Con la selección argentina fuera del Mundial Rusia 2018, la lluvia de interrogantes se abrió paso. El mundial de los impensado, las palabras de Gregorio Fernández en una nueva entrega de Mundialitis.
El pasado fin de semana nos encontró esperanzados.
Abrazados a la ilusión.
Lamentablemente, presenciamos la eliminación del representativo nacional a manos del elenco francés.
Nos topamos con la velocidad de Mbappé, la fuerza de Kanté, y la precisión de Pogba. En mi criterio, estimados amigos invisibles, las figuras del equipo galo.
Con esta eliminación (una más, y van), nuevamente la lluvia de interrogantes se abrió paso.
La búsqueda de culpable/s, días después, no cesa.
Que Messi no respondió, que Sampaoli hizo mal los cambios, que Angelici maneja todo en nombre de Macri, etcétera, etcétera.
Es más que claro que, ante el inicio de, acaso la competencia deportiva más importante de todas, quienes habitamos el suelo argentino esperamos que nuestro representativo regrese al país con el trofeo, tal como lo señala el hit viral que ya todos, para gusto o disgusto, conocemos.
Dante Panzeri, uno de los grandes nombres del periodismo deportivo de nuestro país, afirmaba que el fútbol es la dinámica de lo impensado.
El actual mundial dio lugar a situaciones que muchos consideran, justamente, impensadas.
Los considerados mejores jugadores del mundo (Lionel Messi & Cristiano Ronaldo) no impidieron que los equipos que integran queden afuera de la competencia. Tampoco sigue “en pie” el equipo alemán, acaso uno de los máximos favoritos al iniciar el torneo. Qué decir del seleccionado español.
Asimismo, nombres “no tradicionales” en la esfera del deporte, pelean palmo a palmo por hacerse con la copa: Suecia, Suiza, Rusia, por citar algunos.
Además, asistimos al gran desempeño del Seleccionado belga, una sorpresa para no pocos.
Sin dejar de lado, claro, lo realizado por Uruguay, Croacia, Inglaterra y Brasil.
En casi todos los casos, elencos integrados por jugadores que visten los colores nacionales desde selecciones juveniles (sub 15, sub 17, sub 20).
También, en casi todos (a excepción de Croacia y Japón), los directores técnicos llevan al menos, dos años al frente del equipo.
Oscar Tabárez, por citar un ejemplo, el DT uruguayo, lleva doce (si, leyeron bien) al frente del seleccionado. Su trabajo, entre otras responsabilidades, mancomuna el trabajo con jugadores de los diferentes representativos juveniles con su función al frente del elenco “mayor”.
No es gratis.
Con ello me refiero que la actuación de los equipos anteriormente mencionados, por lo general, está asociada a un proyecto. A una idea trabajada durante un considerable lapso de tiempo, en la búsqueda de perfeccionarla, de adaptarla a los diferentes intérpretes, que partido a partido, plasman dicha idea en un campo de juego.
Un proyecto que, como es evidente, no se dio en el caso de nuestro seleccionado. Un equipo que contó con tres técnicos, con diferentes ideas, en cuatro años. El mismo equipo que asistió, entre otras situaciones, al desfragmentamiento y posterior “reconstrucción” de la Asociación del Fútbol Argentino, la casa madre del deporte de la redonda en estos lares.
Si, el fútbol, como muchos otros deportes, da lugar a lo impensado.
Pero existen varios ejemplos que demuestran que hay posibilidades de reducir el porcentaje de aparición de dichas situaciones.
Una vez fuera del mundial de Rusia, quedan cuatro años para el próximo, a disputarse en Qatar.
Hay tiempo de mejorar, y que lo impensado sea un adjetivo, y no una realidad.
