Pasó un año desde que la sociedad tucumana se conmocionaba con la noticia de un nuevo femicidio. Un femicidio que además destapaba la ineficiencia del Poder Judicial tucumano para prevenir, sancionar y erradicar la violencia de género. Paola Tacacho había realizado más de 20 denuncias en diferentes ámbitos de la Justicia contra Mauricio Paradas Parejas, un ex alumno quien la hostigó durante cinco años.
Paola era docente de inglés. A sus 25 años realizó la primera denuncia, el 18 de noviembre de 2015. Allí consigue una orden de restricción de acercamiento que es violada el 1 de junio de 2016. Está fue la única herramienta que el Estado le brindó ante sus pedidos de auxilio. Esta causa pasa por un derrotero judicial hasta que el 5 de junio de 2017, un año después Paradas Parejas es sobreseído por el juez Francisco Pisa, quien hoy, gracias a la lucha de la familia Tacacho en conjunto con organizaciones feministas, enfrenta un juicio político y podría ser destituido.
La Justicia no leyó el peligro que corría Paola por falta de perspectiva de género. Pisa no realizó ninguna averiguación de antecedentes, y Parada Parejas contaba con registros penales por el mismo delitos en cuatro causas, tres de Paola y una de otra mujer a la que también había acosado.
El hostigamiento de Parada Parejas era macabro. La amenazaba de muerte, la perseguía por la calle, ingresaba a su edificio y escribía el nombre de Paola en las paredes. La esperaba a la salida del trabajo, a la salida del gimnasio, la hostigaba por redes sociales. Paola ya no usaba facebook, twitter ni instagram por el acoso que recibía.
Paola vuelve a denunciar en julio y septiembre de 2016, en junio de 2017 realiza dos denuncias en el mismo día. En marzo de 2018 realiza otra denuncia, que luego de diferentes instancias judiciales termina con la detención de Parada Parejas, quien es sometido a pericias psiquiátricas. El hombre tenía trastorno esquizoide de la personalidad. Su familia pagó una caución de apenas $50.000 y recuperó su libertad en menos de 10 días, el 13 de junio de ese año. Días antes de ser detenido había incumplido nuevamente la medida judicial de prohibición de acercamiento, y Paola había realizado nuevamente una denuncia.
Un mes después de recuperar su libertad, Paradas Pareja vuelve a hostigar a Paola, según consta en la denuncia número 11 que realiza la joven. En mayo de 2020, en plena pandemia, Paola realiza la última denuncia por amenazas de muerte, pero decide optar por la vía Civil y ver si encuentra respuestas. Luego de la primera audiencia de mediación, la causa se suspende por que mediaba violencia de género de acuerdo a las denuncias que ya había realizado Paola y por la incapacidad de Paradas Parejas.
Mauricio estaba a cargo de su hermana Ronald Paradas Parejas, quien es señalado como un empresario cercano al gobernador en uso de licencia Juan Manzur y del vicegobernador a cargo del Poder Ejecutivo, Osvaldo Jaldo, y habría sido este quien ejerció influencias sobre la Justicia para que las causas contra su hermano menor no avanzaran. Él estaba al tanto del suplicio que atravesaba Paola desde un primer momento, ya que fue ella quien se acercó a la familia para contar lo que estaba sucediendo.
Paola vive en la memoria y la lucha
Una familia devastada se apoyó en la organización feminista para encontrar respuestas, sancionar a los responsables y gritar fuerte: Ni Una Menos. Mariela Tacacho, la madre de Paola, vive en Salta, de donde era oriunda la joven que vino a estudiar a Tucumán, y recorre los 230 kilómetros que separan a las provincias mes a mes para hacerse presente en el reclamo de justicia que todas las organizaciones sociales, políticas, de derechos humanos, sindicales y gremiales abrazaron desde el primer día.
Del dolor insoportable por la pérdida de su hija, hoy se sostiene junto a otros familiares de víctimas que luchan contra la impunidad. La postal del abrazo con Amalia Ojeda, madre de Milagros Avellaneda y Benicio Coronel, al cumplirse 5 años de su desaparición, revive en la memoria a todas las víctimas de la violencia de género y de la impunidad estatal.
El sábado 30 de octubre se realizará una jornada de arte y lucha en su memoria. A la mañana se pintará un mural en sobre calle Marco Avellaneda y por la tarde se realizará una marcha con velas desde la casa donde vivía Paola, San Juan esq. Monteagudo, hasta Plaza Independencia, donde se culminará con un festival. También se inauguró una placa y un mural en la Facultad de Filosofía y Letras donde Paola obtuvo su título de profesora de inglés como un recordatorio de que “la violencia no es parte del paisaje”.
Además del juicio político al juez Pisa, el reclamo apunta a modificar las estructuras patriarcales que hoy sostienen al Poder Judicial, donde las víctimas no son escuchadas, y los victimarios protegidos.