La pobreza superó el 34% en el primer semestre

En lo que va del año 2019, una familia tipo de cuatro integrantes necesitó $31.148 para no ser pobre y $12.410 para no ser indigente en la provincia de Buenos Aires, según el INDEC.

De acuerdo al último informe de Valorización mensual de la canasta básica alimentaria y de la canasta básica total. Gran Buenos Aires, la canasta básica alimentaria subió 2,7% en junio, el mismo nivel que el general. Así, una familia tipo de cuatro integrantes necesitó $31.148 para no ser pobre y $12.410 para no ser indigente. Con una inflación que se desacelera muy lentamente y paritarias que no alcanzan a recuperar el terreno perdido, los analistas privados estiman que la pobreza cerró el primer semestre por encima del 34%, lo que significa que en un año más de 3 millones de argentinos dejaron de tener los ingresos suficientes para satisfacer sus necesidades esenciales.

En apenas doce meses, la canasta básica total (CBT), que traza la línea de la pobreza, saltó 58,9%. La canasta básica alimentaria (CBA), que establece el umbral de la indigencia, escaló 58,3% en el mismo lapso. En ambos casos, los incrementos acumulados son superiores a la medición interanual de junio del IPC, que dio 55,8%. Esto implica que, como los alimentos y los servicios públicos aumentaron por encima del nivel general de precios, el impacto fue mayor en los sectores más vulnerables, donde muchas personas también sufrieron la precarización de su situación laboral.

El coordinador del Observatorio del Derecho Social de la CTA, Luis Campos, lo explicó así: “Tomando los datos del Ripte hasta mayo, con un supuesto optimista para junio, y los de canasta básica alimentaria, da una caída acumulada del poder adquisitivo de los sectores de menores ingresos del 14,8% durante el primer semestre respecto del mismo período del año pasado. Respecto de la CBT, el panorama es muy similar”.

Como correlato, se produjo un salto en la inseguridad alimentaria, que ya alcanza a 14,2 millones de argentinos según un estudio de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO) y otros organismos (ver página 20). Al respecto, el equipo económico que dirige la diputada Fernanda Vallejos señaló: “Esta realidad es consecuencia de las políticas económicas aplicadas. En primer lugar, la quita de retenciones dolarizó el precio de los alimentos. Luego, las sucesivas devaluaciones encarecieron el precio de los alimentos, haciéndolos inalcanzables para las personas cuyos ingresos crecían en proporciones sensiblemente menores”.

Información: Indec – Bae Negocios

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