Reclaman juicio efectivo contra Adrián Dante Suárez, responsable del choque de tránsito que se cobró las vidas de Natalia Ariñez, AlejandraWürschmidt y Marianella Triunfeti en 2016. Las paradojas de pensar un juicio que no se resuelve.
Ayer se cumplieron dos años de un choque que terminó con las vidas de Natalia Ariñez, Alejandra Würschmidt y Marianella Triunfetti y que a su vez hirió a Silvia Sandoval y Julia Albarracín. El hecho fue conmemorado y convocó una concentración frente a Tribunales (Avenida Sarmiento 431) de familiares, amigos, abogados querellantes y allegados de las víctimas y las dos sobrevivientes, para exigir que se fije fecha de juicio oral contra su mentor puesto que “razones no faltan; sobran”, dijo Carolina Frangoulis en diálogo para La Nota.
El 17 de diciembre de 2016 las cinco mujeres viajaban en un Reanult Clio desde Famaillá hasta San Miguel de Tucumán, luego de participar de una jornada por la memoria que se había realizado en la Escuelita de Famaillá. Saliendo de Famaillá, sobre la autopista que las dos ciudades, el auto conducido por Adrián Dante Suárez, un Fiat Siena, cruzó de carril e impactó contra el vehículo que trasladaba a las víctimas.
Suárez está en libertad, sin embargo “están todas las garantías dadas para que el procedimiento judicial se desarrolle con total normalidad”, dijo Carolina Frangoulis, integrante del movimiento Hijos e Hijas por la Identidad y la Justicia contra el Olvido y el Silencio (H.I.J.O.S.), al que pertenecían Natalia y Marinella, que acompañó el pedido.
En medio del reclamo de justicia de todas las personas presentes en la concentración de ayer, Frangoulis leyó las siguientes palabras:
“Natalia Ariñez, la “Nati” (con “I” latina como ella marcaba) o “la Negra” como también la llamaban quienes la conocían, hija de Jorge de la Cruz Agüero (desaparecido el 13/01/1976) y Silvia Sandoval.
Mamá de Lau y Santi, sus dos grandes amores; vivió la mayor parte de su vida en el barrio La Ciudadela hasta que en el año 2015 cumplió el sueño de la casa propia lo que la llevó a mudarse junto con sus hijos a Lomas de Tafi (sin abandonar nunca los colores del Santo de Ciudadé).
Miembro histórica de la Agrupación H.I.J.O.S. Tucumán, fue una gran impulsora de los juicios por delitos de lesa humanidad en la provincia, participante activa de la Mesa de Consenso de La Escuelita de Famaillá desde su inicio hace más de 10 años, dictó talleres y dio charlas en facultades, escuelas y colegios. Fue una de las referentes en Tucumán de la Red por el Derecho a la Identidad de Abuelas de Plaza de Mayo desde la Comisión HERMANOS de la agrupación H.I.J.O.S., integró el espacio del Diario del Juicio Tucumán, entre otras muchas actividades que armó, impulsó e integró desde la lucha por la Memoria, la Verdad y la Justicia.
Durante su trayecto como estudiante de arquitectura fundó e integró la agrupación El Andamio, se recibió en la UNT como arquitecta, aunque quienes la conocimos podemos dar fe de sus ganas de ejercer también en otras profesiones como el derecho, el periodismo, el diseño de modas y psicología.
Merecedora de todos los halagos, nunca fallaba en la elección de la combinación de los colores que usaba para vestirse, “Negra” de ojos hermosos y sonrisa contagiosa, siempre salía con aros y pintada de su casa porque decía que no hacerlo era como salir desnuda. Le gustaba la cerveza (porrón al hielo) y tenía una gran mano para la cocina (sus guisos de lenteja serán insuperables). Impuntual, rebelde, inteligente, dormilona, militante, expresiva, coherente, apasionada, mamá, amiga, hija, hermana y compañera de enorme corazón… Natalia era cientos de mujeres en una sola. Nunca aprendió a cantar bien pero estaba convencida que podía aprender a hacerlo mejor.
Meses antes del choque, el 24 de junio 2016, Natalia había declarado por la desaparición de su padre, Jorge de la Cruz Agüero, en el marco del juicio del Operativo Independencia”.
Alejandra Wurschmidt tenía 58 años. Trabajaba en la organización ANDHES y enseñaba en la comunidad de Amaicha del Valle desde el ámbito de las Ciencias Naturales con perspectiva de Derecho Indígena.
Marianella Triunfetti, “Nella” sus afectos, tenía 27 años y estudiaba Ciencias de la Comunicación de la UNT, era ayudante en una cátedra de su carrera, trabajaba como cronista en La Palta, comunicación popular y también pertenecía a la agrupación H.I.J.O.S. Tucumán.
La Justicia dictó la prisión preventiva de Suárez tras el hecho, pero fue puesto en libertad el último 28 de julio, al cumplirse el año y medio que se le había fijado. Juárez, de 39 años en aquel entonces, “Según la investigación judicial estaba alcoholizado, manejando con calzado inapropiado (ojotas) y con un notable exceso de velocidad”, dijo Frangoulis, agregando que “uno de los testigos que vio el accidente declaró que Juárez quiso evadir un control vial y por ello hizo la maniobra que terminó con la muerte de tres de las cinco mujeres que venían en el auto. Yo venía de otro auto desde Famaillá y llegué minutos después de accidente. Juárez no sólo quería irse del lugar sino que no asistió a las sobrevivientes y pretendía que la primera ambulancia los lleve a él, que padeció de un golpe en la rodilla. Natalia y Alejandra, murieron en el acto, por lo tanto Silvia, Marianela y Julia fueron derivadas al Hospital Padilla y lamentablemente sólo Silvia y Julia sobrevivieron”, finalizó.
La fotografía destacada fue tomada de El tucumano