El cura abusó sexualmente de alumnos del Seminario Menor de Paraná. La cúpula de la Iglesia intentó mantener el caso en secreto. Fue condenado por la justicia penal a 25 años de prisión .
El cura Justo Ilarraz fue condenado este mediodía a 25 años de prisión por la justicia entrerriana por el abuso sexual de chicos de entre 10 y 14 años entre 1985 y 1993, mientras se desempeñaba como preceptor en el Seminario Arquidiocesano Nuestra Señora del Cenáculo de Paraná. Es el segundo sacerdote de la Iglesia Católica preso en Entre Ríos por abusos sexuales.
“Hemos dejado que la Justicia pueda decir lo suyo y en función de lo que todo lo que se ha mostrado (en el tribunal), se hizo justicia y ya no hay nada más qué decir”, afirmó el ex seminarista Fabián Schunk.
Las denuncias se conocieron en 2012, por un informe de la Revista Análisis de Paraná que luego devino en una investigación promovida de oficio por el procurador general Jorge García y luego ratificada por siete víctimas que prestaron declaración en sede judicial.
El debate oral comenzó el 16 de abril de este año y se extendió por casi cuatro semanas. Los jueces Alicia Vivian, Carolina Castagno y Gustavo Pimentel escucharon a más de 70 testigos, entre ellos las siete víctimas denunciantes y los prelados de la Iglesia Católica. Karlic, Puiggari y al obispo de Concepción, Tucumán, José María Rossi declararon por escrito
Ilarraz había asumido como prefecto de disciplina del Seminario Menor de Paraná en 1985. Estaba a cargo de unos cien niños que en, su mayoría, rondaban los 12 años. El cura en ese entonces tenía 30 años, conocía los orígenes de todos los chicos y cómo eran sus familias. La mayoría provenía de pequeñas comunidades rurales cercanas a Paraná.
En 1993, una de las víctimas comenzó a relatar a sacerdotes lo que le había pasado y dos años después, la Iglesia ordenó una “investigación cautelosa” sobre los hechos. Los resultados de la investigación fueron sigilosamente ocultados, pero en diciembre de 1996 Ilarraz fue sancionado: se le prohibió “venir y permanecer en el territorio de la Arquidiócesis de Paraná, así como tener comunicación de cualquier tipo con los seminaristas”.
Se trata del segundo juicio en Entre Ríos contra un integrante de la Iglesia Católica, tras la condena a 25 años de prisión efectiva, también por abusos, al cura Juan Diego Escobar Gaviria en septiembre de 2017.