Este viernes se conocieron los fundamentos de la sentencia contra José Alperovich, condenado en primera instancia por abuso y violencia sexual hacia su sobrina y ex empleada. Esto sienta un precedente fundamental por parte de la Justicia respecto a la violencia de género en el ámbito del poder político empresarial argentino.
5 Claves Principales sobre la Conclusión del Juez:
- Certeza en la condena: El juez concluyó que existían pruebas suficientes y corroboradas que validaron los testimonios de la víctima, asegurando una sentencia condenatoria.
- Perspectiva de género: La decisión subrayó la importancia de aplicar una perspectiva de género, considerando el desequilibrio de poder y la situación de vulnerabilidad de la víctima.
- Impacto en la víctima: El juez destacó la necesidad de proteger a la víctima de la revictimización y de garantizar que el proceso judicial contribuya a su recuperación, evitando cualquier acción que pudiera generar más daño.
- Riesgo de fuga: La sentencia menciona que, dado el peso de la condena y la naturaleza de los delitos, existe un riesgo real de fuga por parte del condenado.
- Rechazo de pruebas de la defensa: El juez consideró que las pruebas y testimonios presentados por la defensa eran insuficientes, en algunos casos sesgados, y no lograron desacreditar los cargos ni demostrar la inocencia de Alperovich.
En un documento de más de 380 páginas, el juez Juan María Ramos Padilla, argumentó la sentencia de prisión por 16 años, descartando toda la teoría de la “conspiración política”, que sostiene la familia y la defensa del ex gobernador tucumano.
“Los dichos de la denunciante fueron consistentes y verosímiles a lo largo de todo el proceso, coincidiendo con las pruebas periciales y otros testimonios, lo que refuerza la credibilidad de su relato sobre los hechos denunciados“, remarcó Ramos Padilla, presidente del Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional N° 29 de la Ciudad de Buenos Aires, que dictó la sentencia que mantiene preso a Alperovich desde hace dos meses en el penal de Ezeiza.
En los fundamentos, se sostiene que los delitos por los que Alperovich fue encontrado culpable son “el delito de abuso sexual cometido en tres oportunidades […] y otros seis sucesos de violencia sexual, de forma agravada por haber sido con acceso carnal por vía vaginal, anal y oral al haber introducido partes de su cuerpo […] en calidad de autor.”
El tribunal porteño valoró pruebas tanto directas como indiciarias, concluyendo que los testimonios de la víctima, corroborados por pericias físicas y psicológicas, son creíbles y suficientes para condenar al acusado.
Después de más de 80 testigos y casi 5 meses de juicio oral, con todo lo expuesto por las partes, se rechazó por completo el supuesto complot político del que habló Alperovich para defenderse. “Se ha desestimado la teoría de la defensa que aducía una conspiración política en su contra, al no encontrarse evidencia alguna que sustente dicha hipótesis y quedar demostrado que los hechos se ajustan a un contexto de violencia de género y abuso sexual”, señalan los fundamentos del juez en esta condena.
Se destacó en la resolución de Ramos Padilla la importancia de la perspectiva de género en la valoración de las pruebas y se consideraron las circunstancias que podrían impactar negativamente en la víctima, incluyendo la necesidad de prevenir la revictimización.
Además, se señala la existencia de peligro de fuga, lo cual responde a los pedidos de la defensa de revertir la prisión preventiva de Alperovich. “La gravedad de los hechos atribuidos y la pena impuesta a Alperovich, junto con sus recursos económicos y contactos, constituyen un riesgo concreto de fuga que justifica la adopción de medidas restrictivas de su libertad.”
La condena de José Alperovich destaca la importancia de incorporar una perspectiva de género en la justicia, especialmente en casos de abuso sexual y de poder. Este fallo no solo refleja la gravedad de los delitos, sino que también remarca la importancia de creer en las víctimas, especialmente en estos casos donde se cuestiona la naturalización del poder machista en la política.
Este juicio histórico, junto con su resolución, resalta la necesidad de repensar el ejercicio del poder, evidenciando que la violencia de género está profundamente arraigada en las estructuras políticas. La sentencia es un punto de inflexión para Tucumán, con el potencial de transformar la manera en que se abordan y se entienden los abusos de poder en el ámbito político.