se entremezclaban con la música religiosa, originando canciones sobre sus vidas indignas en las plantaciones del Sur. De ese caldo de cultivo nacería otro antecedente del jazz, el Blues”, continuó el sociólogo.
Actualmente, el reconocido rapero estaunidense, Kanye West, asienta las bases de sus últimas producciones en el Gospell, y oficia encuentros semanales -generalmente los domingos- con miles de personas para cantar, rezar juntos, revalorizar la cultura negra y reflexionar sobre los violentos atropellos, y anulación de Derechos Humanos básicos, que sufrieron de parte de la hegemonía blanca, hasta mediados de los sesenta.
“Finalmente, el Ragtime, un estilo que surge en 1870, fundamentado en el piano y cuyo origen se remonta a las danzas que los esclavos negros practicaban parodiando a sus ‘amos’, sería la última confluencia estilística en la que se apoyaría el jazz. En el periodo que comprendió la Primera Guerra Mundial (1914-1918) el jazz ya estaba presente en los barrios negros de los Estados Unidos. Se estima que el primer músico que se especializó en la composición de piezas jazzísticas fue Jerry Roll Morton“, agregó Bermejo en su ensayo.
Una leyenda llamada Quincy Jones
La historia del músico, compositor, arreglista y productor, Quincy Jones, no sólo asienta las bases de un hito del jazz, sino también como cimiento fundamental de la música y la cultura afroamericana de los últimos 60 años. Su ámbito de interés musical es amplio y abarca, fuertemente, el R&B y el jazz (swing y bop). Jones comenzó su carrera como trompetista para luego ser arreglista y compositor de jazz y música clásica, colaborando con nombres que van desde Dizzy Gillespie hasta Ray Charles y Frank Sinatra.
“Un día de 1964 sonó el teléfono”, recordó Jones en su documental ‘Quincy’. “Soy Frank Sinatra, me gusta lo que Count Basie y tú hicieron. Quiero que compongas y arregles mi próximo disco”, señaló el cantante.
En ese momento, los negros aún tenían denegado el acceso a la mayoría de los espacios de consumo masivo en Norteamércia, pero Frank Sinatra trascendió a ello; vio el virtuosismo de Jones y otros negros en la música y se convirtió en uno de los impulsores en acabar con la segregación racial en Las Vegas y obligó a sus productores a que les abrieran las puertas de los casinos, bares y hoteles del condado, de lo contrario, renunciaría.
Los setenta y el Jazz Fusión
Los jazzeros de la década del setenta tuvieron a disposición, básicamente, todos los elementos de la música moderna y actual: el Jazz tradicional (Dixie, Swing, Bebop, HardBop, Cool, Modal), el Funky, el Blues, el Soul, el Rock, el Free Jazz, la música de concierto europea y gran parte de las músicas del mundo que siguen en constante transformación.
Bermejo, por otro lado, sostiene que cualquier estilo de Jazz moderno, a partir de los setenta, es una especie de fusión. “Cada artista o grupo hace su propia ‘receta’ con algunos de estos ingredientes”, opinó.
Excluidos quedan aquí, obviamente, los músicos dedicados a la re-interpretación de estilos antiguos consolidados como tales, dentro del mainstream del jazz. Pero, artistas como Miles Davis consiguieron incluirse en una re-interpretación del jazz a partir de nuevas fusiones con, por ejemplo, su discoBitches Brew, publicado en 1970.
Aunque existe una definición amplia del término Jazz Fusión, algunos autores lo asocian al sonido particular del Jazz Rock. Pero al respecto, el baterista Shelly Manne dijo una vez: “Si el Jazz toma del rock, sólo toma de si mismo”.
Jazz en Tucumán
Si alguien puede ser considerado, incluso por sus propios colegas, como pionero, gestor y referente del jazz en nuestra provincia, es el guitarrista Leo Vera. “La música me acompaña desde chico, pero después de muchas y diversas incursiones musicales, tomé clases con Hugo Ginés y, paralelamente, vi en el jazz una verdadera vocación musical”, comenzó Vera en diálogo para La Nota. “También empecé a escuchar a grandes músicos como Miles David, quien fue determinante para mí, sobre todo a partir de su álbum Kind of blues“.
“En aquel entonces no había mucho en Internet. Tomé clases con mi querido Ricardo Eckers y viajaba frecuentemente a Buenos Aires a tomar clases con Pilo Marrones, hasta que conocí a Guillermo Romero, que fue mi gran profesor de jazz. Luego, apareció Skype y pude tomar clases por videoconferencias con Jonathan Kreisberg, uno de mis guitarristas favoritos de Estados Unidos. Entonces, cuando ya estaba empapado del género, empecé a ir a las reuniones de Zapando con amigos y allí conocí a la emergente muchachada jazzera de Tucumán, y armé una banda con Nico Tula y con el bajista Pancho González, con quienes nos introducimos en el jazz”, recordó Vera.
Primeros antecedentes
“En ese momento la movida era muy pobre, habían pocas bandas en relación al presente. En el año 2014 vi que realizaron un festival de jazz en Santiago y ya había otro en Salta. Por su lado, Córdoba y Buenos Aires ya llevaban varios años de festivales también. En ese entonces tocábamos en Casa Managua y, lejos de ganar algo de dinero con ello, cada vez que tocábamos, perdíamos”, continuó.
“Ese mismo año me contacto con Leo Genovesse, quien iba al segundo festival de Santiago y de Salta, y me ofreció que abramos camino y activemos esta movida en Tucumán. Y así surgió, con la colaboración del Mocho Viruel que, en el Teatro San Martín, inauguramos el 1º Festival Independiente de Jazz en Tucumán. Recuerdo que fue un día martes y que asistieron más de 200 personas con una excelente repercusión. El público estaba realmente entusiasmado”, detalló.
Leo Vera explicó que esa experiencia despertó el interés de Dardo Solórzano, que era el Secretario de Cultura de la Municipalidad de Monteros, quien vinculó el festival con la Escuela de Arte Popular de esa localidad, que cuenta con más de 600 alumnos y alumnas. “Por esa razón le planteamos al director de la institución, que organicemos el festival allí, en 2015”, agregó.
“Vuelve Leo Genovesse y se suma Leo Villagra con su banda, y hacemos el festival en la plaza de Monteros. Asistieron más de 3000 personas, fue un éxito rotundo y tuvo una gran repercusión en el resto de la provincia. Esa noche, tocaron 20 bandas tucumanas de jazz y descubrimos que el género era muy fuerte en la provincia, pese a que las convocatorias de público eran muy pobres”, reflexionó Vera.
Ese festival marcó un antes y un después, un verdadero antecedente de los intereses del público tucumano, porque los músicos y músicas notaron cómo a partir de allí, la convocatoria fue creciendo sin parar, hasta el presente.
“Luego, en 2016, el Ente Cultural de Tucumán propuso el Festival Internacional Tucumán Jazz y, hasta la fecha, colaboro en su coordinación. Este festival también es una locura respecto a la convocatoria y a invitados e invitadas internacionales de lujo. Es una propuesta majestuosa, que en junio de este año arranca su cuarta edición. Por otro lado, el Festival de Jazz Independiente comenzará en noviembre con su quinta edición. Para el Tucumán Jazz de este año -que empieza en breve- tenemos reservado un haz bajo la manga… se van morir de la emoción cuando se enteren. Va a ser colosal”, anticipó.
Tafí Viejo Jazz
“Después de tres ediciones del festival independiente, organizándolo solo (porque la primera la organicé con Viruel), manejando entre 70 y 80 músicos, únicamente con el apoyo de diseño y programación de los chicos de Pocas Palabras, les propuse a los integrantes de Golden Jack, que son taficeños, que me colaboren en la gestión del festival pasado en su zona. Y desde la Sacretaría de Culturas les ofrecieron que armen un festival propio de Tafí Viejo, entonces, así nació el Festival Provincial de Jazz, entre la gestión de esta banda y el apoyo incondicional de Marcos Acevedo y su staff cultural” detalló.
Estos acontecimientos alrededor del jazz, no sólo se replican en un público cada vez más ávido del mismo, sino también en que los mismos músicos y músicas de otros estilos y géneros también se interesen por el jazz. Tal es así, que este año lanzaron la Diplomatura de Jazz y Música Popular, con modalidad online y a distancia, organizada por Leo Vera, Alejandro Demogli y Darío de Souza. La misma, ya cuenta con una sorprendente convocatoria de alumnos y alumnas de Salta, Santiago, Catamarca, Jujuy, San Juan y Tucumán. “Todos los docentes disertantes son de la Universidad de Berkeley”, indicó Vera.
Jazz con mirada tucumana
Leo Vera asegura que la música clásica y el jazz son dos estilos que tienen en común el academicismo y un cuerpo teórico transferible en distintos términos, como, por ejemplo, alrededor de la armonía. “Lo más interesante del asunto es que todo este marco teórico es aplicable a otros estilos musicales, y es lo que está pasando en Tucumán, alrededor de nuestro estilo calchaqueño y folclórico, enriqueciéndolo, transformádolo con otros colores”, reflexionó.
En el recorrido transitado hasta el momento, Leo Vera ha conocido y tocado con músicos destacados de la escena internacional, como el trompetista Juan Cruz Urquiza, conocido como uno de los mejores del mundo; con el guitarrista Ale Demogli, con el contrabajista Arturo Puertas y el saxofonista Ricardo Cavalli. “He tenido la suerte de que Phil Maturano me invite a tocar con su trío en el Virla. Para mí es increíble todo lo vivido hasta ahora”, destacó. “No me enriquezco económicamente con los festivales, pero sí musicalmente”.
Leo Vera & the Jazz Servimoters
En noviembre, la última banda de Vera, llamada Leo Vera & the Jazz Servimoters, integrada por Rony López en bajo, Javier Podazza en batería, Bruno Solito en trombón y Carlos Brovia en trompeta, grabaron un disco en vivo, durante el mes de noviembre, y será presentado en el 1º Festival Provincial de Jazz de Tafí Viejo, el próximo fin de semana.
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Tucumanos y tucumanas en el jazz
Cada vez son más los músicos y músicas que incursionan en el jazz. Sin embargo, son pocas las mujeres que conforman la escena local, cuya generalidad circula alrededor de la voz, como las cantantes Melina Imoff, Valentina López, Juli Villavicencio y Silvina Peñalba. En cambio, la escena instrumental del jazz es compuesta, casi íntegramente, por varones, con algunas excepciones como la flautista Carla Guzmán.
“La escena joven del jazz en la provincia se viene con toda, en este sentido creo que las bandas locales vienen haciendo un camino maravilloso, pero particularmente, admiro mucho los recorridos musicales de Leopoldo Deza, Leo Villagra, Manu Sija, Ángel Enrique Vera, pero, sobre todo, celebro el camino del grupo Pata I Chancho. Creo que todos ellos crearon un auténtico jazz latino, porque nutrieron, sagazmente, el jazz con ritmos nuestros, característicos del NOA y Cuyo, por ejemplo, a partir de cuecas y chacareras, pero desde la improvisación. Estas posibilidades creativas conforman el rasgo que más me interesa del jazz, porque otorga mucha libertad creativa, y soy rico por ello”, detalló.