Diciembre: Animate a iluminar / Balancear es darle luz

En esta primera columna de Amiga de las Estrellas, Margarita Flores nos invita a detenernos a pensar qué te absorbió el cuerpo y el tiempo durante 2017. 

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El mes de diciembre coincide con el final de nuestro calendario, es por eso que muchos nos encontramos planeando vacaciones o haciendo balances (tanto económicos como espirituales) sin embargo para el calendario astrológico aún no se cerró nada, ya que eso recién ocurrirá en Marzo con el sol en Piscis. A pesar de ello, podríamos decir que, producto de ciertos movimientos planetarios se está sintiendo una energía propia del cierre de ciclo y demanda una necesidad de repensar algunas cuestiones claves que nos tuvieron alertas durante todo el año. ¿Te enamoraste?, ¿te separaste?,  ¿cambiaste de trabajo?, ¿cambiaste de idea?, ¿te mudaste?, ¿te recibiste?, ¿hiciste algo impensado?, ¿creaste nuevos vínculos? ¿Qué de todo esto se comió tu cabeza todo el año? Es ahí en dónde estará el resultado positivo o negativo. Detenerse a pensar qué te absorbió el cuerpo y el tiempo durante 2017, hará que sepas a dónde hay que apuntar la flecha sagitariana con más fuerza y más intención.

Una anécdota personal, se me ocurre compartirles a propósito de todo esto y sobre las diferentes maneras de balancear de las personas. Días atrás una amiga, quién tuvo un año bastante intenso (además de ella ser ariana e intensa por naturaleza) me comentó sus ganas repentinas de hacerse un tatuaje. Aclarándome que solo suele tatuarse en momentos significativos de su existencia y que, en esta ocasión, quería plasmar en ese dibujo algo con lo que se sintió interpelada, movilizada y le produjo liberación durante el 2017. Lo primero que pensé es: ¡qué mejor que el mes Sagitario, con su sabiduría impulsiva para tomar una decisión jugada y duradera, como la de tatuarse! Así, cómo esta amiga hizo su rápido balance y lo concluyó en un acto concreto, igual se va a sentir la mayor parte de diciembre. Cómo un dibujo en el que muchos aún están afinando detalles y eligiendo colores, y otros tantos ya tienen ganas de convertirlo en algo más.

Pero atentos, porque en vez de algo amable cómo un dibujo prescolar puede tratarse, también, de una herida mal curada, que al igual que el tatuaje, busca luz en la piel; y que durante todo este año ha encontrado caminos validos de manifestación entre la vorágine diaria, tan propia de Diciembre. Este mes le da paso a una especie de “slow” en donde en vez de volvernos locos con las demandas de fin de año, conviene más disfrutar del juego que ofrece el presente, la posibilidad de intentar sanar. Una vez pasada la locura navideña, la energía física y mental estabiliza, no solo por el arranque de las vacaciones para muchos y la ilusión de tener un año, al igual que una hoja en blanco, limpita para poder dibujarla, sino porque el universo se pone en marcha para dejar atrás el balance y darle rienda suelta a que ese tatuaje o herida, cada vez más clara en la superficie, se convierta en algo significativo y emocionalmente activo.

2017 fue un año de mucho subibaja, de oportunidades y de probar cosas nuevas y con ellas vinieron grandes frustraciones. 2018 viene distinto, pero de eso hablaremos luego. No hay peor cosa, en estas épocas, que no saber controlar la ansiedad.

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