“Es nuestro derecho elegir sobre nuestros cuerpos”

A pocas horas de la media sanción de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo en la Cámara de Diputados, desde La Nota, conversamos con la joyera, artista y activista, Jessica Morillo, que supo desdibujar los límites entre su militancia y su producción artística.

“La marea verde venció”, dijo Jessica Morillo quien pasó de largo esta madrugada en la vigilia realizada en San Miguel de Tucumán, hasta que alrededor de las 10:00 hs se dio a conocer el resultado de las votaciones. “Estoy sin voz y cansada pero la felicidad es inmensa, miro hacia atrás, tanto camino recorrido y no lo puedo creer”, agregó. Jessica es también conocida como Ansiosa Hormona, nombre con el que se introdujo en el mundo de la joyería de autor: un espacio en el que desafió a los cánones de la joyería femenina tradicional con recursos, puntadas y estilos de tejido que interpelan -e incluso incomodan- a muchas personas. Las piezas de Jessica incomodan porque irrumpen y cuestionan los estereotipos de joyas a los que estamos acostumbradas y acostumbrados a ver e incluso a usar.

Anticonfort y militancia feminista

Jessica forma parte del Plenario de Trabajadoras del Partido Obrero, una organización de mujeres y, en ese marco, muchas veces se hizo presente con Proyecto corpiño. Éste da cuenta de un proceso y camino trazado que no sólo tiene años de anclaje, sino que es el espacio en el Jessica pudo combinar militancia feminista y construcción de sentido en contra del patriarcado, “es mi espacio de lucha”, expresó.

Proyecto corpiño funciona como una intervención en la vía pública construido a través de cientos de corpiños donados por distintas mujeres. El corpiño es una prenda que da cuenta de un cuerpo femenino intervenido y que responde al ámbito de lo privado. Sacar los corpiños de miles de mujeres a la vía pública, a las plazas, a las marchas y movilizaciones por la igualdad de las mujeres, genera controversias y complejiza el significado de esa prenda que se supone que es íntima. Es un proyecto mío pero colectivo a la vez y, en ese sentido, la acumulación de corpiños responde a la participación de cada una de las mujeres que se sumaron. Con este proyecto interpelo a la gente en la calle, fuera de las instituciones que regulan o legitiman el mundo del arte. He recibido y procesado todo tipo de reacciones y respuestas de la gente en estos espacios; pasé de recibir insultos y agresiones a que se me acerque una chica a decirme que era víctima de violencia dentro de su casa. Desde el principio busqué que mi producción artística sea atravesada por un discurso político orientado a la lucha de las mujeres y, a través de ‘Proyecto corpiño’, lo he logrado”, explicó Morillo.

Las reacciones de la gente en la vía pública, a partir de una intervención como Proyecto Corpiño, las irascibles, hostiles y violentas, son síntomas sociales que reflejan características ligadas a la educación, a la crisis económica y a la falta de contención política con que vivimos. Síntomas que nos llevan a reflexionar sobre algunas carencias que padecemos pero sin frenar el acto de visibilizar y denunciar otras problemáticas como la violencia de género.

Ebullición

Con la producción de Rastro, a mediados de marzo de este año, la muestra Ebullición aterrizó en Tucumán después de haberse exhibido en el Museo José Hernández en C.A.B.A.. Con ese trabajo, Jessica ganó el primer premio de la Bienal Latinoamericana de Joyería Contemporánea, espacio en el que se desarrolló aquel trabajo durante el año 2016.“Ebullición es mi homenaje, es el resultado de la lucha de la mujeres por nuestros derechos, lucha encarnizada en las calles, en las casas, en el laburo, en cada pedacito de espacio que habitamos, para transformar este mundo heteronormativo, clerical, patriacal y capitalista”, explicó Jéssica el día de la inauguración en la redacción de La Nota.

Ebullición es cada mujer que se anima a saltar el cerco y que apuesta a la lucha en estado de agitación. Cuando las mujeres nos organizamos, entramos en estado de ebullición. He visto mujeres que se transforman de víctimas a luchadoras. En la Comisión de Familiares de Víctimas de la Impunidad, te encontrás con mujeres que vienen demolidas, destruidas y, al salir a la calle, denunciar, organizarse y entender que lo que les sucedió singularmente a cada una, no se trata de un caso aislado sino que es producto de una problemática social, al tiempo, luego de ese proceso, ves a esas mismas mujeres sumamente empoderadas, denunciado al Estado y luchando en busca de justicia. Este trabajo es una herramienta más de visibilización y denuncia contra los atropellos que aún padecemos las mujeres, lesbianas, travestis y transexuales”, agregó Ansiosa Hormona.

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“La enorme y maravillosa campaña por el acceso al aborto legal, libre y gratuito significó una felicidad muy grande. En la medida que se acercaba la fecha decisiva en el Congreso, los pronunciamientos a favor de muchas artistas de todo el país, sobre todo de las que admiro y respeto, significó una emoción muy grande. Por otro lado, recuerdo que mi primera muestra individual se llamó Este cuerpo es mío y estaba fuertemente atravesado por la legalización del aborto”, expresó hoy Jessica Morillo.

Por la legalización de un derecho

“He sido militante católica en mi adolescencia y el tránsito por la Escuela de Bellas Artes -entre otras razones- me condujo a cuestionar, problematizar y consecuentemente de-construir aquellas ideas conservadoras que a muchos y muchas nos imponen al nacer, desde la religión. Al concluir la experiencia del secundario, el tema del aborto aún estaba pendiente; me generaba contradicciones por una doble moral que seguía operando en mí. Aunque me había separado de la iglesia aún había un goteo interno de su dogma.
Ocho años atrás, dentro de la Facultad de Artes, una compañera del Plenario de Trabajadoras puso en debate el tema del aborto, diciendo que el Estado es el primer garante del aborto clandestino y yo no entendía muy bien a qué se refería con esa idea y ella, con el ánimo de explicarme bien, me dio un ejemplo muy claro; si una mujer decide ser madre mientras estudia, ¿por qué no hay maternales en ese mismo ámbito? La maternidad finalmente implica la resignación del crecimiento personal, del estudio y/o trabajo. A partir de estas ideas empecé a hacerme muchas preguntas y, luego de participar en charlas, debates y conversarlo con otras personas, logré correr el velo de la doble moral y el sometimiento que sufrimos las mujeres sobre nuestros cuerpos y acciones por parte del Estado para domesticarnos. Allí pude darme cuenta de que nosotras tenemos el derecho de elegir sobre nuestros cuerpos. A partir de ese cambio de perspectiva hice la muestra, Este cuerpo es mío, en el Centro Cultural Virla en 2010, acompañada con una charla por la legalización del aborto. El día de la charla se presentó un grupo anti-derechos, destruyeron los catálogos allí mismo y los dejaron despedazados. Me pareció gracioso -dijo entre risas- porque fue un acto que dio cuenta de que esta gente no tiene capacidad de debate y, a raíz de ello, tuvieron una reacción agresiva y sin argumentos. Además, en lo personal, me tocó a mí hacerme un aborto y estoy segura de que fue una de las mejores decisiones que tomé en mi vida; quedé embarazada en el marco de una relación complicada, difícil y violenta y la situación de maternidad no tenía nada que ver con mi proyecto de vida. Pasa el tiempo y agradezco haber tenido la posibilidad de decidir sobre mi vida y contar con las Socorristas en red y mi círculo de amistad y militancia para poder hacerlo. Me construyo a partir de las prácticas del amor.
Después de mi experiencia disiento completamente con esa idea infundada de que una queda mal luego de abortar, incluso me siento -lamentablente- privilegiada por haberlo decido y no correr peligro, porque entiendo que no es la posibilidad de la mayoría; por la falta de herramientas, por la clandestinidad, por la presión social, por el peligro de muerte… “, explicó Jessica.

Pañuelazo, corpiño y joyería

“He participado en un pañuelazo con las compañeras de la Campaña por el Derecho al acceso al aborto legal, seguro y gratuito de Tucumán y, con Proyecto corpiño, escribí en el piso de la Plaza independencia “aborto legal ya”. Recientemente me presenté de nuevo a la Bienal Latinoamericana de Joyería Contemporánea con una pieza hecha de corpiños, de 150 cm de largo, bordada por mujeres de Tucumán, Buenos Aires, Brasil, Colombia y México y cuenta, entre sus consignas con el imperativo ¡Aborto legal ya! como un deseo de consagrar ese derecho vital, un reclamo que empieza a concretarse”.

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