“No queremos transformarnos en una factoría de cerdos para China”

Activistas, periodistas y una red de abogados ambientalistas publicaron un documento y juntan firmas para frenar un acuerdo entre la Argentina y China para producir nueve millones de toneladas de carne porcina de alta calidad.

No queremos transformarnos en una factoría de cerdos para China, ni en una fábrica de nuevas pandemias”, es el título del documento que en pocas horas recolectó miles de firmas.

Se trata de una iniciativa lanzada por activistas, periodistas y una red de abogados ambientalistas que buscan frenar un acuerdo entre la Argentina y China para producir nueve millones de toneladas de carne porcina de alta calidad, lo que implicaría pasar de producir 6/7 millones de cerdos por año a 100 millones.

La periodista Soledad Barruti, autora de los libros “MalComidos” y “MalaLeche”, que desde hace años pone a la agroindustria nacional bajo la lupa, es una de las primeras firmantes del documento. Además, subió un video a su Instagram, que ya cuenta con más de un millón de visitas, donde advierte que ”aún estamos a tiempo de dejar de entregarnos a un agronegocio suicida”, que ella compara con el Programa Pura Soja de 1996, “donde a raíz de un acuerdo de Felipe Solá, nos convertimos en los grandes alimentadores de cerdos de China a raíz del monocultivo de soja”. Paradojicamente, Solá tiene de mascota a una chancha que se llama Pelota.

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Felipe Solá con la chancha Pelota. Foto de Twitter

El documento, extenso y explicativo, sostiene que China atraviesa una crisis por la Peste Porcina Africana (PPA). Este virus -G4 EA H1N1-, altamente contagioso, afecta a los cerdos alterando de muchas formas su vitalidad. Para evitar su propagación en ese país, se estima que se habrían sacrificado aproximadamente entre 180 y 250 millones de cerdos, de modos sumamente crueles como quemarlos o enterrarlos vivos, lo que disminuyó la producción entre un 20% y 50 %.

Erradicar la Peste Porcina y a la vez garantizar a su población el consumo de esa carne es una preocupación para China. Para alcanzar sus objetivos el gobierno de ese país autorizó a muchas de sus empresas a invertir en otros territorios, y a aumentar las importaciones de carne de cerdo.

En este contexto, el 6 de julio pasado la cancillería argentina difundió la comunicación entre el Ministro de Relaciones Exteriores y Culto, Felipe Solá, y el ministro de Comercio de la República Popular China, ZhongShan, donde se anuncia una “asociación estratégica” entre ambos países, referida a la producción de carne porcina y se anuncia una “inversión mixta entre las empresas chinas y las argentinas” para “producir 9 millones de toneladas de carne porcina de alta calidad”, lo que “le daría a China absoluta seguridad de abastecimiento durante muchos años”.

En el documento comienzan explicando que “la actual pandemia por Covid-19 que tiene en vilo a toda la humanidad está estrechamente vinculada a cuestiones socioambientales y productivas, que están invisibilizadas. Al igual que ocurrió con el ébola, la gripe aviar y la porcina, el SARS y otras zoonosis, se trata de un virus que emergió por alguna de estas causas: hacinar animales para su cría industrial y/o su venta, y desintegrar ecosistemas acercando a las especies entre sí”, sostienen.                                 

Desde hace años, el movimiento de defensa de los animales y en contra de la crueldad animal, denuncia las condiciones de hacinamiento de los criaderos industriales y la violencia con la que se trata a los animales. Para entender la magnitud de lo que significan 9 millones de toneladas de carne, éstas representarían 14 veces el total de lo producido por el país en todo el 2019. “Estos centros industriales se convierten en un caldo de cultivo de virus y bacterias resistentes”, continúa el comunicado.  

“En estos tiempos de pandemia, desigualdades y crisis socioecológica, resulta fundamental avanzar en un pacto ecosocial y económico, a través del aprovechamiento del enorme territorio nacional, realizando una mejor y más justa redistribución de la tierra, de la riqueza, de los medios de producción y la comercialización, de la mano de un modelo sano, agroecológico, solidario y soberano”, concluye el documento.

Las primeras firmas del documento son de Soledad Barruti (periodista y escritora), Maristella Svampa (socióloga y escritora), Guillermo Folguera (CONICET-UBA/Biologo-Filosofo), Marcos Ezequiel Filardi (abogado de derechos humanos y soberanía alimentaria), Enrique Viale (abogado ambientalista), Elizabeth Jacobo (FAUBA), Miryam Kurganoff de Gorban (nutricionista y doctora honoris causa UBA y UNR), Gabriela Cabezón Cámara (escritora), Pablo Alabarces (Sociólogo/Investigador del Conicet), Beatriz Sarlo (ensayista y escritora), Patricia Pintos (Geógrafa/UNLP), Rafael Colombo (abogado ambientalista), Gabriela Massuh (escritora), Carlos Gamerro (escritor), Alejandra García, (Fundación Franz Weber), Jesusa Rodríguez (Senadora de la República Mexicana), Liliana Felipe (compositora), Erica Rivas (actriz), Leonor Manso (actriz), Patricia Zangaro (dramaturga).

Podes sumar tu firma en el siguiente link: http://accionesbiodiversidad.org/archivos/305

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