El 31 de diciembre partió una expedición conformada por 79 mujeres científicas. La misión está encabezada por la costarricense Christiana Figueres, y partió desde Ushuaia a la Antártida con el objetivo de visibilizar a las mujeres en la ciencia.
La expedición es la culminación de la tercera edición del programa australiano “Homeward Bound” (“De vuelta a casa“). El recorrido se extenderá hasta el 19 de enero.
El objetivo de este grupo de científicas es “trabajar juntas en proyectos de diversos ámbitos y con impacto en diferentes comunidades, dando así visibilidad a las mujeres en la ciencia”, explicaron a través de un comunicado de prensa.
Además, quieren crear una red internacional de 1.000 mujeres interesadas en la lucha contra el cambio climático en un plazo de diez años, para que trabajen juntas en proyectos de diversos campos.
Las integrantes de la misión proceden de 35 nacionalidades diferentes. Se encontraron la ciudad de Ushuaia, punto de partida de la expedición, y dieron la bienvenida al 2019, cruzando el Estrecho de Drake.
“Es un placer para mi poder participar en esta expedición que aúna dos de mis grandes pasiones, las energías renovables y el liderazgo de las mujeres”, explicó Christiana Figueres.
Según Figueres, “estas dos pasiones tienen el denominador común del uso de unos recursos hasta ahora inutilizados o desperdiciados. Nos hemos limitado al uso de recursos finitos, pero ya estamos apoyando el uso de recursos renovables. Lo mismo puede decirse del liderazgo de las mujeres”, afirmó.
“Homeward Bound es una iniciativa global para mujeres del campo de STEMM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería, Matemáticas y Medicina) con miras a aumentar su visibilidad como líderes en el mundo”, explicó Fabian Dattner, fundadora de la iniciativa, en la localidad argentina de Ushuaia, en Tierra del Fuego (sur), antes de partir.
“Trabajamos con el principio de que en este momento, no dentro de diez años, sino ahora, necesitamos más mujeres liderando”, agregó Dattner, experta en desarrollo de liderazgo y transformación estratégica.
Dattner detalló que la idea de ir a la Antártida, uno de los territorios más vulnerables al cambio climático, es visibilizar también los problemas ambientales para proponer soluciones.
“La Antártida es como esa parte de tu refrigerador dañado donde nunca miras y ahí está el problema”, sostuvo al subrayar el interés común en el tema de las participantes de la expedición.
“Para mí esta es una oportunidad única, sobre todo como una de las dos argentinas que estamos participando en este programa”, afirmó a Efe la experta en planificación urbana y consultora del Banco Mundial Anabella Palacios.
La meta es contribuir para “poder lograr una red de colaboración para que podamos programar políticas publicas y programas que sean sustentables para la ciudad en la que vivimos”, puntualizó la cordobesa.
Fuente: EFE