Cláusula gatillo: fundamental para los gremios, una espina para el gobierno

Gremios tanto del sector privado como del ámbito público advierten que no cerrarán ningún acuerdo paritario si no contempla la actualización del salario en función a la evolución de la inflación.

La falta de previsibilidad del país y la incapacidad de quienes lo gobiernan para fijar expectativas creíbles sobre los índices inflacionarios puso en el eje de todas las negociaciones salariales la famosa cláusula gatillo. “Es la única garantía que tenemos para no perder ante la inflación”, resuena como si fuera un eco cuando se consulta a los líderes sindicales.

Más allá de la cifra de aumento salarial que cada gremio pondrá sobre la mesa cuando le toque negociar con las patronales, la otra preocupación más grande hoy para los dirigentes pasa por la aplicación de este ítem, que permitió que el año pasado la mayoría de los trabajadores no perdiera en demasía su poder adquisitivo, a pesar de haber tenido una inflación de 47,6%, la cifra más alta en los últimos 27 años.

Esta semana, por ejemplo, el Frente de Gremios Docentes rechazó la primer propuesta salarial del gobierno tucumano por no contener justamente la cláusula revisora. Tras retirarse de Casa de Gobierno, los dirigentes de ATEP, APEM y AMET dejaron en claro que no cerrarán un acuerdo salarial si no se tiene en cuenta este punto, salvo que la suba porcentual ofertada sea muy jugosa.

Los privados de SADOP, que aunque no participan de la mesa de negociación (hace años piden ser parte), respaldan esa postura de sus pares del sector público. El titular de ese gremio, Bernardo Beltrán fue categórico al respecto y consideró que “como está el país, es imposible cerrar una cifra que no sea superada por la inflación”. Por supuesto, todo eso teniendo en cuenta las intenciones del gobierno, por un lado, y las empresas privadas por el otro, de fijar techos de aumento lo más bajos posibles.

Las paritarias docentes son las primeras en realizarse y suelen marcar el camino para el resto de las negociaciones de los otros sectores. Es por eso que la posibilidad real de que el gobierno no les otorgue una revisión salarial por inflación es algo que desvela también al resto de los gremios.

Para la CGT local es fundamental que, sin importar la cifra que se negocie, todo acuerdo contemple una revisión por inflación. “No le han pegado nunca a ningún pronóstico. Si a eso sumamos que todos los años quieren imponer topes orientados a que el trabajador pierda plata, no se puede confiar en las cifras que te ofrecen”, comentaron desde la comisión directiva local de la confederación.

Quien también salió a abrir el paraguas, ante la inminente convocatoria a la ronda de diálogo con el gobierno, es el Frente de Gremios Estatales (FGE). En los últimos días, los dirigentes de ese sector se reunieron con la secretaria de Gobierno, Carolina Vargas Aignasse, a quien le dejaron un ultimátum dirigido al gobernador, Juan Manzur: “si no hay cláusula gatillo no habrá acuerdo salarial”.

Los docentes universitarios, por su parte, aún reclaman la aplicación efectiva de la cláusula gatillo correspondiente al período 2018, que el gobierno nacional cerró de manera unilateral concediendo solamente 9 puntos más a la pobre suba de 25% acordada para todo el 2018. “Es una farsa. Tenemos un desfasaje del 20% en nuestros salarios”, remarcaron. Cabe destacar que el acuerdo de ese sector fue uno de los peores -si no el peor- de todos los ámbitos.

Fuente: Primera Fuente

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