En el Día Internacional de la Mujer Trabajadora hablamos con dos trabajadoras de la cooperativa Tropa Circa, Milagro Mariona y Sol Osorio, y con Sofía Imeroni de Coomunicar sobre los derechos para las trabajadoras cooperativas y la irrupción del feminismo en nuestros espacios de trabajo.
Tropa Circa es una cooperativa de Artes Gráficas y Comunicación que se constituyó en San Miguel de Tucumán hace 9 años. Actualmente tiene seis integrantes, entre ellas cinco mujeres y lesbianas.
Sol Osorio es oriunda de Buenos Aires y estudió Profesorado de Comunicación. Actualmente trabaja en el taller digital y en el proceso de acabado de la imprenta ubicada en San Martín al 1066. Mientras acomoda talonarios nos cuenta sobre el recorrido de la Tropa y la importancia del 8 de marzo para las trabajadoras.
“Los derechos que nos queda conquistar son los de incorporar mayores espacios de cuidado, en cuanto a la salud personal o personas que tenemos a cargo. Tenemos compañeras maternando hoy en día en la cooperativa y es nuestra responsabilidad acompañarlas”, señala Sol.
Tropa es una cooperativa joven que pretende ser un modelo para otras, tanto en lo productivo como en el trato humano y la construcción política. Desde el espacio se han acompañado situaciones de acoso, abuso, de aborto y maternidades. Las charlas en los almuerzos, los debates en asamblea y las conversaciones cotidianas están atravesadas por las vivencias personales para poder abordarlas colectivamente.
La irrupción del feminismo en la agenda pública llegó hasta los talleres de Tropa. “Hablamos abiertamente y problematizamos sobre la división del trabajo, las tareas de cuidado, el mantenimiento de las máquinas, de los baños y los espacios comunes. Buscamos distribuir equitativamente las tareas. Entonces no solamente fueron discusiones hacia los varones, sino mucha discusión hacia nosotras”, detalla.
Si bien Tropa Circa comenzó como una imprenta, en 2017 el grupo de trabajadores que lo integran decidieron abrir un nuevo productivo con una nueva perspectiva política, el diario La Nota Tucumán: un portal web con perspectiva de derechos y género que aborda temas locales con una profundidad muy poco explorada en el ecosistema de medios de la provincia.
La Nota tiene una como editora a Milagro Mariona, tucumana, lesbiana y feminista. La web logró posicionarse como un medio de referencia. En 2020 recibió un grant de Google, una asesoría de Sembra Media y actualmente es parte del programa Amuna, financiado por Facebook.
“Es muy importante que la cooperativa haya decidido apostar por generar una alternativa a los medios de comunicación y que sean principalmente mujeres quienes dirigen el medio, porque la mayoría de los puestos de decisión en los medios de comunicación están ocupados por hombres. Y además es un gran desafío construir las relaciones desde el cooperativismo, estamos convencides que las relaciones tienen que ser horizontales e igualitarias. Son aprendizajes del cooperativismo y el feminismo”, sostiene Mariona.
“Tropa durante la pandemia desarrolló el servicio de páginas y servidores web gracias a que Mauro, uno de los compañeros, es programador. También tenemos el servicio community manager, ofrecemos servicios editoriales y asesoramiento para producción de contenido”, detalla Sol.
En el momento que se presentaba la crisis por la pandemia de coronavirus, Tropa Circa no dudó en reinventarse y apostar al campo digital sin abandonar lo analógico.
El machismo en el rubro gráfico
La gráfica, como muchos sectores productivos en nuestro país que involucran maquinarias, se encuentra dominado por varones, en especial lo ligado al manejo de máquinas offset, troqueladoras y guillotinas. En las terminaciones, encuadernados y taller manual hay más mujeres involucradas.
En este punto, la cooperativa tucumana también es vanguardia ya que cuenta con una de las pocas maquinistas offset del país: Erika Mleziva. Una estudiante de luthería de 25 años que aprendió el oficio desde cero y se incorporó rápidamente al rubro.
“En general las mujeres hacen atención al público en las gráficas o taller manual. Pero ahora tenemos la suerte de tener una compañera lesbiana feminista y maquinista offset que se ha formado en un ámbito de varones y eso es un valor en sí mismo”, cuenta orgullosa Sol.
Siendo mujeres y lesbianas en un ámbito dominado por varones el mansplaning es moneda corriente. “A veces es insoportable y hay mucha subestimación. No creo que sea particular del rubro. Son los varones que dan por sentado que vamos a entender aunque ya llevamos años trabajando en esto”, explica.
Cooperativismo y feminismo
El cooperativo viene a proponer otras formas de organización del trabajo, no hay patrones pero sí referentes en cada área de trabajo, valores legales de responsabilidad, democracia, igualdad, equidad y solidaridad. Como el feminismo, el cooperativismo promueve tratos igualitarios y remover inequidades socialmente establecidas por el sistema capitalista y patriarcal.
“Sin dudas el modelo cooperativo permite el empoderamiento económico social y político de las mujeres y disidencias. Nuestros valores son con perspectiva de género y favorecen la emancipación y el fortalecimiento de las mujeres y disidencias con trabajo digno estable inclusivo”, apunta Sofía Imeroni parte de la cooperativa Coomunicar y de Federación de Cooperativas de Trabajo de la República Argentina (Fecootra) a este medio.
A su vez, la referente afirma que el cooperativismo no escapa a las violencias patriarcales, capitalistas y las desigualdades por motivos de género, orientación sexual o de identidad. “Nos atraviesan día a día nuestras cooperativas aún cuando promovemos una economía social solidaria. Por ejemplo, el derecho que nos falta es garantizar la seguridad social para cooperativas de trabajo en clave de géneros”.
“El feminismo y el cooperativismo van de la mano porque luchan contra el individualismo. Las compañeras de Instituto Universitario de la Cooperación usan una frase que dice: ́Somos cooperativistas dentro del movimiento de mujeres y disidencias y somos feministas dentro del movimiento cooperativo ́. Eso lo explica todo ”, continúa.
Desde Fecootra vienen desarrollando un proyecto para la equidad de géneros en el cooperativismo. Son 156 las cooperativas de trabajo que están distribuidas en todo el territorio nacional y que se dedican a diversos rubros de producción y de servicios. Desde el 2019 y en convenio con el INAES, Fecootra realiza un proyecto para la equidad de géneros en el cooperativismo.
“Trabajamos de manera simultánea e integral en tres ejes. Uno de estos ejes tiene que ver con la investigación participativa donde el Observatorio de Violencia de Género en el Cooperativismo que funciona en Fecootra genere información válida y fiable acerca de las distinta formas que asumen las violencias de género, es decir, a través de la propia palabra de las compañeras y las compañeras cooperativistas se releva esta información y se procede a los otros dos ejes: la capacitación y encuentros para trabajar los géneros las diversidades las violencias patriarcales y la realización y difusión de campañas institucionales de sensibilización sobre la temática”, explica Imeroni.
Por último, la referente de Fecootra manifiesta “el 8 de marzo es un día de lucha para las mujeres y disidencias del movimiento cooperativo porque el cooperativismo no es solo una forma de organizar una actividad económica, sino que es además, una forma de vida solidaria una concepción del mundo y sobre todo una herramienta para la transformación social hacia el buen vivir”.