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El 15° Foro Internacional de AWID (Asociación para los Derechos de las Mujeres y el Desarrollo) se llevó a cabo del 2 al 5 de diciembre en Bangkok, Tailandia. Más de 3000 activistas feministas de todo el mundo se reunieron para compartir experiencias, tejer redes y delinear estrategias de transformación colectiva. El evento, que congrega diversas voces y luchas, se consolidó una vez más como un espacio clave para el movimiento feminista global. Se trata de un espacio que se realiza cada tres años, se suspendió durante la pandemia y logró concretarse este 2024.
Un viaje que trasciende distancias
Para todas las personas participantes, el viaje implicó un desafío. En nuestro caso, significó un periplo que comenzó en Tucumán y nos llevó a atravesar medio mundo: Buenos Aires, Roma, Bangkok, y un total de 22.198 kilómetros recorridos en casi tres días de viaje. Pero más allá de la distancia geográfica, este viaje implicó un salto hacia nuevas perspectivas, donde las historias de resistencia y lucha feminista de otros territorios enriquecieron nuestras miradas y nuestros compromisos.
Un encuentro cargado de significado
El lema del foro, “Rising Together”, traducido como “Levantándonos juntes”, capturó el espíritu del evento. En un mundo atravesado por múltiples crisis —climáticas, económicas, políticas, sociales—, este encuentro se sintió como un oasis. Fue un espacio para recargar energías, conectar con otrxs activistas y proyectar un futuro donde la libertad, la justicia y la dignidad sean derechos universales.
Uno de los ejes centrales fue la autonomía de los territorios, un concepto revisitado desde una perspectiva feminista. Historias de resistencia se escucharon desde Palestina, Siria, Sudán, el Líbano, Irán, Afganistán y Myanmar. También se abordaron las luchas anticolonialistas en Kanaky, las islas del Pacífico y la región SWANA (Suroeste Asiático y Norte de África). Latinoamérica no quedó fuera: las experiencias en defensa de la justicia ambiental frente al extractivismo y el racismo marcaron un punto de conexión global.
Feminismos en contextos de guerra
Un interrogante atravesó varios paneles y discusiones: ¿Cuál es el lugar de los feminismos en contextos de guerra? Las respuestas se debatieron en talleres, mesas paneles y plenarias, donde se escucharon las voces de activistas que tienen diversos roles en sus territorios. Escuchar las estrategias de resistencia de mujeres y disidencias en territorios ocupados o en guerra resultó conmovedor y profundamente inspirador. La solidaridad del feminismo global fue el pedido de acción concreta, necesaria y urgente.
“El genocidio es una meta del colonialismo, no de la derecha. La aniquilación es tal que acaba con cualquier posibilidad de poder ser”, manifestó Fidaa Zaanin, activista palestina en uno de los paneles.
Rumet Bako y Zinab Mohammad, del movimiento de mujeres del arte y la cultura Hilala Zêrin, no pudieron asistir porque el Estado Sirio no les permitió salir del país. Son perseguidas políticas por su compromiso para contar a través del arte y la cultura, la resistencia al colonialismo. Tampoco pudieron regresar a su territorio porque nuevamente su comunidad fue desplazada. Una carta fue leída en el foro y dice lo siguiente: “Habíamos preparado las maletas para un viaje a Bangkok. Estas maletas son lo que nos queda ahora. Maletas llenas de nuevas historias de huida y desplazamiento, pero también de arte y resistencia”.
Coaliciones globales para garantizar derechos
Durante el encuentro se visibilizaron y presentaron diversas coaliciones globales o regionales que buscan dar respuestas organizadas y estratégicas. Entre ellas, se presentó el Observatorio sobre la universalidad de los Derechos (OURs).
“Los actores anti-derechos son grupos fundamentalistas y fascistas (estatales o no estatales) que están ganando cada vez más poder narrativo, político y cultural en los espacios de gobernanza política. También están ganando mayor acceso a recursos en todas las regiones del mundo y dentro del sistema de derechos humanos. Los actores fascistas y fundamentalistas, aunque nacionalistas en su discurso, son enteramente transnacionales en sus fundamentos ideológicos, alianzas políticas y redes de financiamiento. A menudo respaldados por financiamiento poco transparente, estos actores construyen alianzas tácticas que abarcan temas, regiones y creencias para ampliar su impacto. Obtienen legitimidad al desplegar argumentos culturales, religiosos y nacionalistas”. Este es el diagnóstico desde el cual parten para monitorear y analizar el contexto actual, en la búsqueda de fortalecer las organizaciones feministas e incidir en el sistema de derechos humanos.
Haciendo espacio para todas las voces
Otro eje destacado fue la participación de personas con discapacidad en el movimiento feminista. Se estima que una de cada 5 mujeres en el mundo, vive con una discapacidad, según datos de la Organización Mundial de la Salud. Sus voces son esenciales, especialmente en la construcción de estrategias de resistencia frente a la crisis climática y los conflictos bélicos. Las personas con discapacidad destacaron que sin incluir sus agendas no existe la verdadera interseccionalidad. “Un feminismo que no es accesible e inclusivo, es performance”, dijo en uno de los paneles de cierre Maryangel García Ramos.
El desafío de soñar juntxs
El foro dejó en claro que lxs activistas tenemos un mandato: sostener la esperanza y transmitir el deseo de transformar el mundo. Frente a las crueldades del capitalismo, el colonialismo y el patriarcado, el llamado fue claro: resistir, construir alianzas y no perder de vista el horizonte de un mundo más justo y digno.
Hoy en Argentina nos toca dar una gran batalla contra el gobierno de Javier Milei, alineado con fuerzas políticas de derecha que socavan la dignidad de los sectores vulnerados y postergados y criminalizan las expresiones de resistencia ante esta avanzada. El mundo no está ajeno a estos retrocesos y nos acompañan. Frente a este panorama, sostenemos, que no es una opción mantenernos al margen y que la responsabilidad y la salida deben ser colectivas y feministas.