Decir “anti-derechos” no alcanza

Una opinión sobre la construcción político territorial de los grupos denominados antiderechos. ¿Quiénes son los anti derechos? ¿Son todos los espacios iguales? ¿Todos los políticos que marcharon “en defensa de la vida” tienen la misma agenda de trabajo? ¿Cómo afectan en la construcción de ciudadanía?

El debate sobre la interrupción legal del embarazo durante el año 2018 ocupó un lugar central la agenda política, en las redes sociales y en las charlas entre familiares y amigos. Una vez más, como sucedió con el disputa sobre el matrimonio igualitario en el 2010 y con el divorcio 1987, las diversas posturas se fueron agrupando comunicacionalmente en dos frentes. Las posturas a favor de la interrupción voluntaria del embarazo se nuclearon bajo el pañuelo verde que identifica a la Campaña Nacional por el Aborto legal, seguro y gratuito, y por otro, una campaña nueva e improvisada llamada “salvemos las 2 vidas”, que supo reproducir prácticamente todas las estrategias comunicacionales que los movimientos feministas construyeron durante los últimos 30 años.

En Tucumán se realizó una histórica marcha en contra del proyecto de IVE en la cual participaron casi todas las personalidades políticas que se presentan este 9 de junio a elecciones. “La defensa de la vida” unió en una misma marcha a Silvia Elias de Perez, Ricardo Bussi, German Alfaro y Juan Manzur, y tantos otros aspirantes a cargos públicos. Meses después de este evento, la legislatura declaró a Tucumán como una provincia “PRO VIDA”, pasando por alto que el debate se estaba dando en el Congreso de la Nación y que no era competencia de los legisladores de Tucumán votar sobre este punto.

Los sectores conservadores y fundamentalistas religiosos ingresaron a la legislatura por la puerta grande, se organizaron y continuaron presentando proyectos para legislar sobre el cuerpo de las mujeres e incluso sobre las niñas embarazadas producto de violación. Presentaron proyectos para prohibir la implementación de la ley nacional de Educación Sexual Integral, para prohibir las causales de violación en caso de aborto, para impedir la adhesión de la provincia a la ley de salud sexual y procreación responsable, entre otros.

Para quienes promueven la defensa de los derechos humanos, estos grupos son colocados bajo el rótulo “anti derechos”. Categoría que determina a personas que suelen defender el status quo, y estar en contra de las luchas feministas y del movimiento lgbti.

En vistas a que la respuesta organizada de diversos grupos “anti derechos” logra mantener ciertos discursos y espacios de poder en el Estado, es necesario profundizar este análisis. Es necesario preguntarnos, sobre todo en Tucumán y de cara a las elecciones: ¿Quiénes son los anti derechos? ¿Son todos los espacios iguales? ¿Todos los políticos que marcharon “en defensa de la vida” tienen la misma agenda de trabajo? ¿Existen personas que podrían cambiar de opinión respecto al proyecto de IVE?.

Militantes de “la teología de la prosperidad”

Lamia Oulalou es una periodista franco-marroquí, autora del libro “Jesús te ama”, reside en Río de Janeiro y reporta desde cerca el crecimiento político territorial de movimientos evangélicos en Brasil.

Uno de los países más grandes del mundo, y con mayor cantidad fieles católicos vive desde hace unas décadas un crecimiento político de un movimiento organizado en torno a la espiritualidad, pero con repercusiones directa en la vida de todas las personas, de las creyentes y de las que no se identifican como tal.

Las tierras que vieron surgir en la década del 60 a la Teología de la Liberación, cuyo ideal principal era la opción por pobres, son ahora protagonistas de este nuevo ordenamiento político-espiritual, que tiene cada vez más estructuras partidarias a disposición y que tiene como ideario el retroceso de los derechos humanos en materia de género y diversidad, como así también una lógica de consumo profundamente neoliberal.

Medios de comunicación, dinero y discriminación forman un cóctel efectivo para el manejo de la opinión pública, al punto tal, que en 2018 ante la visita de la filósofa especialista en género Judith Butler, en Brasil se organizaron manifestaciones en su contra. Quemaron muñecos con la cara de Butler, y repudiaron su presencia en el país identificándola como una entidad demoníaca.

El rol de las iglesias evangelistas en la elección presidencial de Jair Bolsonaro fue clave debido a su construcción territorial. Meses antes de las elecciones asesinaron a la política feminista Mariele Franco, y a principio de este año el diputado Jean Wyllys, reconocido militante gay, renunció a su cargo y se exilió del país debido a las fuertes y continuas amenazas recibidas por su trabajo sobre los derechos humanos para la diversidad.

El país vecino nos muestra, que el discurso odiante en manos de las instituciones del Estado, configuran rápidamente practicas fascistas. La teología de la prosperidad se multiplica en otras latitudes, teniendo presente a la exclusión de todas las personas no-heterosexuales como bastión fundamental para nuclear adeptos.

La organización político-espiritual en Tucumán

Las campañas en contra de los derechos de las mujeres, lesbianas, gay, bisexuales y trans tienen lógicas discursivas similares en Argentina, Brasil, Perú, México, Chile y otros países de la región. El trabajo de “con mis hijos no te metas” que se llevó adelante en la provincia de Tucumán es prueba ello.

Se articuló un discurso falso sobre la educación sexual integral, 12 años después de que esta ley fuera aprobada en el congreso nacional, haciendo circular por redes sociales supuestos materiales pertenecientes a otros países. El objetivo a corto plazo es impedir su implementación, y mediano plazo modificar esta ley, para convertirla en un discurso pedagógico moralizante y discriminador.

En Tucumán, de 20 mil personas que marcharon en defensa de la vida, muchas están de acuerdo con el matrimonio entre personas del mismo sexo, con la implementación de la ley de salud sexual y reproductiva y con la educación sexual integral.

Pero también hay otro grupos, como la que coordina la candidata a legisladora Ana Valoy de la mano de la candidata a gobernadora Silvia Elías de Pérez, que están en contra de prácticamente todo lo que signifique garantizar derechos humanos vinculados a la diversidad por orientación sexual e identidad de género.

Valoy forma parte de una organización no gubernamental en la cual funciona también una iglesia evangelista. Dicha fundación dice trabajar en contra del abuso sexual infantil, sin embargo trabajan sistemáticamente en contra del derecho de niños y niñas a recibir ESI en las escuelas para poder desarrollar habilidades preventivas del abuso sexual.

En la presentación de la fundación expresan claramente sus posicionamientos:

Nuestro fundamento son los principios éticos, morales del cristianismo, la hetero sexualidad, la sexualidad biológica, y científica. Creemos en una sexualidad en valores y en la sexualidad responsable.
Creemos en el valor de la Familia, como base de toda sociedad. Conformada por un hombre y una mujer, según los Pactos Internacionales de San José de Costa Rica. Creemos en un futuro con niños, niñas y pre juveniles y jóvenes sanos, que crecen fuertes , prevenidos, que serán las futuras generaciones sanas y felices para nuestro mundo. Creemos que son la reserva natural de este planeta y debemos cuidarla e invertir en ella.
(1)

Este martes 28 de mayo, mientras en el Congreso se presenta por 8va vez el proyecto de interrupción Legal del Embarazo, llevarán adelante un congreso el cual participaran Agustín Laje, reconocido a nivel nacional por representar un discurso en contra de ideas progresistas, y Gabriel Ballerini miembro del Seminario Internacional Teológico Bautista.

No es la primera vez que personas de reconocimiento nacional e internacional visitan la provincia para difundir discursos en contra de los derechos que ya están garantizados. En julio del 2018 el legislador radical Raúl Albarracín oficio de anfitrión de la visita de Sara Winter, una conferencista brasileña que se presenta como “ex feminista”. En aquella oportunidad movilizaron de modo obligatorio a estudiantes de secundarios confesionales a escucharla.

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Raúl Albarracín junto a Sara Winter en su visita a Tucumán.

La elección confusa

La decisión sobre quiénes conformaran la legislatura de Tucumán depende de tantos factores como personas habitan la provincia. Todos los debates fundamentales por los derechos de mujeres y la comunidad LGBT encuentran oposición en los partidos históricos de la provincia. Pero de algún modo, la militancia organizada que lucha por el retroceso de los derechos humanos se nuclean en ciertas listas y no en otras.

Una legislatura compuesta por fundamentalismos religiosos y negacioncitas de la última dictadura cívica militar, podría considerarse como el escenario complejo más terrible, debido a que las prácticas de estos sectores buscan minar la posibilidad de una vida democrática para mujeres feministas, hombres gays, lesbianas, varones y mujeres trans.

Intentando retomar alguna de las preguntas iniciales, podemos decir que no en todos los espacios políticos están ocupando lugar central los militantes del retroceso. Más aún, quizás en esta elección se pueda llegar a conformar un grupo más amplio en defensa de los derechos humanos dentro de la legislatura.

En medio de las batallas discursivas sobre el hambre, la inseguridad, la pobreza y la crisis económica que vive la Argentina, esta otra contienda está sucediendo, aunque no estemos todas las personas anoticiadas de ello.

Por Luján Barrionuevo


[1] http://www.epasi.org/conozcanos/

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