Ahora que estamos juntas: voces tucumanas en el ENM

Hace 33 años que se realizan los Encuentros Nacionales de Mujeres, Lesbianas, Travestis y Trans. En Tucumán se realizó ya en dos oportunidades, una en 1993, bajo la gobernación de Palito Ortega y la otra en el año 2009, donde la provincia recibió cerca de 25.000 participantes.

Este año, la sede elegida fue Trelew, primera vez que se realizaba en Chubut y, además, fue el encuentro más austral de la historia. Viajar hasta aquellas latitudes significó todo un desafío para gran parte de las encuentreras que se preparan durante todo el año para poder garantizar la participación de mayor cantidad de compañeras.

Desde Tucumán fueron más de 30 horas de viaje. Dos colectivos organizados por la Casa de las Mujeres Norma Nasif y Rebeladas partieron el jueves por la noche, para atravesar el país al ritmo de la arenga feminista. Viajaron de Monteros, Alderetes, Capital, Yerba Buena, y de diferentes organizaciones como la COBA, Rebeladas, La Casa de la mujer. También, desde el Movimiento de Participación Estudiantil organizaron un colectivo donde viajaron más de 60 mujeres.

Ivanna tiene 25 años y forma parte de MPE y estudia Ciencias de la Comunicación en la Universidad Nacional de Tucumán. Desde julio que comenzaron a organizar el viaje. “Al principio pensamos si era viable o no, al ser un viaje tan largo y con un costo muchísimo mayor al del año pasado. Pero nos organizamos muy bien y hemos trabajado mucho para hacer finanzas, organización en la que también participaron otras chicas que no son del MPE. Hicimos un festival, una fiesta, vendimos comida, bebida y calcos. Así pudimos costear tanto viaje como hospedaje”.

Desde La Nota hablamos con algunas participantes del encuentro, en un año signado por la movilización feminista. ¿Qué las moviliza? ¿A qué taller asistieron? ¿Qué les deja el ENM? Fueron algunas de las preguntas que dispararon las reflexiones.

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Foto: Anita Pouchard Serra

“El Encuentro somos todas”

Paula tiene 22 años. El primer encuentro en el que participó fue en el de Tucumán, a los 13 años. “A asistí con mi mamá. Recuerdo de ese primer encuentro es haber visto a chicas que participaban del taller que eran de la iglesia, y que tenían 3 o 4 rosarios encima puestos, se ve como que esas cosas fueron las que me quedaron en la cabeza. Me gusta recordar que de chica pude participar de un encuentro, a pesar de lo pequeña que era, porque evidentemente es algo que me quedó guardado en algún lugar de la memoria, y que hoy puedo reconstruirlo, tomarlo y contarlo. Que niñas y jóvenes puedan participar y acompañar a sus mamas en esos espacios es fantástico, por que el encuentro somos todas”.

A diferencia de otros años, a muchas les toco viajar solas, sin sus grupos por las distancias y los costos. Así fue el caso de Flor Vallino, abogada de Andhes, y el de Valentina. Pero los Encuentros además son espacios de reencuentro entre las redes federales que se tejen a través del feminismo. “Viaje, sola pero obviamente estuve siempre, siempre, acompañada. Me sentí muy cómoda, contenida”, dijo Flor. “No viaje con ningún vínculo cercano, pero termine hermanadísima, y allá me encontré con las socorristas, donde milito”, contó Valentina.

Florencia tiene 27 años y estudia Arqueología en el Lillo. Es la tercera vez que partició. “Este año fui con mi hermanita. No iba a ir, pero mi hermana más chica me dijo que tenía ganas de ir y estaba buenísimo ir con ella”.

Lo personal es político

Los talleres son espacios democráticos. Cualquiera puede tomar la palabra, expresar sus opiniones, plantear preguntas, compartir experiencias. “Me pude abrir bastante, y eso que a mí me cuesta hablar en público, pero acá no me paso eso. me sentí demasiado cómoda y fue increíble”, contó Emilia que participó del taller Mujer y Sexualidad.

Entre los más de 70 talleres que se dan de manera simultánea, uno de los talleres más concurridos fue el número 4: Mujeres y relaciones de pareja. Diferentes tipos de relaciones.  Amor en todas sus formas. Amor libre. Relaciones sexoafectivas diversas. Poliamor.  Relaciones blancas. Igualdad.  Subordinación. Independencia.  Compañerismo.  Ética, acuerdos y cuidados.  Dependencia. Infidelidades.  Celos.  Crisis.  Amistades.  Despersonalización en la pareja. Mandatos sociales sobre los roles en la pareja. Amor romántico. Diferencias entre relaciones heterosexuales y lésbicas, fueron los puntos que marcaron el debate.

“Yo fui los dos días, pero no llegué al espacio de conclusiones”, contó Flor Vallino. “Había pensado también en otras opciones (mujer y poder judicial; mujer y DDHH, opciones como más cabeza) pero hablando/pensando con una amiga, me di cuenta que tenía montón de ganas de ir a este taller. Supongo que tiene mucho que ver el momento que estoy transitando en mí. Así que me permití elegir este espacio: lo disfruté un montón, lloré mientras escuchaba a compañeras compartiendo sus historias. La discusión abordó monogamia, mononorma, amor libre, relaciones abiertas. Mi reflexión personal me devolvió, sobre todo, a mis redes de amigas/compañeras: a repensarlas, reivindicarlas. Muchas adolescentes y changas súper jóvenes en mi taller, con procesos de deconstrucción que me parecieron bien copados”.

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Foto: Anita Pouchard Serra

“Esta vez he participado del taller Mujeres y relaciones de pareja. De cada encuentro una trae un cuestionamiento diferente, y esta vez el mío ha sido sobre el poliamor y relaciones abiertas, a lo que todavía no tengo respuestas así que me sigo formando en el tema”, contó Ivanna que participó del mismo taller.

Paula, de 22 años, también se sumó al taller nº 4. “Nos sorprendió la cantidad de mujeres que participaron de este tipo de taller por primera vez, se armaron como siete comisiones. Giró en torno a un montón de preguntas que hoy nos estamos haciendo sobre las relaciones, sobre el tipo de relaciones, sobre el amor, sobre las formas de amar, sobre que es la responsabilidad afectiva, hasta sobre nuestro propio cuerpo, nuestra propia sexualidad”.

“Mujeres y relaciones de pareja. Me queda de esta instancia la diversidad de opiniones, y de situaciones y de ejemplos,  y como a lo largo y ancho del país, hay un montón de mujeres de distintas edades, de distintas formas, de distintos tamaños que nos estamos pensando, re pensando y cuestionando incluso la forma  de relacionarnos con el otro y con la otra porque entendemos que ahí hay mucho del patriarcado, y que quizás hasta hoy nosotras no habíamos podido elegir qué tipo de relaciones queríamos tener, sino que nos habíamos comido, consciente o inconscientemente, ese cuento de Disney y del príncipe azul, que claramente ya no queremos seguir reproduciendo. Para mí fue una instancia muy importante, muy rica, y es de las cosas más zarpadas que pasan en el encuentro porque ahí hay una verdadera democratización de la palabra, hay una posibilidad de poder decir lo que una siente lo que a una le pasa sin miedo sin vergüenza”, compartió Paula. “Es la construcción colectiva de nuevas formas de pensarnos, de pensar a la sociedad, y de pensar al mundo. Para mis los talleres es una instancia que toda mujer debería tener la posibilidad de vivirla porque siempre enriquece, de la mano de que incomoda también”.

Geo Álvarez participó del taller Mujeres y ESI. “La temática me interesa bastante como futura docente y como facilitadora de educación No formal. Fue enriquecedor conocer las experiencias de otras docentes. Nos dimos cuenta que muchas lo tomamos como una militancia y aunque sea artesanalmente veníamos poniéndole el pecho a la aplicación efectiva de la ESI. También que esta bueno hacer redes con otras porque no estamos solas. Hice contacto con unas chicas de CABA del gremio docente de además que me dieron mucho material para trabajar”.

“Yo participe del taller de mujeres y corporalidades y políticas del cuerpo”, contó Candelaria. “Ese taller fue un cachetazo a la realidad horrible que vivimos aquí en Tucumán con respecto a la violencia que recibimos por llevar un pañuelo verde o por ser feminista, comparado con las demás provincias. Y también ver que todo eso se ve empeorado por la falta de ESI en nuestra provincia. Al vernos a mí y a mi compañera cuando hablamos y expresamos todo eso, las demás mujeres se solidarizaron y hasta nos mandaron un vídeo de apoyo cuando llegamos”.

Rochi fue al taller de Aborto, uno de los talleres más convocantes. “Me encontré con muchas adolescentes preguntando acerca del aborto, con ganas de informarse acerca del tema y también estaban las mujeres más experimentadas, que podían responderles las dudas a esas chicas, entre ellas había médicas y psicólogas sociales.”

Actividades

En el Encuentro se realizan muchísimas actividades en simultáneo. Entre ellas, las chicas tucumanas que participaron estuvieron en la radio abierta que hicieron compañeras trans, marcharon contra los transfemicidios, bailaron en la Festitorta y algunas estuvieron en “La plaza de Cristina” donde se denunció la persecución política y judicial, y donde también se pidió por la libertad de Milagro Sala que lleva más de 1000 días presa.

Una de las novedades de este año fue el Freestyle feminista. “El rap y el freestyle es un espacio de varones donde muchas veces tiene contenidos muy misógino y muy machista que está totalmente naturalizado, de la mano de estos nuevos desafíos de pensarnos desde el feminismo las pibas de la radio Malas Tripas lanzaron esta instancia y llenaron un anfiteatro que tuvo mucha fiesta y mucho contenido”, contó Florencia quien comenzó a involucrarse en el mundo del freestyle. “La música también puede ser un espacio para nosotras”.

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Foto: Anita Pouchard Serra

Marcha

El momento más esperado de cada Encuentro es la marcha. Generalmente son entre 40 y 50 cuadras en las cuales se recorre la ciudad, en donde los megáfonos se ponen al máximo, las banderas lucen sus mejores galas, las pelucas, el glitter, las bengalas, y el sudor feminista se multiplica para potenciar las voces de 50.000 mujeres, lsbianas y trans marchando. Durante el recorrido, muchas trelewenses salieron a la vereda, a los balcones, a los techos, a la puerta de las casas para agitar sus pañuelos verdes y sus carteles improvisados sobre cartón.

“A mí particularmente los preparativos antes de la marcha me hacen pensar en la guerra, pero no en el sentido militarista y eso sino en el ambiente envolvente que generan la música y el montaje, sacarse las remeras, el glitter, la complicidad en general, sentir que formas una masa que va a derribar el patriarcado”, expresó Florencia.

Para Candelaria la marcha fue increíble. “Jamás en mi vida había vivido algo como eso. Me emocionó en muchos momentos de la marcha, no solo por ver la cantidad de mujeres que éramos, sino también porque varias vecinas salieron de sus casas con los pañuelos y fue muy emocionante.  No veía las horas de llegar a mi casa para contarle todo a mi mamá. Nunca me había sentido así en mi vida. Nunca me sentí tan libre”.

La cantidad de policía fue desmedida, según los relatos de las participantes. Lamentablemente, fue la primera vez que un Encuentro terminó con detenidas, por lo que la comisión organizadora decidió suspender la tradicional peña de cierre por esta situación. Además, se denunciaron ataques con piedras a los micros que se retiraban de la ciudad, ataques a las escuelas donde dormían los contingentes de diferentes provincias, y una campaña mediática para demonizar el Encuentro.

El lunes, por ovación, se decidió que el próximo Encuentro, el número 34, será en la ciudad de La Plata.

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Foto: Anita Pouchard Serra

Conclusiones

“El Encuentro me dejó la certeza de que somos un montón las mujeres que estamos queriendo cambiar la sociedad y que estamos convencidas que el camino es hacerlo desde la lucha colectiva. Para mí el feminismo ha significado ruptura en muchos ámbitos de mí vida y hubo días (aún hay días) donde esa ruptura duele, sin embargo, el Encuentro me ha demostrado que no estoy sola, que nunca lo estuve, porque ahora me siento contenida y sé que cuando algo duela, cuando el machismo me haga creer que esto es en vano, puedo mirar al costado porque ahí me espera un abrazo sororo, para descargar un poco y seguir, hasta que todo caiga. Por eso me quedo con nosotras encontradas, en manada, con todas, mis amigas, mis hermanas, las que vienen atrás, las que caminaron un poco más adelante y las que aún estamos esperando de este lado. Porque como dice la canción (que me hizo llorar en la marcha) la lucha va a ser de todas o no va a ser”. Paula.

“Me traigo conmigo del encuentro las ganas de seguir militando por una sociedad más justa y feminista, me traigo cada testimonio de compañeras que no bajaron los brazos y se organizaron y también el abrazo de aquellas que no conocía, pero en la marcha éramos una sola.” Cronopie.

“Personalmente fue una experiencia muy buena y enriquecedora porque cada ENM lo es, pero la mayor gratificación la llevo de mis compañeras, que, sin la ayuda de todas en cada mínima cosa de la organización, nada hubiera sido posible. Porque entendemos que las luchas no se dan a nivel individual sino colectivamente”. Ivanna.

“Quede muy conmocionada con la cantidad de mujeres sobre todo nenas y adolescentes que participaron. En el taller de ESI me encontré con dos adolescentes de 12 y 13 años que hablaban con una soltura y convicción que yo recién alcancé a los 30. Es muy fuerte eso. Ver a abuelas con hijas y nietas participando juntas, las nenas de Trelew que cuando pasábamos nos saludaban y bailaban con nosotras. Realmente era mágico. Es difícil describir esas emociones, predomina, sobre todo, algo muy parecido al amor, pero es algo muy fuerte y muy trascendental. Se genera algo muy profundo en los encuentros y esa experiencia deja una huella en las mujeres que participamos”. Geo Álvarez.

“De este encuentro volví empoderada, sabiendo que nada nos va a poder derribar nunca más ni a nosotras ni a nuestra fuerza, que esta lucha continua y que sabemos que no estamos solas, somos millones de mujeres abrazadas fuertemente. Vamos a seguir encontrándonos en el amor la empatía y la sororidad”. Candelaria.

“Del encuentro me traje esa sensación de alegría por la movilización que genera el encuentro de mujeres, ganas de seguir apostando a ésta lucha desde el lugar que se pueda, participar el año que viene en el encuentro en La Plata, nos toca vivir un momento muy duro, pero siento eso, que no hay que bajar los brazos”. Rochi.

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