#ColoniaChazalNoSeToca : realizan una campaña para visibilizar a la comunidad tucumana encerrada por un country

Jóvenes por el Clima Tucumán, Salvarnos Salvando, La Garganta Poderosa, grupo Mhapa y vecinos de Colonia de Chazal invitan a sumarse a un tuitaso nacional este jueves 10/06 a las 18.00hs con el hashtag #ColoniaChazalNoSeToca para visibilizar el avasallamiento que sufren por parte del Grupo Lucci sobre las tierras que habitan hace más de 130 años. Exigen a las autoridades provinciales escuchen la situación que viven.

Colonia Chazal es una localidad de San Pablo que está encerrada por un country sin acceso al agua potable. La comuna tiene 130 años de historia y se encuentran resistiendo a las topadoras del negocio inmobiliario a cargo del Grupo Lucci que desde finales de la década del ´90 avanza sobre espacios de la comunidad,

En las colonias vivían y trabajaban los obreros permanentes que realizaban las tareas agrícolas de caña de azúcar y los obreros estacionales que eran ocupados sólo en época de cosecha. En 1989, el ingenio San Pablo, establecimiento contratista de dichos trabajadores, se declaró en quiebra y cerró definitivamente dejándolos desempleados.

En 1996 se firma un acta acuerdo entre representantes del personal obrero del ex ingenio, de la CGT, de la empresa BALAL (dueños de las tierras en ese momento) y del gobierno provincial, resolviendo que la empresa BALAL acepta no desalojar a ninguna familia de las viviendas y se compromete a entregar la escritura respectiva de dominio. Sin embargo, ese mismo año, las tierras fueron vendidas por BALAL a la corporación empresarial Grupo Lucci quienes reemplazaron el cultivo de cañas por plantaciones de cítricos.

A partir de ese año, comenzaron los intentos de expulsar y desalojar a las familias por parte del Grupo Lucci. Ya en 2009, el grupo empresarial comenzó a construir “San Pablo Country Life and Golf” que dejó encerradas a las familias. El country ocupa más de 300 hectáreas, es el más grande de la provincia. Desviaron un arroyo para que quede dentro del terreno, formando una laguna. Cercaron todo el perímetro y solo dejaron un portón para ingreso y egreso de las familias que quedaron encerradas.

La disposición del terreno hizo que la Colonia quede dividida en norte y sur, conectada por el camino antiguo. En el 2011 envenenaron el agua de una represa, el perro de una vecina bebió de ahí, se intoxicó y falleció, y su dueña terminó hospitalizada por contaminación.

En el año 2012 le pusieron candado y cámara de seguridad al portón de acceso, desde las 19 hasta las 7 de la mañana no dejaban entrar ni salir a las familias de la Colonia. Y durante el día había un vigilante controlando la entrada y salida, sin dejar entrar a nadie que no viva allí. Una escribana constató que estaban encerrados, y realizaron la denuncia penal contra Daniel y Pablo Lucci por privación ilegítima de libertad, logrando que ese portón permanezca abierto siempre.

En noviembre de 2014, tras meses de impedirles el uso de la cancha de fútbol fundada en 1939, le echaron ácido sobre la parte inferior de los postes metálicos y los quebraron.

En el 2017 desmantelaron el camino que conectaba los dos sectores de la Colonia, norte y sur, aunque había un amparo que se lo impedía. Ese mismo año, cerraron con alambrado el paso de la zona norte de la Colonia hacia dentro del country, dejándola aislada de la zona sur. La Fiscalía Criminal de la Iº Nominación, dio lugar a la medida cautelar ordenando la extracción de los postes y alambres de púas con el auxilio de la fuerza pública y allanamiento en caso de ser necesario, restituyendo a los habitantes de la Colonia el libre uso y goce del camino vecinal que constituye una servidumbre de paso, permitiendo el paso peatonal y vehicular.

Sin embargo, continúa cerrado, y la seguridad privada del country les impide abrirlo. Y este año cerraron con tela metálica el camino que unía a dos familias de la zona sur. A la zona sur de la Colonia solo se puede ingresar o egresar a través de la portería principal del country. Allí sufren agresiones verbales, no los dejan pasar, no dejan pasar visitas, amigos, familiares.

El único servicio con que cuentan es la luz, pero no tienen alumbrado público porque desde el country se lo cortaron. No tienen cloacas, y el principal problema es la falta de acceso al agua potable, ya que cuando construyeron el country instalaron bombas y desviaron un arroyo, provocando que los siete pozos de agua se sequen. Actualmente les prohíben conectarse a las cañerías formales del country, que pasan a metros de las casas de la Colonia. Una vez por semana va un camión cisterna del Municipio de Yerba Buena, llenan los baldes y tachos para bañarse, beber y cocinar.

Este año hubo casos de COVID positivo, pero no dejaban ingresar a los familiares para que les brinden asistencia alimentaria. A fines del mes pasado sufrieron el último hecho de violencia, seguridad privada del grupo empresarial ingresó al country con una máquina retroexcavadora y destruyó la cancha de fútbol, golpeando a los vecinos que intentaron impedirlo.

“De Chazal no nos vamos porque son nuestras tierras. Aquí nacimos, nos criamos y moriremos” afirman los vecinos.

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